Adoptar es cambiar una vida

22/01/2023 - 12:02 am

Parece trillada la frase de “Adopta, No compres”, sin embargo, es increíble que estamos en pleno año 2023 y el problema de los animales sin hogar no parece haber disminuido nada.

Es habitual el manejar y ver siempre animales abandonados por todos lados, muchísimos en malas condiciones o sufriendo de hambre o enfermedades sin ningún tipo de atención.

Las estadísticas de animales sin hogar en México son alarmantes, de acuerdo con el INEGI, México es el tercer país en América Latina en maltrato animal y el primero en perros callejeros. En el INEGI también se establece que de 27 millones de animales de compañía que hay en el país, el 70 por ciento de gatos y perros se encuentran en abandono, esto quiere decir que tan solo 5 millones 400 mil cuentan con una casa, mientras que el resto vive en las calles, otro hecho que agravó la situación es que durante la pandemia esta situación se incrementó al menos 15 por ciento.

En cuanto a la edad predominante de animales abandonados, el 59 por ciento son animales adultos, el 27 por ciento cachorros y el 14 por ciento son animales que se encuentran en la vejez. Estas estadísticas nos muestran claramente donde terminan los animales comprados y que son abandonados al crecer cuando ya no son deseados.

Uno de los días más fríos de diciembre iba llegando a mi trabajo y cuando estaba por estacionarme vi a Bear, quien es ahora un miembro más de mi familia, justo cuando levanté la vista hicimos contacto visual y como hacía frío se resguardó en la parte de abajo de mi camioneta y ya ni siquiera me pude estacionar así que me tuve que bajar para sacarlo, no quería salir, tenía miedo, ¿cómo confiar en los humanos cuando siempre lo han tratado mal? Bear traía una cadena de metal, imposible de quitar, la tenía ya encarnada en su pequeño cuello, no entiendo cómo se escapó de donde lo tenían, en la parte trasera de su cuerpo tenía llagas por sarna y al parecer por estar mucho tiempo sentado, encadenado.

Bear el día de su rescate. Foto: Adhara Talamantes

Cuando lo quise agarrar me tiró una mordida, pero siempre me ha pasado que cuando los perros ven seguridad confían, entonces simplemente lo agarré y lo cargué y en ese momento puedo jurar que sus ojos cambiaron y empezó a confiar en mí. Lo dejé en mi carro, al cabo hacía frío, sólo me estacioné en una sombra y cuando lo iba a ver notaba que estaba súper dormido, tendido, seguramente el pobre no había tenido un buen descanso tibio y seguro en días o meses, tal vez nunca.

Lo llevé al veterinario, le aplicaron medicamento y luego llegamos a casa, esa noche comió como si nunca hubiera comido en su vida, lo tuvimos en cuarentena para que mejorara antes de introducirlo a la manada. Después de casi un mes ya lo juntamos y ahora ya es parte de una familia, su carita cambió, ya no se ve como un perrito triste y sin esperanza, ahora se ve que se siente amado, su colita ya se mueve como rehilete y cada vez nos ve salta como loco.

Nunca compres un animal, ayuda a alguno de la calle, hay millones y tú puedes hacer una diferencia para ellos, el ayudar a un animal tal vez no cambie al mundo, pero cambia al mundo para ese animal.

Bear el día de hoy. Foto: Adhara Talamantes
Bear y su mejor amiga Orejona. Foto: Adhara Talamantes

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