México

La PGJ-CdMx criminaliza a Carlos y no indaga su asesinato hace 7 años, acusa madre de estudiante

23/08/2018 - 8:30 pm

Procuradores, fiscales, funcionarios públicos, visitadores de derechos humanos y ministerios públicos han ido y venido y la respuesta de las autoridades ha sido la misma: “criminalización y obstrucción de justicia” para Carlos Sinuhé Cuevas Mejía.

Las autoridades de justicia de la Ciudad de México han dicho que el móvil del asesinato derivó de problemas familiares, pasionales y hasta de drogas, pero no han indagado en su actividad política, pese a las amenazas y hostigamiento del que fue objeto en varias ocasiones.

“Han sido siete años de dolor y frustración”, dice María de Lourdes Mejía Aguilar, madre del activista y tesista de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, quien fue asesinado la noche del 26 de octubre del 2011 de 16 impactos de bala.

Ciudad de México, 23 de agosto (SinEmbargo). – La mañana del 27 de octubre del 2011 sonó el teléfono en casa de Carlos Sinuhé Cuevas Mejía.

–¿Ahí vive, Carlos? –preguntaron.

–Sí, ¿quién lo busca? –respondió Lourdes.

Luego colgaron.

Minutos después el teléfono volvió a sonar.

–¿Ahí vive la señora Lourdes Mejía?

–Sí, ella habla, ¿qué pasó?

–Necesita presentarse con urgencia en la Fiscalía de Tlalpan –le dijeron.

Así fue como las autoridades capitalinas citaron a María de Lourdes Mejía Aguilar para anunciarle el homicidio de su hijo, el activista y tesista de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carlos Sinuhé Cuevas Mejía.

Lourdes relata que ese día, Carlos salió de la universidad y tomó el transporte público rumbo a su casa al sur de la Ciudad de México y alrededor de las 11:00 de la noche Carlos bajó del camión y recibió 16 impactos de bala que acabaron con su vida.

“Después de la primera llamada me asusté mucho y le marque a su celular pero no me contestaba, y pues nada, mi hijo ya estaba muerto”, lamenta Lourdes.

Procuradores, fiscales, funcionarios públicos, visitadores de derechos humanos y ministerios públicos han ido y venido a largo de los últimos siete años y la respuesta de las autoridades ha sido la misma: “criminalización y obstrucción de justicia” en su caso.

La señora Lourdes reclama que desde el día trágico, las autoridades intentaron buscar cualquier otro móvil de su homicidio, menos el “activismo político” de su hijo.

“Lo niegan porque he pedido en varias ocasiones que se aplique el Protocolo de de Minnesota por ser un activista y no han querido”, dice.

El pasado 8 de agosto, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHDF) emitió la recomendación 2/2018 que demanda a las autoridades capitalinas crear una comisión de expertos independientes para que investiguen el caso.

“Han sido siete años de dolor y frustración. Te acercas a las autoridades y pides justicia, pero son una cloaca”, denuncia la madre del joven activista.

Para Lourdes Mejía no hay “perdón y olvido” porque “desmadraron” su vida y la de su familia, pero su hambre de justicia la motiva. “A veces platico con mi hijo y le digo dame fuerzas para seguir luchando para encontrar justicia por ti y por todos tus compañeros”, apunta.

EL LARGO RECORRIDO

Cuando Lourdes acudió a la Fiscalía, los funcionarios le informaron que Carlos había perdido la vida de 16 balazos.

“Entro y veo a mi hijo tendido, sin ropa y en el suelo un charco de sangre. Tenía en su cara como pecas rojas, era de la pólvora que le salpicó en la cara porque le dispararon muy cerca, con armas de uso exclusivo del Ejército. Una de calibre 9 milímetros y otra de 45 milímetros, fueron dos armas, al parecer fueron dos sujetos y es algo que desde el principio no se investigó”, detalla la madre.

Uno de los últimos proyectos de Carlos era viajar a Ciudad Juárez, Chihuahua, a preparar a un grupo de profesores para que impartieran una educación popular como una alternativa más para que los jóvenes pudieran estudiar. Iba a vender pan en la Megaofrenda para costear su pasaje a la ciudad norteña.

Ese día, las autoridades apuntalaron que el posible móvil de su asesinato podría derivar de un supuesto conflicto con la pareja sentimental de su madre, quien no era el padre biológico de Carlos. Pero eso sólo fue el principio de la estigmatización y criminalización por parte de las autoridades capitalinas hacia el activista.

Tiempo después del homicidio, el entonces Procurador Miguel Ángel Mancera Espinosa, afirmó que los motivos del asesinato había sido “pasionales”, subrayó que el activista tenía “un carácter irascible” y vinculó el hecho con asuntos de drogas

“Yo le reclamé y él me ofreció una disculpa porque según él los medios [comunicación] lo habían obligado a decir eso. Él siendo Procurador se comprometió a que se iban a investigar todas la líneas pero se fue de campaña para Jefe de Gobierno y jamás me volvió a recibir”, cuenta Lourdes.

Hace aproximadamente tres años, la organización Idheas litigio estratégico en Derechos Humanos A.C. retomó el caso del tesista de la FFyL y de nueva cuenta solicitó que sea aplicará el protocolo de Minnesota para que se investigue el homicidio de Carlos con línea del activismo político.

Sin embargo, la madre de Carlos Sinuhé señala que las autoridades han determinado que “Carlos no era activista, con base en una declaración de una joven que dijo que lo que él hacía era trabajo cultural”, por lo tanto no se ha podido aplicar la medida.

A raíz del activismo político de Carlos en los casos mencionados, su madre cuenta que su hijo comenzó a ser amenazado vía telefónica y hostigado por personal de la UNAM. Foto: Moisés Pablo, Archivo, Cuartoscuro

CARLOS Y EL ACTIVISMO

Carlos Sinhué estudiaba Filosofía al momento de su asesinato, tenía 33 años y documentaba su tesis sobre la educación en México. “Era profesor a nivel bachillerato y licenciatura es una escuela privada; era músico, maestro de piano, carpintero, hacía pan y practicaba diversas actividades culturales”, rememora Lourdes.

Además, llevaba una larga carrera en el activismo político por diversas causas: en 1999 participó en la huelga universitaria por la educación gratuita y pública; en 2008 se sumó a la exigencia de pedir justicia por los estudiantes mexicanos asesinados en Sucumbíos, Ecuador; en 2009 acompañó a los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro con diversas con brigadas informativas y actividades culturales.

También apoyó el primer encuentro de los  pueblos de San Juan Copala de Oaxaca, San Salvador Atenco y otras comunidades que fueron despojados de sus comunidades, el evento se llevó a cabo en El Auditorio Justo Sierra, conocido también como Ernesto “Che” Guevara de la FFyL , además fue miembro de la Coordinadora de Movimientos Estudiantiles y Políticos Nuestra América, entre otras.

Su madre acusa, que durante el apoyo que Sinuhé manifestó en esas causas, se difundieron volantes con la imagen de su hijo y otros activistas donde los acusaban de infiltrados del gobierno, militares y adicto a las drogas.

A raíz de su activismo, su madre cuenta que comenzó a ser amenazado vía telefónica y hostigado por personal de la UNAM. “Por las noches le llamaban y lo amenazaban, le decían que se aplacara y que se callara”, sostiene.

En el 2009 se comenzaron a girar volantes donde criminalizaban a Carlos y otros integrantes de la Coordinadora de la cual formaba parte cada que vez que salían de una actividad, por ejemplo cuando exigieron la desmilitarización del país.

“En los volantes se leía ‘la moneda estaba en el aire y más que pronto las fuerzas revolucionarias ibas a hacer justicia’. Mi abogado dice que fue una amenaza y al parecer en el caso de Pável González [otro activista asesinado en el 2004] salieron situaciones así”, señala.

“Toda esa documentación se le presentó a la Fiscalía pero no investigaron nada, con el pretexto de la que la policía no puede entrar a Ciudad Universitaria”, refiere Lourdes.

En noviembre del mismo año, el joven fue detenido por autoridades capitalinas frente a personal de Auxilio UNAM afuera de la la Universidad por supuestamente portación de mariguana y fue llevado ante las autoridades universitarias. Sin embargo, sostiene Lourdes, había muchas inconsistencias y contradicciones con las supuestas pruebas y declaraciones.

El hostigamiento no cesó. Meses antes de su homicidio, “personal de Auxilio UNAM lo sigue a la casa donde iba a recoger unas cosas para otro evento de bienvenida. La persona que pidió su apoyo enfrentó a esas autoridades y les dijo que lo dejaran en paz. Mi hijo para no entrar en su juego terminó por retirarse, pero éstos dejaron bajo consigna la camioneta de mi hijo”.

“¿Y qué hizo la UNAM?, pues obstruir, no entregar información y deslindarse junto con la Fiscalía del acoso que había hacia Carlos. De estos casos la Procuraduría se agarró para criminalizarlo después de su asesinato. La Fiscalía no toma en cuenta esto, van tapando todo lo que pueda llegar y dar información o lo pierden o desaparecen como los volantes o no quieren investigar”, alude.

AUTORIDADES OMISAS Y NEGLIGENTES

Después del asesinato de Carlos, la Comisión de Derechos Humanos local levantó una queja por oficio, derivada de una nota periodística “y fue un batallar para se emitiera la recomendación. Hubo muchas omisiones, al principio pedía lo de los videos del Oxxo, porque fue asesinado frente a uno, pero la Comisión y la Fiscalía me dijeron que no los podría tener porque era particular”.

El caso de Carlos Sinhúe ha estado plagado de negligencia por parte de las autoridades como la desaparición de pruebas y omisión de las mismas autoridades, acusa Lourdes. Además, el cambio de visitadores en su caso y de la titular de la Comisión han sido otros factores que han alargado el proceso.

“En una ocasión una de las visitadoras de la Comisión que llevaba el caso me dijo que no iba hacer la recomendación, que lo reconciliara con la Procuraduría [de la CdMx] o concluía el caso, pero le respondí que no lo aceptaba porque que se tenía un trabajo de la recomendación”, explica.

Además, acusa que llegó a ser criminalizada por la misma Comisión de Derechos Humanos capitalina, durante la administración de Perla Gómez Gallardo, quien “se atrevió a declarar que yo buscaba dinero y dio mis datos personales”.

 RECOMENDACIÓN 2/2018

“El día que tomó posesión la ahora Titular de Comisión, Nasheli Ramírez Hernández, me acerque para pedirle que atendiera mi caso, me dijo que sí, y hasta en agosto se hizo la recomendación, pero ha sido un proceso de estar presionando y presionando”, cuenta la madre Sinhué.

El pasado 8 de agosto la Comisión emitió la recomendación 2/2018 donde indicó que la Procuraduría capitalina realizó una indebida procuración de justicia al no agotar todas las líneas de investigación y cometer múltiples violaciones a los derechos humanos de los familiares de la víctima.

También señaló como responsables de las violaciones a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) capitalinos.

El organismo documentó violaciones a los siguientes derechos humanos: al debido proceso, acceso a la justicia y verdad en relación con el principio de legalidad y el derecho a la seguridad jurídica; a la integridad personal en relación con el derecho a la memoria de las personas fallecidas, el derecho a la intimidad y vida privada; y a la protesta social en ejercicio de la libertad de expresión.

Además demandó crean una comisión de expertos para que elabore un estudio técnico-jurídico de la averiguación previa.

En ese contexto, la madre de Carlos Sinuhé insiste en que se destaque el activismo político de su hijo como uno de los móviles de su asesinato y se forme una verdadera Comisión independiente para que sea se investigue el caso, aunque lamenta, “en la recomendación a la UNAM la dejaron limpia”.

Sarai Zulema Oviedo Hernández
en Sinembargo al Aire

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