Antonio María Calera-Grobet
Y bien, si hay verdad en nuestra lengua, habremos de irrigar lo suyo que es lo nuestro, lo de todos, y eso es este arte y esta cultura nueva, del verbo tolerar, escuchar, amar.
Que SANGRE serás si así, así de nuevo un hermoso alce inmaculado: la más magnífica de las bestias.
La siguiente entrevista con el matador Isaac Fonseca fue realizada en dos partes a través de una videollamada, yo en México y él en España. Sus puntos de vista acerca de la tauromaquia, del trabajo y de la propia vida son una luz que alumbra muchísimo y que me parece una lectura indispensable.
No sería este gusto por lo verde una buena manera de comenzar el año? Tal vez comiendo verde viajaríamos por el tiempo, al México histórico y, de paso, reconoceríamos en nuestra cultura sabia nuestro placer de comer vegetales. Lo verde como el bien, lo bueno: lo que se adecúa a inmediatamente a nuestra naturaleza.
Sabes que no eres el único que sufre, que no son competencias, pero tampoco sabes flotar, y acéptalo, nadie te va regalando su drama.
“Todo vendrá de ahí: del obusazo que son tus ojos, tu lealtad de nudillos, el mejor cine para contarnos lo que queramos. Por tu serena y torbellina manera de incidir”.
Las mesas decembrinas suelen ser un desastre. Parecen un juego de dominó que se abre paso por donde puede más que por donde debe. Unos se sientan a la mesa principal, otros se atiborran en las laterales (y todo es cosa de abolengo y antigüedad), los niños son agolpados en un sector al que siempre hay que atender.
Bien. Entenderá quien lea esto que me quedé un segundo congelado, para luego caer en cuenta que esa misma noche, por eso lo de las sillas en el patio, lo olvidé por tanto trabajo, se presentaría ahí, con bomba y platillo, el libro “Psicomagia” del maestro chileno.
“¿A dónde se corre si, quizá, no se trate de una mariposa en soledad?”
El 17 de diciembre de 1997, pocos meses antes de morir, Octavio Paz apareció en la antigua Casa Alvarado, en Coyoacán. En silla de ruedas y hecho añicos por el cáncer que sufría
En cuanto a sus posibilidades miméticas para “decir” el mundo, diferencia original que guarda con la pintura, la fotografía apareció entre nosotros para no perder la forma.
“A unos y otros los sentaremos a la mesa juntos, con júbilo, para que partan el pan con gusto a sus niños y sus viejos”.
“Un plato comienza muy lejos de una mesa, más allá de sembradíos y de los rastros”.
“Se trata de un material en verdad explosivo propio del estudio de los musicólogos del mundo”.
Esta gente cuando camina o cabalga a lomos de mula vieja, no sufre la enfermedad de la prisa, ni siquiera, cosa extraña, en sus días de paseo, sus días de fiesta. Esta gente no conoce la vulgaridad del ansia en sus días de ocio o de descanso.
“Lo que primero saltaba a la vista era la honesta valentía de los empleados”.