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Mentiras, abusos, soberbia, oídos sordos y regadero de muertos persiguieron al Fiscal de Duarte

24/06/2018 - 4:00 pm

Una niña de cinco años fue secuestrada y asesinada en Coatzacoalcos a mediados del 2014. Durante un mes, sus padres mantuvieron la esperanza de verla de regreso, por las informaciones recibidas del entonces procurador de Justicia en Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras.

Por ejemplo, los padres de Karime Cruz Reyes amagaban con hacer protestas y manifestaciones para exigir la aparición con vida de su hija y Bravo Contreras los apaciguaba con más esperanzas, aunque él ya sabía que eso no era posible. Éste es sólo un ejemplo de lo que Bravo Contreras no investigó, sino que ocultó.

Además, es señalado por ocultar las investigaciones en contra de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz y de engañar a los colectivos que se formaron una vez que se tuvieron indicios de un Veracruz convertido en panteón clandestino.

Por Ignacio Carvajal

Veracruz/Ciudad de Ciudad, 24 de junio, (BlogExpediente/SinEmbargo).- Una tragedia dibuja a Luis Ángel Bravo de cuerpo entero: Una niña de cinco años fue secuestrada y asesinada en Coatzacoalcos a mediados del 2014. Durante un mes, sus padres mantuvieron la esperanza de verla de regreso.

En parte, esas esperanzas fueron alimentadas por Luis Ángel Bravo Contreras, a la sazón Procurador de Justicia en Veracruz.

Los padres de Karime Cruz Reyes amagaban con hacer protestas y manifestaciones para exigir la aparición con vida de su hija y Bravo Contreras los apaciguaba con más esperanzas, aunque él ya sabía que eso no era posible.

Una semana antes de que se confirmara oficialmente el hallazgo del cadáver de la menor, algunos medios de comunicación de Coatzacoalcos dieron la noticia sobre el hallazgo de su cadáver bajo el piso de una vivienda en la colonia Luis Echeverría.

Los padres exigían respuestas a la prensa, a las autoridades y a la sociedad. Durante toda esa semana, Bravo Contreras no dejó de alentar la esperanza y decir a los padres que seguían trabajando para localizarla con vida, que la prensa mentía.

En esas fechas se celebraría en Boca del Río una convención de senadores y diputados federales del Partido Verde Ecologista de México, y era presidida por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Por nada se debía opacar el evento nacional con noticias sobre violencia. Era orden estricta de Javier Duarte de Ochoa.

El día del funeral, Bravo Contreras envió una corona de flores y la familia la regresó. “Es una burla al dolor”, lo señalaron.

El tiempo hizo lo suyo, los papás de Karime Cruz Reyes ahora tutelan una fundación con el nombre de la pequeña en la cual se ofrece ayuda a las víctimas de la violencia por medio del a tanatología, y Bravo Contreras pasó su primera noche en Pacho Viejo, acusado de desaparición forzada de personas.

ENGAÑAR A LOS COLECTIVOS

Ni Reynaldo Escobar ni Amadeo Flores ni Jorge Wínckler han tenido el trato que tuvo Bravo Contreras con las madres de los colectivos de desaparecidos. Siempre preocupado por su apariencia, en andar bien perfumado y pulcro, también era una “dama” al atender a las víctimas.

Más si eran madres de desaparecidos, no le importaba a dónde debía viajar, lugares qué recorrer, horario de estar con ellas oyendo sus casos, Bravo Contreras siempre mostraba disponibilidad para atenderlas.

Eso lo reconocen la mayoría de las integrantes de los grupos de búsqueda de personas ausentes.

Delicado, sensible, amable en su trato, siempre mostraba disponibilidad para estar presente. A su lado.

Eso no quedaba ahí, incluso, para soltar recurso era espléndido.

Contrario a Jorge Wínckler, quien se ha distinguido por sus desplantes a las madres, a las que incluso una vez dejó plantadas, afuera de la Fiscalía, mientras él se iba a buscar a un alto funcionario al aeropuerto para un encuentro con los colectivos, Bravo Contreras había dispuesto en su agenda dar la mayor parte de su tiempo a atender colectivos.

Y así lo decía, más de la mitad de mi tiempo, se va en atender casos de desaparecidos en Xalapa, zona centro, Coatzacoalcos y Poza Rica.

Sin embargo, al paso de los años, los casos de búsqueda de personas, no avanzan.

La tragedia en Veracruz. Foto: Cuartoscuro.

Cuando las madres tuvieron indicios sobre la existencia del gran cementerio de Colinas de Santa Fe, en 2015, la Fiscalía General del Estado minimizó los hechos.

En comunicados oficiales, Bravo Contreras expuso la inexistencia de un gran panteón cerca de la zona portuaria. Las madres, sin embargo, dieron a conocer que la búsqueda había sido básica, sin perros, apenas un recorrido con unos cuantos oficiales de la Ministerial, ni siquiera periciales.

Pero corrieron doce meses, y el escándalo reventó. Bravo Contreras no había hecho nada para localizar el tiradero y fueron las madres del colectivo Solecito de Veracruz, quienes le entraron a la investigación y al rescate de los cuerpos con el apoyo de la Policía Científica.

En septiembre del 2015 pobladores de Alvarado alertaron la presencia de docenas de cuerpos en un islote, frente a al poblado de Buena Vista. Y aunque el personal de periciales arribó al islote y se llevó los restos, personal de prensa de la Fiscalía dio a conocer previamente que eran bolsas con “estiércol de caballo”.

Pero las madres de los colectivos arribaron al forense en Boca del Río, donde habían sido confinados los cadáveres, y protestaron por la falta de información. Al Bravo Contreras no le quedó más que confirmar el hallazgo de nueve bolsas con restos. Hasta ahora permanecen sin identificar.

En enero del 2016, tras la denuncia de desaparición forzada de jóvenes de Playa Vicente en Tierra Blanca, las madres de todos los colectivos del estado tomaron la Fiscalía, y entregaron un pliego petitorio a Bravo Contreras en donde le exigían investigar a Javier Duarte de Ochoa y a Arturo Bermúdez, entonces Gobernador y titular de la Secretaría de Seguridad Pública, por la desaparición de cientos de personas durante ese gobierno.

Como se ve al paso del tiempo, Bravo Contreras no los investigó, además de eso, según los cargos en su contra, se coludió con la red para desaparecer seres humanos.

TEMÍA A BERMÚDEZ

Efraín Martiz, padre del joven Gibrán Martiz, víctima de desaparición forzada durante el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa, recuerda que sostuvo al menos dos encuentros cercanos con Bravo Contreras en su papel de procurador.

En uno de ellos, el mismo padre presentó evidencia de que su hijo había estado en el cuartel de la policía de San José, mientras su presunta detención no había sido reportada.

Además, dio otros datos, de que su celular había sido activado cerca del fraccionamiento Las Ánimas, donde el ex secretario de SSP, Arturo Bermúdez, contaba con una residencia; y otra señal más era en Academia de Lencero.

En ninguno de los casos, Bravo Contreras quiso confrontar al ex secretario, asegura Martiz.

Le dio la impresión, de que le temía al súper funcionario de Javier Duarte de Ochoa.

Algunos de sus colaboradores más cercanos, incluso, afirman que efectivamente, Bravo Contreras le temía a un sólo hombre dentro del gabinete, y ese no era el gobernador Javier Duarte de Ochoa, sobre quien ejercía un gran control de sus neuronas.

La persona encargada de tratar los temas de la SSP con la Fiscalía, no era pues, Bravo Contreras, sino una de sus allegadas, la Fiscal Especial Rosario Zamora, actualmente presa por los mismos cargos.

Como un sastre, cada que los oficiales de Bermúdez cometían un abuso contra los derechos humanos, donde se debía dar parte al ministerio público, Bravo Contreras confeccionaba “verdades históricas” encaminadas a ocultar la realidad.

Así lo preparó con el tema de los cinco chicos de Playa Vicente desaparecidos en Tierra Blanca.

Con los tres jóvenes de Papantla desaparecidos por policías.

Y como ha quedado en evidencia, con el lanzamiento de víctimas de tortura en Lencero, a la barranca de La Aurora, en Emiliano Zapata, caso por el cual ha sido girada y ejecutada orden de aprehensión en su contra por delito de desaparición forzada, en la modalidad de facilitar que los perpetradores se deshicieran de sus víctimas y cadáveres.

Así, Bravo Contreras dejó hacer y pasar las tropelías cometidas por elementos de la SSP.

Sin embargo, de la misma Fiscalía han salido versiones sobre la existencia de un grupo de funcionarios judiciales autodenominados “los Chacales”, lidereados por Rosario Zamora, quienes a su vez se frotaban las manos de gusto al saber de nuevos escándalos en la SSP, pues eran los responsables de enderezar los expedientes a cambio de importantes sumas de dinero las cuales eran pag
adas por altos mandos de la SSP.

CON SUS AMIGOS

En junio de 2014 aparecen en Tres Valles una docena de fosas clandestinas de las que exhuman mujeres, niños y hombres que habían sido asesinados por el Cártel de Los Zetas. La información comenzó a fluir en medios de comunicación durante el inicio del mes, sin embargo, pasados dos días, fue confirmada por el sub procurador regional de Veracruz, Arturo Herrera Cantillo.

Herrera Cantillo, quien fue maestro de Luis Ángel Bravo en la universidad, llegó a colaborar con su alumno como fiscal regional en el puerto jarocho, y aunque no le tocaba la demarcación de Tres Valles, tuvo que enviar personal ministerial y periciales para colaborar a sacar tan elevado número de cadáveres.

Hasta ese momento, la de Tres Valles, con 35 víctimas, era la fosa más impactante en todo el estado, y la noticia comenzó a cimbrar lo más alto del gobierno de Javier Duarte de Ochoa.

Herrera Cantillo le aceptó una llamada la periodista Rosa María Hernández Espejo, quien lo tenía al aire y le pide confirmación sobre la fosa. Cantillo aportó la confirmación y dio datos humanos sobre la tragedia. Que su personal trabajaba a marchas forzadas excavando en la tierra y jalando pedazos de restos humanos para poder rescatar el mayor número de cadáveres.

Antes de la doce del día ya le había pedido su renuncia.

Con todo y que era su maestro y amigo, no le quedó de otra más que dejar el cargo y sacar sus cosas por haber dicho la verdad.

A cuatro meses de haber tomado el cargo, a su salida, dijo: “No puedo decir más. Capaz y me corren del estado”.

CON LA PRENSA

En julio del 2015, desaparece el periodista Juan Mendoza, el taxi que manejaba para complementar su ingreso, es localizado cerca de su domicilio en Medellín de Bravo.

Horas después, cuando la familia exigía su localización, la fiscalía ya contaba con su cadáver en la morgue de Boca del Río. Le localizaron 24 horas después de su desaparición en la autopista Veracruz-Xalapa, a la altura del fraccionamiento Colinas de Santa Fe.

En las fotos tomadas por algunos reporteros, claramente se aprecia una mordaza y venda sobre el rostro de Juan Mendoza. Pero pese a esos indicios, en rueda de prensa, Bravo Contreras afirmó que había sido atropellado.

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