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Alejandro De la Garza

27/05/2023 - 12:03 am

En contra del trabajo

“La crítica al trabajo no es solo una crítica entre varias otras, es la crítica fundamental de este mundo tal como lo sufrimos”.

Abolición del trabajo. Foto tomada del libro Textos contra el trabajo.

El sino del escorpión, como el de todos, también ha sido el trabajo asalariado, padecer sus horrores y disfrutar de lo ganado sin mayor acumulación. Como es sabido, la palabra trabajar viene de latín tripalium, un cruel instrumento de tortura semejante a una cruz de tres palos, a la cual se ataba a los reos para infligirles todo tipo de torturas, desde golpes y mutilaciones hasta tostarlos al fuego y otras lindeces. En su sentido más antiguo, entonces, el verbo trabajar era utilizado como sinónimo de sufrir y padecer. Cuando calificamos algo como “muy trabajoso”, queremos decir que es costoso, difícil, sacrificado, y retomamos ese antiguo valor de tortura: trabajar era en castellano antiguo estar afligido y soportar penalidades. ¿Lo sigue siendo? Aun en sentido bíblico, Adán y Eva fueron expulsados del paraíso y condenados a “ganarse el pan con el sudor de su frente”. ¡Vaya castigo eterno!

El escritor Charles Bukowski (1920-1994), siempre odió el trabajo y su obra es una larga relación de los patéticos subempleos y trabajos infames que se vio obligado a realizar (el trabajo en una tienda departamental casi lo mató, asegura), hasta lograr más o menos sobrevivir de su escritura, aunque aún así, continuó trabajando como cartero durante 12 años luego de su reconocimiento literario. En pleno auge económico de la posguerra y de la ilusión del ascenso social vía el “trabajo honrado y productivo”, Hank, como le gustaba que lo llamaran, repudió las aspiraciones materiales convencionales de la clase media estadounidense, odio su insinceridad y su hipocresía, y desde luego odió el trabajo sobre todo como valor moral. Su escritura es efectivamente una literatura del escepticismo en la sociedad y sus figuras emblemáticas: el político, el empresario, el cura, la policía, el ejército, la autoridad, el padre de familia, el éxito… el trabajo.

Trabajo y tortura. Foto tomada del libro Textos contra el trabajo.

El alacrán reflexiona sobre el “mito genial” del trabajo al calor de la lectura del libro Textos contra el trabajo (Licantropía Distro Ediciones, 2022), cuya edición en PDF ya circula libremente en las redes sociales. Una breve compilación de escritos para una crítica radical y revolucionaria del trabajo asalariado; ensayos surgidos de organizaciones y colectivos del pensamiento marxista y anarco comunista contemporáneo. El colectivo Antagonismo escribe desde México: “El trabajo no redime, sino que embrutece”. Desde España, la Coordinadora Anticapitalista presenta: “No disfrutamos en el paro ni disfrutamos trabajando”. Los Cuadernos de Negación de Argentina colaboran con el ensayo: “Abajo el trabajo”, mientras la organización chilena Agitación Inmanente nos invita a leer sus “Reflexiones sobre el trabajo y la explotación humana”. Finalmente, desde Europa, la Revista Internacionalista de Bélgica colabora con el texto “Contra el trabajo”, y la revista francesa Matértaux Critiques, propone “De la crítica al trabajo a su abolición”.

El venenoso vive, también como todos, la necesidad de un trabajo remunerado, de un empleo con salario, de una chamba para subsistir, así que no se hace ilusiones, pero claramente favorece el pensamiento crítico en torno a ese gran mito capitalista que es el trabajo asalariado. Dice el ensayo mexicano: “Desposeídos de todo lo que nos permite sabernos seres humanos, seguimos caminando el tiempo con las cadenas a cuestas de trabajos aburridos y absurdos ¿Qué es lo que tenemos? ¿Qué es lo que poseemos? Deudas: la renta o la hipoteca, el teléfono celular, el automóvil, los trapos que compramos para vernos a la moda… ¿Qué es realmente nuestro? Un futuro burlón y miserable nos espera en cada segundo con la única afirmación real, con la única certeza de nuestras vidas: el no ser dueños de nada más que de nuestra fuerza de trabajo: mente, brazos y piernas que vendemos al mejor postor, el que nos pagará la cantidad de dinero que él quiera y será dueño de nuestro cuerpo y nuestra mente, de nuestros sueños y anhelos”.

El trabajo es una mierda. Foto tomada del libro Textos contra el Trabajo.

El arácnido se imagina al más vulgar, clasista y burlesco empresario mexicano presente siempre en las redes, leyendo sin entender estos escritos radicales y reaccionando con el échaleganismo, “trabaja y supérate”, “levántate más temprano” o “compra criptomonedas”, consejos característicos del pobre pensamiento de nuestra clase empresarial. Los textos abrevan, en efecto, en el originario pensamiento marxista, pero avanzan hasta el momento actual al destacar, por ejemplo, como el neoliberalismo, etapa más reciente del capitalismo, dejó atrás la idea del “Estado de bienestar” para asumir la siniestra época en que la fuerza de trabajo dejó de ser un valor y se convirtió en una mera baratija, tan necesaria para la producción y reproducción del capital como desechable, sustituible y efímera. El libre comercio mundial nos ofreció además gran cantidad de mercancías de consumo y muchos creyeron en el cuento del fin de las clases sociales, de la desigualdad y de la historia misma.

La crítica al trabajo no es solo una crítica entre varias otras, es la crítica fundamental de este mundo tal como lo sufrimos, se insiste en la contraportada del volumen. “Es nuestra actividad humana fragmentada, limitada y enajenada”. Y para todos aquellos preocupados por la automatización, el libro también ofrece ideas interesantes, pues “quien teme que seamos reemplazados por robots no comprende que valemos menos que un robot. Al robot hay que arreglarlo si se rompe, comprar otro… pero si nosotros —trabajadores— nos quebramos o morimos, hay una fila interminable de desocupados detrás nuestro”.

En tanto, el escorpión sigue en busca de su tripalium para atarse al instrumento y continuar viviendo la tortura del trabajo…

Abajo el trabajo. Foto tomada del libro Textos contra el Trabajo.

Alejandro De la Garza
Alejandro de la Garza. Periodista cultural, crítico literario y escritor. Autor del libro Espejo de agua. Ensayos de literatura mexicana (Cal y Arena, 2011). Desde los años ochenta ha escrito ensayos de crítica literaria y cultural en revistas (La Cultura en México, Nexos, Replicante) y en los suplementos culturales de los principales diarios (La Jornada, El Nacional, El Universal, Milenio, La Razón). En el suplemento El Cultural de La Razón publicó durante seis años la columna semanal de crítica cultural “El sino del escorpión”. A partir de mayo de 2021 esta columna es publicada por Sinembargo.mx

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