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Alejandro Calvillo

23/03/2024 - 12:05 am

Chatarreras piden impunidad a diputados

Será muy importante ver, en este periodo electoral, cómo se posicionan los diputados de los diversos partidos políticos en la Comisión de Salud frente a esta iniciativa que busca actualizar la ley de protección al consumidor para proteger, en especial a niñas, niños y adolescentes, del enorme poder persuasivo que ha adquirido la publicidad a través de las nuevas tecnologías y estrategias de las corporaciones.

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ConMéxico, la mayor asociación de los productores de chatarra y refrescos, entre otros productos ultraprocesados, nuevamente intenta bloquear en el legislativo políticas urgentes para la protección de la salud. La Comisión de Salud de la Cámara de Diputados tiene frente a sí la posibilidad de actualizar la protección de los consumidores, especialmente la protección de niñas, niños y adolescentes, frente a las estrategias publicitarias invasivas y con un enorme poder persuasivo de las chatarreras, estrategias que se han desarrollado aceleradamente en los últimos años. Estrategias que, entre otras cosas, tienen una profunda responsabilidad en la epidemia de sobrepeso y obesidad en nuestra población infantil, que es una de las más graves en el planeta.

Tenemos una ley de protección del consumidor que se ha quedado rezagada, que no ha avanzado frente a una evolución brutal de las estrategias de mercadeo desarrolladas por las grandes corporaciones globales de la comida chatarra y las bebidas endulzadas que se aprovechan de los vacíos legales de una ley retrasada y de la vulnerabilidad de la infancia frente a la publicidad.

Hay un gran impedimento, un poderoso obstáculo que se interpone a que se actualice la ley. Se trata de las grandes corporaciones que se aprovechan de este vacío legal, que se aprovechan de la publicidad con la que invaden a niñas, niños y adolescentes a través de las redes sociales, con los influencers que les recomiendan el consumo de productos no saludables, ocultando que están haciendo publicidad, y que reciben un beneficio por esa publicidad.  El mayor engaño publicitario es, sin duda, ocultar que se trata de una publicidad, recibir un pago por ello, y presentar la promoción del producto como una recomendación personal. Las corporaciones como Coca-Cola, Nestlé, Danone, Bimbo y otras más, buscan que esta situación se mantenga. Es muy lucrativa, los influencers, como el mismo apelativo lo refiere, tienen una enorme influencia sobre sus seguidores y sus recomendaciones tienen un fuerte impacto en ellos. Y es más efectivo que se siga engañando, a que los influencers declaren, de manera muy clara y entendible, que están haciendo publicidad, que están recibiendo un beneficio por ello, que no están haciendo una recomendación personal. En fin, mejor mantener el contubernio entre las corporaciones, las agencias de publicidad y los influencers para mantener este ocultamiento. Eso piden las corporaciones a los diputados de la Comisión de Salud…ocultar la publicidad.

Y bueno, la industria argumenta a los diputados que ya existe una guía elaborada por PROFECO para los influencers, es decir, unas recomendaciones que no tienen dientes, que no obligan a nada. La publicidad en redes sociales de estos productos no saludables, no sólo comida chatarra y bebidas endulzadas, también alcohol y vapeadores, es la que más ha crecido. Y bueno, las corporaciones les dicen a los diputados que basta con unas recomendaciones para que puedan seguir haciendo lo que les plazca, lo que les dé la gana. Les recomiendo entrar al observatorio “ChatarraInfluencer”, que hemos elaborado junto con la organización Tec-Check en donde se presenta una muestra de estas prácticas, totalmente inmorales, de las grandes corporaciones que argumentan tener principios éticos y responsabilidad social.

El otro gran tema es que la estrategia ahora de estas grandes corporaciones es publicitar su marca y ligarla a causas sociales y ambientales, se trata de una inversión multimillonaria en campañas publicitarias para presentarse como responsables social y ambientalmente. El mejor ejemplo es Coca-Cola que a través de una multimillonaria campaña llamada “El Amor Multiplica”, puede decir y publicitar que cuida el ambiente y recicla sus botellas, que apoya a las comunidades, que cuida y lleva agua a las poblaciones, sin embargo, como no publica a la vez su producto, no se le puede denunciar por publicidad engañosa. Puede mentir porque sabemos que extrae el agua de las poblaciones, es el mayor contaminador por plásticos y lleva diabetes embotellada a las comunidades, pero no la podemos demandar por publicidad engañosa porque la ley establece que la publicidad engañosa es sobre un producto o un servicio, no sobre publicidad de la marca. Pero, ¿qué está publicitando Coca-Cola con estas campañas de supuesta responsabilidad social? publicita la marca, publicita el producto.  Habría que sufrir de un grado superior de oligofrenia para no entenderlo así, para no entender que el posicionamiento de marca es un posicionamiento del producto, como lo reconoce la Organización Mundial de la Salud.

Obviamente, las chatarreras no pueden publicitar ningún beneficio que brinde su producto, porque simplemente no genera ningún beneficio sino todo lo contrario. La propia corporación Nestlé, la mayor productora de alimentos ultraprocesados en el mundo, reconoció que más del 70 por ciento de sus productos no cumplían con los estándares para declararlos saludables.

Las corporaciones, al no poder probar beneficios de sus productos, recurren, entonces, a posicionarlos a través de publicitar la marca vinculándola a causas sociales que son de gran preocupación y no importa que para ello mientan, porque la ley tiene ese vacío. Las corporaciones chatarreras buscan que esta situación se mantenga tal cual, que no sea ilegal seguir mintiendo, maquillarse de verde, de salud, de comunidad, cuando en realidad lo que se hacen es atentar contra la salud y el medio ambiente. Ahí están los datos sobre las mayores empresas saqueadoras de agua, generadoras de plásticos y los daños del consumo de sus bebidas y productos ultraprocesados. La ley debe poner un alto a estas prácticas multimillonarias de manipulación y engaño.

Será muy importante ver, en este periodo electoral, cómo se posicionan los diputados de los diversos partidos políticos en la Comisión de Salud frente a esta iniciativa que busca actualizar la ley de protección al consumidor para proteger, en especial a niñas, niños y adolescentes, del enorme poder persuasivo que ha adquirido la publicidad a través de las nuevas tecnologías y estrategias de las corporaciones. Será importante ver de qué lado se ponen, si de la salud o de los intereses corporativos que defienden prácticas que han contribuido al profundo deterioro de nuestra salud y nuestro medio ambiente.

Con su voto pueden contribuir a modificar una de las condiciones que está afectando la salud de nuestra infancia o contribuir a mantener y aumentar este daño para una población que se estima, si no hacemos nada, que la mitad de ella va a desarrollar diabetes a lo largo de su vida.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

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