Artes de México

Fiestas de Guerrero. Rituales de la reconciliación

29/01/2023 - 12:01 am

Los artífices de la plata y de la madera (Taxco y Olinalá) representan así de manera emblemática una vertiente fundamental de la riqueza económica y social de México. Su destreza es producto de siglos de empeño y dedicación, de contacto con las más refinadas tradiciones estéticas del mundo.

Por Alfonso Alfaro

Ciudad de México 29 de enero (SinEmbargo).- (…) Las poblaciones del México rural encuentran en esa estética tridentina un espacio de contacto con otros grupos humanos que han establecido sus propios pactos, tan semejantes entre sí, con las potencias cósmicas. Desde México, Brasil o Filipinas las redes del barroco vivo hacen converger las sensibilidades y los afectos en torno a prácticas que pueden mostrar grandes diferencias formales pero cuyo clamor resuena al unísono, solo audible en la inmensidad de los espacios siderales.

Los más aislados enclaves guerrerenses se integran así en el flujo común de la humanidad. Porque esta región, cuya escarpada orografía la hubiera destinado al retraimiento ha sido uno de los principales nudos de las redes planetarias de comunicación. Acapulco formó con Manila, Veracruz, Cádiz y Amberes uno de los polos más dinámicos del comercio transcontinental. Si en México pudo tener lugar el encuentro de España con la China, como había celebrado Balbuena, fue gracias a la ruta naval que surcaba el Mar del sur a partir de la costa de lo que es ahora Guerrero.

Artes de México. Fiestas de Guerrero. Foto: Artes de México

La minería del azogue había transformado la fisionomía simbólica de las montañas: en la antigua intimidad sagrada de la caverna comenzó a retumbar el estruendo de la dura labor que la pluma excepcional de Landívar describiría con tanta precisión y tanta sensibilidad; los metales preciosos serían, también aquí, dinero. Las barras de plata y los pesos mexicanos de ocho reales dinamizaron la economía de los siglos del manierismo y del barroco desde Praga hasta Pekín y contribuyeron a hacer más intensos los flujos científicos y comerciales que precedieron y prepararon la Revolución industrial. China, Japón y Europa del Norte fueron los principales beneficiarios de estos procesos.

La España imperial, por su parte, ahogada por esa riqueza del subsuelo, conoció quiebras del erario y la erosión de su sistema productivo. Las rentas de extracción suelen aportar más frecuentemente desventuras que beneficios duraderos. (Siempre nos lo recuerda López Velarde: “El Niño Dios te escrituró un establo/ y los veneros de petróleo el diablo”.) A la sombra de las torres de Santa Prisca, la efervescente actividad de los talleres de orfebrería sigue dando testimonio del papel tan singular de estas comarcas en los grandes circuitos internacionales de intercambio.

La insigne personalidad de Juan Ruiz de Alarcón, que fuera la figura más cosmopolita de las letras novohispanas, es quizá la mejor expresión de una tierra cuyos montes propician el arraigo y el recogimiento y cuyos cauces fluviales y cuyas costas la sitúan en la encrucijada de todos los caminos.
En sus viajes de regreso, los galeones llegaban a Acapulco cargados con los tesoros que habían justificado la osadía de las navegaciones en busca del Oriente. La relevancia de las aportaciones asiáticas en la formación de la cultura del mestizaje mexicano ha sido minuciosamente explicada y justamente valorada.

Artes de México. Fiestas de Guerrero. Foto: Artes de México

Durante generaciones, la principal corriente que transportaba desde Asia las manufacturas de lujo, que las economías europeas codiciaban con avidez, circulaban a lomo de mula por las veredas de esta tierra, ahora guerrerense, en su camino hacia México, Puebla y Veracruz para aposentarse finalmente en los más opulentos recintos de Flandes, Austria o Italia.

Olinalá es el espléndido testimonio de este trasiego. La ebanistería tradicional de la laca prehispánica (purépecha, por ejemplo) recibió el aliento que la emulación no pudo dejar de suscitar en los artesanos de corazón al entrar en contacto con las exquisitas piezas asiáticas destinadas a amueblar los palacios europeos.

Los artífices de la plata y de la madera (Taxco y Olinalá) representan así de manera emblemática una vertiente fundamental de la riqueza económica y social de México. Su destreza es producto de siglos de empeño y dedicación, de contacto con las más refinadas tradiciones estéticas del mundo. En nuestro país, los sectores de las manufacturas de arte de alto valor agregado han conocido desde hace décadas un descenso vertiginoso de su potencial. ¿Qué lugar estamos destinando a ese capital humano tan excepcional, tan abundante todavía, aunque tan mal conocido y tan poco valorado por los grandes proyectos de desarrollo tecnológico y económico?

Este texto es un fragmento del artículo “Rituales de la reconciliación” publicado en la revista Artes de México. Fiestas de Guerrero. Consigue la edición a través de la página web de la editorial www.artesdemexico.com

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