Estados Unidos es el país que más plástico ha exportado a México durante los últimos años, e ingresan principalmente desde Texas y California.
Ciudad de México, 23 de marzo (SinEmbargo). – Las exportaciones de desechos plásticos hacia México crecieron en un 201 por ciento entre el Gobierno de Enrique Peña Nieto y el de Andrés Manuel López Obrador, al pasar de 58 mil 243 toneladas en 2015 a 175 mil 586 en 2021, principalmente de plásticos de un sólo uso y otros que, al no poder clasificarlos, hacen más complicado su reciclaje sin dañar al medio ambiente y la salud de las y los mexicanos.
Datos del Sistema de Información Arancelaria Vía Internet (SIAVI) de la Secretaría de Economía, actualizados hasta 2022 y que fueron sintetizados en la plataforma México Tóxico por distintas organizaciones civiles, exhiben cómo las regulaciones laxas del país, donde se permite, por ejemplo, la quema de residuos pese a los impactos ambientales, han permitido que México reciba cada vez más toneladas de basura plástica, principalmente desde Estados Unidos.
De 2015 a octubre del 2021 se han exportado 662 mil 518 toneladas de desechos plásticos a México, el 94 por ciento de ese volumen viene desde Estados Unidos. Un 3 por ciento provino de Italia, Alemania, Holanda y China. En total, 46 países representan el 3 por ciento restante de las exportaciones, entre ellos están Brasil, Colombia, Venezuela, Australia, Arabia Saudita y Japón.
La información disponible en el SIAVI muestra que las exportaciones de plásticos que más crecieron fueron, en primer lugar, las de Tereftalato de etileno (PET), que se utiliza, por ejemplo, en las botellas de refresco, de agua o aceite de cocina. México pasó de recibir desde distintos países 2 mil toneladas en 2015 a 67 mil 863 toneladas en 2021, lo que representó un crecimiento de 3 mil 180 por ciento.
El segundo lugar de exportaciones que más crecieron lo ocupó la categoría “los demás plásticos", al pasar de 22 mil 597 toneladas en 2015 a 62 mil 456 en 2021, un aumento del 176 por ciento.
Esta ambigua categoría incluye recortes de plástico, desechos y desperdicios que no se pueden identificar, por lo tanto no son susceptibles de un reciclaje limpio y, de acuerdo con la colectiva Malditos Plásticos, una de las creadoras de la plataforma México Tóxico, muchos de esos desechos son incinerados en hornos cementeros.
Las exportaciones de EU
Estados Unidos es el país que más basura plástica envía a México, principalmente desde que China prohibió en 2018 este tipo de importaciones porque no pueden reciclarlas y por la contaminación que generan. México recibió de Estados Unidos casi 390 mil toneladas de desechos plásticos sólo entre 2015 y agosto de 2022.
La plataforma México Tóxico exhibe que la mayor parte de los desechos plásticos exportados a México desde EU en ese periodo de tiempo fueron enviados desde ciudades con las que tenemos frontera terrestre.
San Diego, en California, representó el 49 por ciento del total de desechos plásticos exportados a México; el segundo lugar lo ocupó Laredo, Texas, con el 41.8 por ciento, y en tercer lugar El Paso, Texas, con 5.5 por ciento de las exportaciones.
Mientras que desde Tijuana, Baja California, ingresaron 144 mil 987 toneladas; desde Nuevo Laredo, Tamaulipas fueron 131 mil 185 toneladas, y de Ciudad Reynosa ingresaron 105 mil 829 toneladas.
La colectiva Malditos Plásticos ha detectado a través de otras organizaciones aliadas que empresas en Estados Unidos celebran estos envíos de desechos como si se tratara de un beneficio ambiental porque fomentan el reciclaje sin aclarar que suman sus desechos a la basura que ya genera México por sí solo.
"Hemos sabido por organizaciones hermanas de EU que esos envíos hacia México los catalogan como reciclaje. Entonces los ciudadanos dicen: 'Qué bien, México está reciclado', pero cuando las condiciones son dispares y los códigos de salud y de monitoreo de tóxicos y de sustancias son escasas o nulas, es donde brota esa preocupación de qué es lo que están dejando en nuestro país", explicó Alain Castruita, integrante de Malditos Plásticos.
La quema de residuos plásticos sí está permitida en México, en estos procesos las sustancias que se emiten contaminan y dañan la salud de las personas.
Desde la colectiva también han señalado que los plásticos contienen aditivos que hacen posible que tengan ciertas formas o colores, por lo que cuando son sometidos a procesos de incineración liberan tóxicos.
"Al liberar estos tóxicos y al generar microplásticos estás impactando tanto al aire, el suelo, también a la salud del cuerpo de todas las especies que hay en el territorio", detalló Claudia Romero, integrante de Malditos Plásticos.
La exportación de desechos de plásticos de EU a México representó un valor de 225 millones de dólares entre 2015 y agosto de 2022, de acuerdo con las organizaciones creadoras de México Tóxico con información de DataSur.
Sin embargo, las empresas involucradas en la exportación e importación son las únicas que se benefician de estos recursos, esto sucede porque las transferencias de materiales entran dentro de los acuerdos comerciales del T-MEC, y Estados Unidos no está obligado a pagar ningún impuesto.
"Hay incluso empresas de EU que tienen algunas filiales aquí a México, por eso el intercambio monetario se da entre las mismas filiales de la empresa o algunas otras empresas que deciden aceptarlos, aunque no sean filiales. Digamos que lo que hace México es agilizar esos permisos para que entre. Entonces, el beneficio monetario no se refleja en el país, al contrario, vemos más impactos negativos por la contaminación, el beneficio se queda en las empresas", detalló Claudia Romero.
Los activistas también alertan que aunque se tiene información sobre las empresas que reciben y exportan la basura plástica en México, no hay información clara sobre hacía dónde se distribuyen las toneladas de plásticos al entrar al país.
Y aunque desde enero de 2021 entró en vigor la Enmienda de Plásticos del Convenio de Basilea –suscrito por México desde 1992– para controlar los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación. Ese año México siguió recibiendo toneladas de plásticos. Las organizaciones y activistas denuncian que algo que también preocupa es que las autoridades mexicanas siguen viendo la recepción de estos desechos plásticos como un beneficio económico.
Incluso en 2020, cuando el expresidente López Obrador solicitó al Senado la aprobación para suscribirse a esta enmienda, se refirió ala importancia de suscribir la “Enmienda al Convenio de Basilea sobre el Control de los Movimientos Transfronterizos de los Desechos Peligrosos y su Eliminación” porque ayudaría a “promover el uso de infraestructura nacional para reciclar los residuos de países cercanos con la correspondiente activación de la economía del país, la creación de empleos y la generación de divisas”.
La quema de desechos plástico
La regulación ambiental mexicana sí permite la quema de residuos, residuos peligrosos y plásticos en hornos cementeros, durante la combustión se generan gases y emisiones tóxicos. La plataforma México Tóxico identificó empresas con permisos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para incinerar residuos en Nuevo León, Tamaulipas, Jalisco, Guanajuato, Veracruz, Estado de México e Hidalgo.
En 2023, por ejemplo, la compañía estadounidense Direct Pack Recycling anunció que establecería una nueva planta de recuperación/reciclaje de PET en Mexicali, Baja California para la fabricación de vasos, tapas, bandejas, todo esto financiado por la coalición The Recycling Partnership (que integra Coca Cola, Danone, Unilever, Walmart, Colgate, Nestlé y Pepsico).
El anuncio se hizo el mismo año que desde EU habían anunciado que el Superbowl se caracterizaría por ser el que más recicla. En esa ocasión, autoridades de Mexicali conformaron que no contaba con los permisos para operar.
"México recibe residuos de varios países, pero el más relevante es Estados Unidos. La relación que tiene México ha sido histórica, hemos sido el patio trasero y actualmente no es la excepción. Si realmente fuera un recurso esos residuos plásticos que nos envían, la pregunta sería, ¿por qué no se los quedan?", planteó el activista Alain Castruita.