Ante las tentaciones demagógicas propias de las temporadas electorales, la ciudadanía tiene fuentes extraordinarias de información incluso ausentes en las democracias más desarrolladas como paradójico resultado de nuestra condición peculiar: los problemas de seguridad y de percepción de la misma solamente son medidas con la puntualidad mexicana del INEGI. En ninguna otra nación. Trimestralmente.

Son fuente de abastecimiento de los mejores datos a la vista además de nuestras experiencias cotidianas y la inevitable disposición al sesgo del cual los partidos hacen su fuente primaria de omisión o difusión.

Claudia Sheinbaum, candidata presidencial morenista y puntera, inició hace cinco años, como Jefa de Gobierno, las condiciones para la alineación registrada en la CDMX: disminuye la incidencia delictiva y también la percepción de inseguridad dejadas a la administración ahora encabezada por Martí Batres. Si los panistas de Felipe Calderón dejaron un aumento de 192 por ciento en homicidios dolosos, los perredistas de Mancera heredaron la mayor incidencia delictiva registrada hasta la fecha en la capital nacional, una herencia maldecida por la ciudadanía y sufrida por víctimas incontables.

Hubo 68 mil 006 delitos registrados oficialmente en 2018 —cuando se presentó un aumento de 57 por ciento con relación al año anterior, en una escalada sin precedente— y 27 mil 207 en 2023, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Una reducción de 60 por ciento. Ahora la capital nacional se ubica entre las 10 con menor tasa delictiva por cada 100 mil habitantes.

Los homicidios dolosos, ejemplificó Batres en una conferencia de prensa este lunes, tienen uno de los promedios diarios más bajos. En lo que va de enero es de 1.8, mientras que 2018 cerró con 3.8 y a principios de 2019 llegó a 4. A partir de entonces, la tendencia ha sido a la baja.

Aun la oposición no puede negar, con argumentos u otros datos serios, los resultados atribuibles a la política de seguridad diseñada por Sheinbaum enfocada en fortalecer atención a las causas, investigación policial, trabajo conjunto, detenciones de generadores de violencia y promoción de la participación ciudadana. Agrego yo: las detenciones han sido determinantes, más de 2 mil 700 objetivos neutralizados.

La política de seguridad ha generado una mejor percepción. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana dada a conocer por el INEGI la semana pasada muestra que durante el primer trimestre de 2018 se presentó el punto más alto en la sensación de inseguridad, con 92.3 por ciento de la población. En el cuarto trimestre del año pasado bajó a 55.3 por ciento.

Una mejoría de 37 puntos porcentuales difíciles de lograr en otras ciudades. Tan solo a Inglaterra le llevó 24 años mejorar 25.9 puntos.

Falta mucho por realizar. Los logros evidencian también una determinación ciudadana ajena al discurso delincuencial de la inexistencia en probabilidad de acceso a justicia.

Salvador Guerrero Chiprés

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Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. Es doctor en Teoría Política por la Universidad de Essex, Inglaterra; maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana y licenciado en Derecho y en Comunicación por la UNAM. Fue asesor de la Secretaría de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal y de la Comisión Nacional de Seguridad, y Comisionado Ciudadano de Transparencia en el InfoDF.

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