Ciudad de México, 11 de junio (SinEmbargo).– La mala administración de la mayoría de las nueve gubernaturas por las que se votó el pasado domingo, modificaron el mapa electoral del país, coincidieron politólogos, quienes destacaron que los mandatarios salientes no supieron mantener la hegemonía de sus partidos en sus entidades y los ciudadanos echaron mano de la mecánica de la democracia para castigar el mal ejercicio de la función pública.
“La democracia muestra que existen los canales para que los gobernados puedan deshacerse de los gobernantes que no cumplen promesas, que están descalificados desde el punto de vista de la ciudadanía. Me parece que la ciudadanía está dando un llamado de atención a la clase política”, explicó Roberto Gutiérrez López, investigador del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Azcapotzalco.
El pasado domingo, los mexicanos eligieron nueve gubernadores, 323 diputados de mayoría relativa y 211 de representación proporcional, así como 871 alcaldes.
De los estados que votaron para nuevo Gobernador, en cinco de ellos: Guerrero, Michoacán, Querétaro, Nuevo León y Sonora, los ciudadanos optaron por la alternancia partidista o como en el caso de Nuevo León, prefirieron a un candidato independiente.
“La alternancia significa una suerte de sanción, como se dice, hay un voto de castigo que tiene detrás de él un malestar social y frustración, la elección es una oportunidad para que esa situación no continúe”, detalló Gutiérrez López.
El caso de Nuevo León, añadió, es paradigmático porque el candidato triunfador, si bien tiene antecedentes partidistas, compite fuera de los partidos tradicionales, Nuevo León era un partido bipartidista y la ventaja con la que Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” ganó la elección tiene que ver con ese desencanto.
Para Gustavo López Montiel, politólogo y académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Tec de Monterrey) Campus Ciudad de México, es complicado identificar el voto de castigo: “No sabemos si a los electores les atrae más un candidato o realmente no quieren que no siga gobernando el mismo partido”, dijo.
Los especialistas entrevistados por SinEmbargo expusieron que en estas elecciones el poder de la ciudadanía sirvió tanto de premio como de castigo. “Me parece que el poder del voto sirvió tanto para recompensar como para castigar a los gobernantes, por ejemplo en los casos de Guerrero, Michoacán, Sonora y Nuevo León”, detalló Horacio Vives Segl, académico del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
En este análisis, expuso, “tenemos que separar el caso de Querétaro, porque diversas encuestas habían posicionado como “buena” la administración de José Calzada Rovirosa, calificado como el mejor mandatario estatal, lo que pasó ahí fue una catástrofe electoral para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) pues el elector devolvió la gubernatura al Partido Acción Nacional (PAN).
De acuerdo con los analistas existen dos problemas para los gobernadores salientes que dejan el poder en manos de un nuevo partido político: su futuro político y las cuentas pendientes que heredan a sus sucesores, que en algunos estados como Sonora y Nuevo León, los virtuales ganadores de las gubernaturas se han pronunciado por investigar a los mandatarios salientes.
Ambos gobernadores tienen acusaciones de corrupción que los involucran junto con sus familias.
Respecto a la carrera política de los gobernadores que terminan su administración, los académicos señalaron que en el corto plazo no existe ninguno, sin embargo, coincidieron en que esta situación puede cambiar con el paso del tiempo.
“Hay que recordar que en general los gobernadores entrantes investigan pero no hay repercusiones mayores y creo que eso es lo que puede ocurrir en cada una de las cinco entidades”, adelantó el doctor Gustavo López del Tec de Monterrey.
En esto coincidió el investigador Roberto Gutiérrez de la UAM: “Uno se asombra luego que al paso de los años figuras que parecían sin ninguna oportunidad en la política regresan, eso habla un poco de nuestra débil memoria histórica”.
“Muchas veces en política en algún momento caes en desgracia y luego te recuperas, los gobernantes salientes van a tener un panorama complicado si deciden pensar en alguna aspiración política, pero con el paso del tiempo podrían regresar a ocupar cargos públicos, recordemos el caso del ex Gobernador de Coahuila Humberto Moreira Valdéz, que regresó y hasta dirigió al PRI”, puntualizó Horacio Vives del Instituto Tecnológico Autónomo de México.
A la ciudadanía parece no importarle darle su voto a un partido de centro, de derecha o izquierda porque lo que está en juego está la experiencia de gobierno y la democracia está pensada para eso, para refrendar el apoyo o sustraerlo.
LOS HECHOS QUE MARCARON LA ELECCIÓN
Estas elecciones fueron marcadas por episodios como el de Ayotzinapa en Guerrero, donde desaparecieron 43 estudiantes normalistas, los escándalos de corrupción en los estados de Sonora y Nuevo León, la vinculación entre el crimen organizado y la administración pública como en el caso de Michoacán o la opacidad de los gobernantes como en el caso de Querétaro, estos hechos permitieron que los ciudadanos optaran por una opción diferente.
Suele decirse que para que haya un cambio político tiene que haber opciones preferibles, en la mayoría de los estados que refrendaron su voto al partido político gobernante había descontento, pero no existió una alternativa creíble.
“En los estados donde los ciudadanos refrendaron su voto hacia los gobernantes se explica por dos motivos: la percepción ciudadana piensa que no fue tan mala la administración y una buena campaña del candidato del mismo partido en el gobierno”, aseguró Horacio Vives, académico del ITAM.
Los especialistas coincidieron que en estas elecciones intermedias quienes terminaron decidiendo son los electores, estas votaciones ayudaron a perfeccionar la democracia porque permitieron castigar a malos gobernantes y volver a dar el voto de confianza a los que hicieron un buen trabajo.
“La democracia como el método para sostener o cambiar gobiernos está funcionando, la mecánica de la competencia política sí le está dando su espacio a la participación ciudadana y creo que esto es una buena noticia. Me parece que la ciudadanía le está dando una llamada de atención a la clase política”, planteó el doctor Roberto Gutiérrez.
Nuevo León, que es gobernado por Rodrigo Medina de la Cruz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pasará a manos de un candidato independiente, Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”; Querétaro, donde el actual mandatario es priista, pasará a manos del panista Francisco Domínguez Servién; Michoacán, que en un principio fue gobernada por el priista Fausto Vallejo Figueroa, quien renunció a su cargo por problemas de salud y luego de que se difundieran videos que relacionaban a su hijo Rodrigo con el líder de los Caballeros Templarios, Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta”, es gobernado por el interino Salvador Jara Guerrero y en estas elecciones se pintó de amarillo, al ser Silvano Aureoles Conejo el virtual ganador de la contienda.
El caso de Guerrero es similar al de Michoacán, antes era gobernado por el perredista Ángel Heladio Aguirre Rivero, tras su renuncia asumió el mandato Rogelio Ortega Martínez, en estas elecciones el poder del estado quedó en manos del PRI, con Héctor Astudillo Flores. En tanto, el actual Gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías, de extracción panista, dejará en manos de la priista Claudia Pavlovich Arellano, la administración estatal.
