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La obra pública para el mantenimiento y mejoría de la infraestructura urbana es un elemento esencial en la reducción de la incidencia delictiva.

La seguridad de una ciudad y sus habitantes no se puede pensar únicamente en función de estrategias policiales, es una tarea integral en la que contar con espacios públicos dignos representa un disuasor efectivo de la actividad delincuencial.

Hace unos días, el Secretario de Obras y Servicios de la Ciudad de México, Jesús Esteva, expuso a Consejeras y Consejeros Honorarios el impacto benéfico del mejoramiento urbano en la capital nacional, donde los datos del reporte DISÍ del Consejo Ciudadano indican una baja de 56 por ciento en los primeros cuatro meses de este año, en comparación con el mismo lapso de 2019.

A estas alturas del sexenio, es indudable que la obra desplegada ha comprobado la teoría del espacio defendible, elaborada por el urbanista Oscar Newman, que propone reducir las oportunidades para la comisión de delitos mediante la transformación de los entornos. Y la iluminación es un pilar de esa noción tan compartida en la literatura especializada que entiende la paz no sólo como sinónimo de seguridad, sino ausencia de miedo.

La Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum ha impulsado en la CdMx una evolución en este sentido, con espacios mejor iluminados que limitan las acciones delictivas y aumentan la percepción de tranquilidad. Uno de los ejemplos más relevantes son los Senderos Seguros de Iztapalapa, creados por la Alcaldesa Clara Brugada como zonas de tránsito libres de violencia para las mujeres, y que ahora encuentran réplica en toda la ciudad y varias entidades del país.

Entre el sector empresarial, ampliamente presente en el Consejo Ciudadano, fue reconocida con especial énfasis la transformación en Periférico Oriente y la recuperación de áreas verdes como el Gran Canal o el Parque Cuitláhuac.

Si bien la reducción de la incidencia delictiva es multifactorial, la infraestructura urbana tiene el poder de contribuir significativamente no solamente a reducir la incidencia delictiva, lo cual sin duda es relevante; es una aportación central al proceso de agregación de factores urbanos que son apreciados por la comunidad y que tiene en ella la oportunidad de multiplicar su beneficio. Es para cada individuo y para todos.

En este contexto, el trabajo persistentemente comprometido del Secretario Esteva es indispensable como lo es la idea de “dar contenido a nuestra existencia”, una de mis citas favoritas de José Mujica —sé que también referido por el Secretario. En la obra y el espacio público habitamos, existimos y nos aseguramos comunitariamente.

Salvador Guerrero Chiprés

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Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. Es doctor en Teoría Política por la Universidad de Essex, Inglaterra; maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana y licenciado en Derecho y en Comunicación por la UNAM. Fue asesor de la Secretaría de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal y de la Comisión Nacional de Seguridad, y Comisionado Ciudadano de Transparencia en el InfoDF.

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