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Ricardo Ravelo

15/09/2017 - 12:00 am

Fidel Herrera, el fantasma de Yunes

De igual forma, Yunes ha acusado a Herrera Beltrán de haber sido el número uno de Los Zetas en el estado, de operar los secuestros y de concesionar el estado de Veracruz como plaza del narcotráfico a ese grupo criminal. Sin embargo, hasta la fecha contra Fidel Herrera no existe ninguna investigación por delincuencia organizada ni lavado de dinero.

De igual forma, Yunes ha acusado a Herrera Beltrán de haber sido el número uno de Los Zetas en el estado, de operar los secuestros y de concesionar el estado de Veracruz como plaza del narcotráfico a ese grupo criminal. Foto: Cuartoscuro.

Conforme se acercan los tiempos electorales, en todo el país pero particularmente en Veracruz arrecia la guerra política entre Miguel Ángel Yunes Linares y el exgobernador Fidel Herrera Beltrán.

Yunes –un priista que se recicló con el ropaje del PAN –ha mantenido una permanente guerra sucia en contra de Herrera Beltrán sin que hasta la fecha existan pruebas de sus vínculos con el narcotráfico ni que se haya enriquecido, como sostiene Yunes, con el negocio de la millonaria compra de medicamentos falsos que, dice, se adquirieron entre 2010 y 2014 a través de empresas fantasmas.

Desde que Fidel Herrera arribó a la gubernatura de Veracruz, en 2010, los cuestionamientos han sido permanentes. Obsesionado, Yunes ha seguido a Fidel como una sombra. Lo relacionó con Francisco Pancho Colorado –preso en Estados Unidos tras ser acusado de lavar dinero para Los Zetas –, pero Yunes se olvida que estuvo muy cerca de Colorado Cessa: fue él mismo quien le otorgó la notaría al hermano del famoso Pancho Colorado cuando fungía como secretario de Gobierno en la gestión de Patricio Chirinos, en la que Yunes en realidad operaba como un gobernador de facto.

De igual forma, Yunes ha acusado a Herrera Beltrán de haber sido el número uno de Los Zetas en el estado, de operar los secuestros y de concesionar el estado de Veracruz como plaza del narcotráfico a ese grupo criminal. Sin embargo, hasta la fecha contra Fidel Herrera no existe ninguna investigación por delincuencia organizada ni lavado de dinero.

En Estados Unidos, un testigo protegido que declaró en el juicio contra Francisco Colorado dijo que en 2004 le entregó varios millones de dólares a un candidato en Veracruz. De inmediato Yunes Linares salió a los medios de comunicación, que por cierto suele tener muy bien aceitados para sus fines personales y políticos, y declaró que ese candidato era Fidel Herrera. Sin embargo, en el juicio ventilado en Austin, Texas, el testigo nunca refirió nombre alguno y, después, dijo no acordarse del nombre, por lo que el testimonio fue desestimado.

En efecto, en alguna ocasión Francisco Colorado –cuyo padrino en realidad fue Juan Bueno Torio, un panista que fungió como director de Pemex Refinación con Vicente Fox y amasó gran fortuna con presuntos contratos de obra –coincidieron en una cabalgata en el norte de Veracruz, a la que asistieron cientos de campesinos y ganaderos de esa región. Sin embargo, aquello se utilizó como un elemento más para dar como un hecho que Herrera Beltrán formaba parte del cártel de los Zetas.

Ahora la guerra entre Yunes Linares y Fidel Herrera subió de tono luego de que el PRI en Veracruz denunció al mandatario veracruzano por incurrir en presuntos delitos electorales tras el descubrimiento de que la organización “Yunete” –que impulsa la candidatura de Fernando Yunes Márquez a la gubernatura del estado –fue sorprendida realizando un operativo de entrega de despensas y todo tipo de ayuda a los afectados del huracán “Katia”.

El PRI presentó la denuncia de hechos ante la Fiscalía para la Atención de Delitos Electorales, el INE y el Ople local en Veracruz. En una conferencia de prensa, Renato Alarcón, líder del PRI, dijo que la entrega de despensas en los municipios de Minatitlán y Coatzacoalcos, por parte de la fundación “Yunete”, “demuestra que se está lucrando políticamente con la necesidad de las personas”, lo que resulta ilegal –dijo –y los actores de esta maniobra deben ser investigados.

En medio de la desgracia que también ocasionó el terremoto de la semana pasada, el abierto y descarado reparto de despensas por parte de la fundación “Yunete” acaparó los reflectores de la prensa nacional. Nadie creyó que este operativo electorero no hubiera sido del conocimiento del Gobernador de Veracruz, quien ha sido severamente cuestionado por la obsesión de imponer a su hijo como Gobernador.

Cuando Yunes Linares fue sacudido por la prensa a raíz de sus abusos políticos, de inmediato echó mano de un instrumento para tender una cortina de humo y apagar el escándalo que envuelve a la fundación “Yunete”. Hábilmente reavivó el caso de los medicamentos falsos contra el cáncer y el VIH, de cuyo caso se acusó a Fidel Herrera y Javier Duarte, sin que hasta el momento se hayan entregado pruebas fehacientes para demostrar su responsabilidad.

Este escándalo de los medicamentos apócrifos salió a flote cuando Fidel Herrera aún despachaba como Gobernador, en 2010, a raíz de que una enfermera del Instituto de Oncología de Veracruz descubrió impurezas en un frasco de Avastin.

Fue un mes después de ese hallazgo que se le solicitó al laboratorio Roche Syntex de México analizar el frasco con impurezas. Después del estudio, la compañía concluyó que la composición del empaque no correspondía con un producto original de Roche.

Pasaron varios años para que oficialmente se iniciara una investigación seria al respecto, y ésta se inició cuando se reportó el hallazgo de otro frasco con impurezas al que se le sumó la sospecha de la aplicación de pruebas para detectar el VIH/Sida  que no servían y la desaparición de medicamentos para el tratamiento de pacientes con esa enfermedad.

En el año 2011, el Instituto Estatal de Oncología le quitó a la empresa de Especialidades Médicas del Sureste el contrato para suministrar las quimioterapias y se lo dio otra con un domicilio similar que, según se comprobó, también era propiedad de la familia del actual diputado priista Jorge Carvallo –quien es investigado por el SAT por el traspaso de varios millones de pesos a terceros, cuyo fin era ocultar el origen de los recursos –quien presuntamente ya es investigado por la PGR.

El 16 de enero de este año, Miguel Ángel Yunes hizo una acusación grave que levantó revuelo: dijo que entre 2010 y 2014 los pacientes del Instituto de Oncología recibía agua destilada en vez de quimioterapia.

Pero lo que elevó a nivel de escándalo el asunto fueron las declaraciones de Antonio Nemi Dib, exsecretario de Salud en el gobierno de Javier Duarte, quien dijo que cuando asumió el cargo presentó 400 denuncias ante la Fiscalía del estado y la PGR por el caso de los medicamentos falsos. Poco después de la denuncia, fue cesado.

Sin embargo, Nemi también denunció la muerte de ocho niños con cáncer por haber sido tratados con medicamentos inadecuados. El caso arribó al nivel de polémica. Y la pregunta es: ¿Quién miente en este caso?

En una nueva arremetida, Yunes Linares señaló que la empresa que surtió al estado los tratamientos falsos contra el cáncer facturó 109 millones de pesos. Era evidente que se refería a la empresa de los familiares de Jorge Carvallo, quien por cierto anda muy tranquilo como quien nada debe y nada teme.

El caso de los medicamentos falsos y la muerte de los niños llegó a nivel federal. José Narro, Secretario de Salud, declaró que la dependencia a su cargo, así como la Cofepris harían una investigación para deslindar responsabilidades.

El 20 de enero pasado, Yunes Linares, quien insiste en tener pruebas de este caso, denunció penalmente a los ex gobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte por la compra, suministro y aplicación de medicamentos falsos y uso de agua salina en vez de quimioterapias para el tratamiento de niños con cáncer.

Era evidente que, más allá del hipotético caso de que existieran elementos de prueba, detrás de esta campaña también yacía un propósito político: mantener el discurso contestatario y de denuncia que le ha redituado beneficios electorales a Yunes Linares. Con esa bandera ganó la gubernatura en 2016 y, de igual forma, la mayoría de las presidencias municipales en los comicios de junio de este año.

Pero el discurso y las acusaciones sin pruebas tienen fecha de caducidad. Cuando lo que se denuncia no se sustenta termina siendo devorado y cayendo por su propio peso. Hoy queda claro que Yunes mantiene una guerra mediática, en este caso, y la atiza para sus fines políticos y electorales.

El caso es que la denuncia interpuesta por Yunes contra Herrera y Duarte provocó que el ex Gobernador renunciara al consulado de México en Barcelona. “Renuncio para enfrentar la calumnia”, dijo Fidel Herrera tras anunciar su salida del servicio diplomático. Luego agregó: Y regreso a México para hacer política interna”, pero hasta ahora no se le ha visto por ningún lado.

Las conclusiones de la Secretaría de Salud y de la Cofepris fueron claras y contundentes: No existen medicamentos apócrifos y las muestras que se hallaron estaban caducas y, por lo tanto, no fueron aplicadas a ningún paciente. Y nuevamente Narro le exigió al Gobernador de Veracruz las pruebas de esta acusación, pero hasta la fecha sigue sin presentarlas. Sólo para el uso mediático dice tenerlas.

Lo que la SS sí reconoció fue que se detectaron 11 mil toneladas de medicamentos caducos y cerca de 47 mil pruebas para detectar VIH a mujeres embarazadas. Pero fue contundente: dijo que no existe una sola prueba de la presunta aplicación de agua destilada en lugar de quimioterapia.

La guerra continúa en Veracruz. Exhibida la fundación “Yunete” en abierta violación de la ley, con el aval del gobierno estatal, el miércoles 13 la Fiscalía de Veracruz filtró a los medios de comunicación un citatorio para que se presente a declarar ante esa instancia el ex Gobernador Fidel Herrera Beltrán. El Citatorio fue enviado a un domicilio en el fraccionamiento Las Ánimas, en Xalapa, y luego difundido en redes sociales.

El citatorio expone al exmandatario estatal que debe presentarse a declarar sobre los hechos contenidos en la carpeta de investigación FGE/FIM/CI/06/2017 que, según se pudo confirmar, tiene que ver con la denuncia por la compra, suministro y aplicación de medicamentos apócrifos.

El caso –sobre el que la SS ya concluyó que no existen pruebas –sigue siendo un detonador de escándalo mediático que mantiene encendida la caldera en Veracruz, sobre todo ahora que se exhibieron los abusos de la fundación “Yunete” y cuando los tiempos electorales se aproximan. Yunes parece estar dispuesto a todo con tal de lograr su objetivo personal –lejos de los intereses del estado –: imponer a su hijo Fernando como Gobernador por la colación PAN-PRD

Por el PRI disputan la candidatura Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla. Este último, por cierto, sigue sin levantar el vuelo porque, según algunos priistas, suele comprometerse con su gente y luego no cumplir. Así no se puede aspirar a nada. Pese a ello, Yunes Zorrilla cree que podrá vencer a su parentela que hoy tiene el poder en el estado.

Ricardo Ravelo
Ricardo Ravelo Galó es periodista desde hace 30 años y se ha especializado en temas relacionados con el crimen organizado y la seguridad nacional. Fue premio nacional de periodismo en 2008 por sus reportajes sobre narcotráfico en el semanario Proceso, donde cubrió la fuente policiaca durante quince años. En 2013 recibió el premio Rodolfo Walsh durante la Semana Negra de Guijón, España, por su libro de no ficción Narcomex. Es autor, entre otros libros, de Los Narcoabogados, Osiel: vida y tragedia de un capo, Los Zetas: la franquicia criminal y En manos del narco.

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