México

"No habrá impunidad"

El obispo Salvador Rangel ya fue dado de alta: AMLO; SSPC promete investigar a fondo

30/04/2024 - 10:43 am

Las autoridades del Gobierno federal se pronunciaron hoy sobre el caso de Salvador Rangel Mendoza, obispo emérito de Chilpancingo, Guerrero, quien ha sido reconocido por establecer diálogo con grupos criminales en el estado con el fin de apaciguar los episodios de violencia. Ayer fue encontrado con vida, luego de que se reportara su desaparición en Morelos.

Ciudad de México, 30 de abril (SinEmbargo).- El Presidente Andrés Manuel López Obrador celebró la mañana de este martes la localización con vida de Salvador Rangel, obispo emérito que había sido reportado como desaparecido, y aseguró que se está haciendo una investigación para esclarecer el caso.

“Afortunadamente se encontró al obispo. La verdad que fue muy satisfactorio que se supo que estaba en un hospital. Se está haciendo la investigación completa porque esto se registró al parecer desde el fin de semana. Pasó el tiempo y hasta ayer se presentó la denuncia”, dijo desde Palacio Nacional.

López Obrador destacó que lo más importante de todo es que Rangel Mendoza “se encontró en un hospital bien” y que “ya está dado de alta”, pues se trata de “temas muy lamentables”. “Además, le pase a cualquier persona, pero en este caso estamos hablando de un dirigente religioso”, agregó.

Por su parte, Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), detalló que “efectivamente desde el viernes que se conoció la ausencia del señor obispo [de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa]”, las autoridades de Guerrero estuvieron trabajando en la búsqueda.

“Después nos informaron a nosotros. También nos sumamos a la búsqueda. Hay que decir que por fortuna ya está con bien, y se va a investigar a fondo todos y cada uno de los sucesos”, aseguró.

“Por fortuna está bien, pero hay que investigar quiénes son los responsables y en dónde está el proceso. Estamos mandando nosotros a un grupo de los compañeros que pertenecen a la Coordinación Nacional Antisecuestros y ya estamos en contacto con los elementos de seguridad pública del Almirante [José Antonio Ortiz Guarneros] para investigar a fondo cómo fueron los sucesos”, añadió la funcionaria.

-¿Entonces se confirma que fue secuestro? -se le preguntó.

-No podemos decir nosotros en este momento por la secrecía. Vamos a ver qué sucedió y vamos a ver cuál es la declaración. Hay evidentes pruebas en donde se pueden conocer indicios de qué sucedió realmente. Si se trató de una privación ilegal, vamos a dar con los responsables -insistió Rodríguez Velázquez.

-¿Se le va a dar seguridad al obispo? -cuestionó otra persona.

-Lo que se vaya hablando con él y viendo cuáles son sus necesidades, con mucho gusto lo vamos a hacer. Todo tiene que ser aprobado por ellos, por la familia. Lo vamos a atender de manera inmediata. No habrá impunidad en este caso -sentenció la Secretaria de Seguridad.

¿QUÉ PASÓ CON EL OBISPO SALVADOR RANGEL?

Un obispo católico retirado que trató de mediar entre bandas delictivas rivales en México aparentemente fue secuestrado, pero más tarde fue localizado y trasladado a un hospital, informó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) el lunes.

La iglesia señaló en un primer comunicado que monseñor Salvador Rangel, un obispo emérito, desapareció el sábado, e hizo un llamado a sus captores para que lo liberaran.

Pero la CEM señaló después que “ha sido localizado y se encuentra en el hospital”, sin especificar cómo fue encontrado o liberado.

Uriel Carmona, Fiscal del estado de Morelos, donde desapareció el obispo, dijo que los indicios apuntan a un “secuestro exprés”.

Previamente, la CEM detalló que Rangel tenía problemas de salud y había suplicado a sus captores que, como un “acto de humanidad”, le permitieran tomar sus medicamentos.

Rangel fue obispo en la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, una región notablemente violenta en el estado de Guerrero, en el sur del país, donde los grupos del narcotráfico han librado disputas territoriales durante años. En una iniciativa que más tarde contó con apoyo del Gobierno, Rangel intentó convencer a los líderes de los grupos delictivos de ponerle fin al derramamiento de sangre y llegar a acuerdos.

Rangel aparentemente fue secuestrado en el estado de Morelos, al norte de Guerrero. El comunicado de la Conferencia del Episcopado pone al descubierto la delgada y peligrosa línea que deben caminar los prelados en zonas del país que están bajo el control del narcotráfico con el objetivo de no antagonizar con los capos de la droga que pueden ponerle fin a sus vidas en cualquier momento.

De momento se desconoce quién pudo haber secuestrado a Rangel. En la zona operan Los Tlacos, Los Ardillos y La Familia Michoacana, tres grupos delictivos sumamente violentos. Ninguno de los cárteles se ha atribuido el secuestro hasta el momento.

Elementos de la Fiscalía de Guerrero confirmaron el secuestro, pero no dieron a conocer más detalles, limitándose a decir que estaban dispuestos a colaborar con las autoridades de Morelos, un estado que al igual que Guerrero se ha visto sumamente afectado por actos de violencia, homicidios y secuestros durante años.

Otros obispos anunciaron en febrero que habían ayudado a concretar una tregua entre dos cárteles rivales en Guerrero.

El reverendo José Filiberto Velázquez, quien estaba al tanto de las negociaciones de febrero pasado, pero que no participó en ellas, dijo que las pláticas incluyeron a líderes de La Familia Michoacana y Los Tlacos, también conocido como el Cártel de la Sierra.

Los obispos y sacerdotes intentan mediar entre cárteles con la esperanza de reducir las sangrientas disputas territoriales. Se asume que los grupos se dividirán los territorios en los que cobran extorsiones y derecho de piso, y trafican con drogas sin que haya tantos muertos.

Previamente, el actual obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, sostuvo que él y otros tres obispos del estado habían dialogado con líderes del narcotráfico con el fin de negociar un acuerdo de paz en otra zona.

González Hernández señaló en su momento que estas negociaciones fracasaron debido a que los grupos delictivos no querían dejar de disputarse el territorio a lo largo de la costa del Pacífico. Estas batallas han afectado al transporte en al menos dos ciudades y han resultado en decenas de asesinatos en los últimos meses.

El Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador compartió en febrero que estaba a favor de este tipo de negociaciones.

“Siempre los sacerdotes, los pastores, integrantes de todas las Iglesias participan y ayudan a la pacificación del país”, señaló.

Los críticos aseguran que las negociaciones ilustran cómo las políticas del Gobierno de no confrontar a los cárteles han orillado a la población civil a negociar sus propios acuerdos de paz con el crimen organizado.

El párroco de un poblado del estado de Michoacán que ha estado bajo dominio de un cártel durante años dijo en febrero que las negociaciones eran un reconocimiento tácito de que el Gobierno no podía brindar condiciones de seguridad.

-Con información de AP

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