La balacera registrada el lunes en la Terminal 2 del aeropuerto capitalino no derivó de un operativo realizado para capturar a dos agentes presuntamente implicados con el crimen organizado, sino de una discusión entre elementos asignados a la vigilancia de la instalación aeroportuaria, de acuerdo con fuentes de seguridad que tuvieron acceso a las primeras averiguaciones y fueron consultados por Reforma.
Los tres agentes fallecidos, que la SSP aseguró conformaban una unidad de investigación que iba a realizar la captura, estaban adscritos a la División de Seguridad Regional, encargada de la vigilancia de las carreteras federales, puertos y aeropuertos del País, dice el diario. Mientras, los agentes agresores presumiblemente pertenecen a la misma división y trabajan en el AICM, razón por la cual pudieron huir a pie por una ruta conocida.
“Incluso especialistas en materia de seguridad pública e instrucción policial consultados por Reforma desestimaron la versión de la SSP en el sentido de que los tres agentes que murieron fueron ejecutados cuando intentaron detener a dos de sus compañeros ligados al narcotráfico”, dice el diario esta mañana.
Carlos Mendoza y Bernardo Gómez del Campo indicaron que los protocolos policiacos para detener a un presunto delincuente requieren de más elementos que los que participaron el lunes.
“Los protocolos señalan que, para detener a dos personas, tienen que asistir seis elementos. En este caso, si iban a detener a tres elementos, cuando menos tenían que haber estado presentes nueve”, señaló Mendoza.
“Cualquier operación se basa en tres factores: qué amenazas tienes en torno a ese aseguramiento, qué vulnerabilidad tienes en torno a la operación y qué nivel de riesgos (…) Si iban a hacer una aprehensión, fue perfectamente mal planeada”, indicó Gómez del Campo a Reforma.
