El estudio “Mujeres y Hombres en México 2024” del Inegi muestra que las mujeres ya son una fuerza decisiva en los asuntos electorales, en los que superan a los varones hasta por una diferencia de 10 puntos porcentuales, y también serán una fuerza dominante en otras áreas de la actividad social y económica.
Ciudad de México, 17 de abril (SinEmbargo).- Poco a poco las mujeres han ido avanzando en muchas actividades clave, hasta el punto de que su presencia es cada día más significativa, pero eso no les ha redituado mejores condiciones laborales, salariales y de consideración social, pues siguen sujetas a circunstancias desventajosas, pese a que en promedio suelen trabajar más que los varones, según las conclusiones a las que llega el estudio “Mujeres y Hombres en México 2024”, edición 2025, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). El estudio muestra que de la misma forma en que las mujeres ya son una fuerza decisiva en los asuntos electorales, en los que superan a los varones hasta por una diferencia de 10 puntos porcentuales, en corto tiempo también serán una fuerza dominante en otras áreas de la actividad social y económica.
En 2023 la edad promedio de la población que vivía en México era de 32.8 años entre las mujeres y de 31.3 años entre los hombres. La mitad de la población se encontraba en edades laborales, entre los 25 a los 64 años. De ese segmento, el 26.1 por ciento eran mujeres y 23.9 por ciento hombres. Mientras que el segmento de 65 años y más ascendió al 8.2 por ciento de la población: 4.4 por ciento de mujeres y 3.8 por ciento de hombres mayores. El único segmento de edad en el que la población de varones fue ligeramente superior, correspondió a la población de 0 a 17 años, que en conjunto representó casi el 30.0 por ciento de toda la población del país. En ese conglomerado, el 14.7 por ciento eran niñas y mujeres adolescentes y jóvenes, mientras que el el 15.2 por ciento eran niños, y varones adolescentes y jóvenes.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía hace una proyección de la evolución de la población de México hasta el año 2050 y la presencia de las mujeres es cada vez más determinante.
Con respecto a lo que el estudio muestra sobre 2023, durante la adolescencia y juventud se presenta un equilibrio poblacional: 2.6 por ciento de mujeres y hombres del segmento de edad de 15 a 17 años y un balance del 6.0 por ciento en el segmento poblacional de 18 a 24 años de edad.
Después de estas edades, entre 25 a 64 años y 65 años y más, hay un mayor número de mujeres que de hombres, debido a que la emigración internacional y las muertes por accidentes y homicidios afectan más a los hombres que a las mujeres. Por lo tanto, con una tendencia más acentuada a medida que aumenta la edad, entre la población de 25 a 64 años, las mujeres representan el 26.1 por ciento en comparación con el 23.9 por ciento de los hombres. Entre la población de 65 años en adelante, las mujeres representan el 4.4 por ciento del total, mientras que los hombres son el 3.8 por ciento.
La mayoría de las entidades federativas más pobladas cuentan con grandes ciudades en las que la fecundidad ha decrecido durante varias décadas, y el proceso migratorio también ha tenido un papel relevante en el crecimiento poblacional y en la edad promedio de la población que las habita. Por ejemplo, la Ciudad de México registra un proceso de envejecimiento más acelerado debido a los fenómenos antes mencionados. En cambio, Querétaro “rejuvenece” su edad promedio porque recibe personas migrantes, en su mayoría, en edades laborales y Chiapas ha tenido un descenso de fecundidad más lento, y se ubica como la entidad más joven del país.
Las entidades que tienen las tasas de edad promedio más altas en el país son Ciudad de México, Veracruz, Morelos, Colima y Tamaulipas. El estado más joven de la República, por promedio de edad de su población, es Chiapas y le siguen, en orden ascendente Querétaro, Aguascalientes, Guerrero y Puebla.
FUERZA CRECIENTE
La tendencia en la participación de las mujeres en la fuerza laboral es gradualmente ascendente, aunque el ritmo es lento. Durante los años de marcado descenso en la fecundidad, la incorporación de las mujeres al mercado laboral experimentó aumentos significativos. Sin embargo, aún persiste una notable brecha entre la participación económica de mujeres de 15 años y más, que es del 45.9 por ciento y por el 76.3 por ciento de los varones. Las tasas de parti- cipación laboral también han aumentado para las mujeres en edad reproductiva. En 2023, la participación promedio a nivel nacional alcanzó su punto máximo entre los 30 y 49 años, edades en las que disminuyen las tasas específicas de fecundidad.
El consumo excesivo de alcohol tiene numerosos efectos nocivos sobre la salud física y mental. Por fortuna, los porcentajes de mujeres que consumen alcohol son más bajos que los de los hombres, en todas las edades. A nivel físico, puede causar daño hepático severo, como cirrosis y hepatitis alcohólica, afectar negativamente al sistema cardiovascular aumentando el riesgo de hipertensión, accidentes cerebrovasculares y cardiomiopatía alcohólica, y debilitar el sistema inmunológico, lo que hace al cuerpo más susceptible a infecciones.
Además, el abuso de alcohol puede llevar a deficiencias nutricionales, problemas gastrointestinales y pancreatitis. En el ámbito mental, el consumo excesivo de alcohol está asociado con trastornos de salud mental, incluyendo depresión, ansiedad y el desarrollo de dependencia al alcohol, que puede afectar gravemente las relaciones personales y la productividad laboral. A largo plazo, el alcoholismo puede tener un impacto devastador en la calidad de vida y la esperanza de vida de una persona.
La prevalencia actual de consumo de alcohol en la población adolescente mexicana es del 20.6 por ciento. Al considerar el grupo de 18 a 19 años de edad, la prevalencia es mayor en los hombres, del 57.6 por ciento, que en las mujeres, con 46.1 por ciento, con una diferencia de 10 puntos porcentuales. En el caso de la población adulta mexicana, la prevalencia actual de consumo de alcohol es del 55.5 por ciento. La prevalencia es mayor en los hombres, con 67.3 por ciento, que en las mujeres con el 44.6 por ciento. Las mayores prevalencias se dan entre la población de 20 a 39 años, siendo del 70.0 por ciento en hombres y del 55.0 por ciento en mujeres. Al llegar a los 60 años, el consumo disminuye para ambos sexos.
ENFERMEDADES MAYORES
Las personas mayores son más propensas a sufrir enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, enfermedades cardíacas, artritis y enfermedades pulmonares. La Encuesta Nacional sobre Salud y Envejecimiento (ENASEM) permite conocer el proceso del envejecimiento en México, el impacto de las enfermedades y la discapacidad en la población a partir de la edad de 50 años. De acuerdo con la encuesta, en 2021 se contabilizaron casi 26 millones de personas de 53 años y más, de las cuales, las mujeres representaban el 54.4 por ciento.
Con respecto a la autodeclaración de enfermedades crónicas por diagnóstico previo, las enfermedades más comunes entre la población de 53 años y más fueron: en primer lugar, la hipertensión arterial, considerablemente mayor para las mujeres que para los hombres, 49.9 por ciento y 35.5 por ciento, respectivamente. La diabetes fue la segunda enfermedad más presente, también mayor para las mujeres, con 28.1 por ciento para mujeres y 22.5 por ciento para hombres, y en tercer lugar la artritis, que reportaron tenerla el 15.1 por ciento de las mujeres y el 5.4 por ciento de los hombres. Entre las enfermedades que declararon tener más los hombres que las mujeres se encuentran los infartos y la embolia, aunque esas diferencias son pequeñas. En general, las mujeres reportaron mayores porcentajes en las principales enfermedades crónico-degenerativas.
La baja participación de las mujeres en el mercado laboral se debe a varios factores, pero dos de ellos destacan. En primer lugar, la tradicional “división” del trabajo asigna a las mujeres las labores domésticas y de cuidados no remunerados; mientras que en segundo lugar, los bajos salarios no compensan el trabajo doméstico y de cuidados que realizan las mujeres en el hogar. Estos factores contribuyen a la desigualdad de género en el ámbito económico.
El trabajo de cuidado es fundamental para el bienestar diario de las personas en diferentes aspectos de sus vidas. Incluye la transmisión de conocimientos, valores y prácticas a través de procesos vinculados con la crianza. El cuidado es necesario desde el inicio de la vida para sobrevivir, durante la crianza de los hijos, en el cuidado de personas adultas mayores y enfermas, e incluso al envejecer, la persona cuidadora puede requerir cuidados. Es una labor que atraviesa todas las etapas de la vida y es esencial para el funcionamiento de la sociedad. En México, hay 30.3 millones de hogares, donde al menos una persona requiere apoyo o cuidado lo que equivale al 78.1 por ciento de los hogares en el país.
Al analizar a las personas que desempeñan el papel de cuidadoras principales, la mayoría de las mujeres en este rol tienen entre 30 y 39 años, lo que representa el 31.9 por ciento de las cuidadoras principales. Le siguen, las mujeres de 15 a 29 años con un 25.9 por ciento, y posteriormente aquellas de 40 a 49 años, con un 22.4 por ciento. Por lo que respecta los hombres que asumen la responsabilidad principal de cuidadores tienden a ser de mayor edad. Un 32.4 por ciento de ellos tienen 60 años o más; seguidos por un 22.6 por ciento que tienen entre 40 y 49 años, y un 18.3 por ciento que tienen entre 30 y 39 años.