Ciudad de México, 16 de julio (SinEmbargo).-Los 100 años de la muerte de Porfirio Díaz fueron el pretexto para analizar con una mirada crítica la dimensión histórica de una figura fundamental en el pasado de México, una responsabilidad que tomaron los historiadores Alejandro Rosas y Rafael Tovar y de Teresa, en una conversación llevada a cabo en el Teatro Macedonio Alcalá, en Oaxaca.
La reunión sirvió además para que el titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes presentara su libro reciente El último brindis de Don Porfirio, que trata las fiestas del Centenario de la Independencia de 1910, un periodo que le interesa particularmente a Tovar y de Teresa “porque es el momento en que el propio Díaz puede hacer una síntesis de sus 30 años de gobierno”, afirmó.
“Allí se decanta su idea de México y allí se conocen ya los resultados de sus tantos años en el poder”, remarcó el intelectual, para quien Porfirio Díaz (1830-1915) “fue un hombre del siglo XIX, pero con una idea muy clara de lo que debía ser el futuro para México”.
Para Rafael Tovar y de Teresa hay un lado poco conocido de Porfirio Díaz sustentado en documentos poco estudiados, por caso el hecho de que al terminar su mandato dejó en las arcas públicas 63 millones de pesos en oro, cantidad importante para la época, además de una detallada comprobación al Congreso de la Unión de todo lo que se había gastado en los festejos del Centenario, incluso del desarrollo arquitectónico de todos los monumentos que se erigieron.
Un documento que revela el traslado de todos los activos de Porfirio Díaz, desde México al Banco de Londres, revela la cifra de un millón 506 mil pesos, “cantidad muy sobria para alguien que gobernó México durante 30 años”, afirmó
¿CUÁL ES EL PORFIRIO DÍAZ QUE TENEMOS QUE VER EN EL 2015?
Porfirio Díaz, un hombre de claroscuros, todavía hoy representa un enigma desafiante para los estudiosos de la historia mexicana, como el propio Alejandro Rosas –autor entre otros de Mitos de la historia mexicana y 365 días para conocer la historia de México-, quien en la conversación se preguntó cuál es el Porfirio que tenemos que ver en el 2015.
“Es necesario conocer a Porfirio Díaz en toda su complejidad, porque fue un hombre inserto en una época de guerras e intervenciones en la que hubo excesos y represión”, dijo Tovar y de Teresa, para quien, al final de su mandato, el dictador no quería que corriera más sangre de mexicanos por mexicanos.
“La figura de Porfirio Díaz, efectivamente, jugó un papel relevante, acorde con el tiempo que le tocó gobernar a México”, coincidió Alejandro Rosas, al destacar entre otras cosas que después del levantamiento en su contra, Porfirio Díaz le refiere a Federico Gamboa: “Me siento herido, una parte del país se levantó en armas para derrocarme y la otra se quedó cruzada de brazos para verme caer”.
“Fue un personaje contradictorio que se llevó muchos secretos a la tumba y en su última etapa se vislumbra en su espíritu un profundo resentimiento”, afirmó Rosas.
“En sus cinco años en el extranjero siempre estuvo preocupado por la situación que se vivía en el país, tenía noticias de Villa y Zapata y seguía los acontecimientos desde una perspectiva más amplia en la que también miraba cómo esos acontecimientos se insertaban con el resto de los países del mundo”, finalizó Alejandro Rosas.
UN CENTENARIO CON SENTIMIENTOS ENCONTRADOS
Fue el pasado 2 de julio cuando se cumplió el centenario luctuoso de Porfirio Díaz, una figura histórica de grandes y controvertidas dimensiones, en cuya Presidencia se gestó la Revolución Mexicana y se consiguió la paz después de la convulsionada etapa surgida luego de la Independencia de México.
Los largos años de su gestión de Gobierno, calificada como una dictadura donde reinó la “paz de los cementerios” significó también orden político, social y hasta de las finanzas públicas, atracción de capitales extranjeros, construcción de caminos y puertos, tendido de líneas férreas y telegráficas que comunicaron al territorio nacional, y reconocimiento internacional.
Todo condimentado con una personalidad enigmática, de enorme carisma, al que era muy difícil acercarse y comprender, que al decir del historiador británico Paul Garner, autor del reciente Porfirio Díaz. Entre el mito y la historia, no se correspondía con la de un gran intelectual, pero que tenía la virtud de escuchar más que hablar.
“Creo que eso deben hacer los políticos de ahora: hablar menos y escuchar más”, dijo Garner a la agencia Notimex, convencido de que Porfirio Díaz “no era un escritor o un gran intelectual, pero era muy hábil, porque psicológicamente entendía muy bien cómo eran los mexicanos y cómo podía convencerlos”.
Durante el Porfiriato, se concretó la modernización del país, a través de un notable desarrollo industrial y –según Garner- también se establecieron las bases de una apertura política, rumbo a una democracia incipiente, que estaba entre las aspiraciones íntimas y esenciales del Dictador.
“Si él hubiera dejado el poder en 1910, como lo había anunciado, hoy sería un héroe nacional”, afirmó Garner, para quien la falta de homenajes oficiales frente al aniversario luctuoso de Díaz forma parte de una lectura política y no histórica del pasado nacional, donde –señaló- “no hay héroes ni villanos” en estado puro.
Porfirio Díaz nació en Oaxaca el 15 de septiembre de 1830. Quedó huérfano de padre a los tres años de edad. Quiso ser sacerdote, pero luego desistió. Estudió Derecho en el Instituto de Ciencias y Artes, donde fue discípulo de Benito Juárez (1806-1872).
Ingresó a la carrera militar, participó en la Guerra de Reforma del lado liberal, triunfante, y a cuyo término fue nombrado General y elegido diputado.
Participó en la batalla del 5 de mayo de 1862, al lado de Ignacio Zaragoza, para resistir la invasión francesa y el ascenso de Maximiliano de Habsburgo como emperador y en 1867 sitió Puebla, tomando la ciudad de México el 2 de abril de dicho año.
Factótum del Plan de la Noria para impedir la reelección de Juárez, ante el fracaso de su iniciativa, salió del país, para volver en 1872 y acceder al poder mediante el llamado Plan de Tuxtepec que impidió el acceso a la Presidencia de Sebastián Lerdo de Tejada.
En su primer mandato, Porfirio Díaz impulsó una reforma constitucional que vetó la reelección presidencial consecutiva, por lo que cedió el poder a Manuel González (1880-1884).
Al volver, mediante diversas reformas a la Carta Magna, se mantuvo 30 años en el Gobierno, que abandonaría recién en 1911.
Acallando la oposición, con un dominio total en el Congreso, anulando la soberanía de los estados provinciales, Porfirio Díaz fue un hombre práctico y de acción que privilegió la administración sobre la política, una forma de gobernar que no impidió de todos modos que se ensanchara la brecha entre ricos y pobres y que la desproporcionada distribución de la riqueza que ha seguido vigente hasta nuestros días asentara sus bases durante su largo mandato.
Fue el hombre además que encarceló a Francisco I.Madero, con quien firmó la paz en 1911, renunciando a la Presidencia y abandonando el país rumbo a París, donde murió el 2 de julio de 1915.
¿DEBEN VOLVER A MÉXICO LOS RESTOS DE PORFIRIO DÍAZ?
La tumba de Díaz tiene el escudo de México en la fachada del pequeño panteón en el que se encuentra y está indicada con el número 15 en el mapa del cementerio de Montparnasse donde figuran únicamente los sepulcros más visitados, como el de Jean-Paul Sartre.
Entre los latinoamericanos, la tumba de Porfirio es la más visitada junto a la del escritor argentino Julio Cortázar y en la primera semana de este mes lucía un ramillete de flores, así como diversos mensajes tanto de elogio como de rechazo a su relevante figura histórica.
Se han cumplido 100 años de su muerte y los historiadores no logran todavía ponerse de acuerdo en torno al hecho de si deben o no retornar los restos de Porfirio Díaz a México.
Consultado por Notimex, el historiador Nicolás Jiménez consideró que uno de los sueños de Díaz era París “y está muy bien allí”, al tiempo que el investigador mexicano Miguel Gleason está a favor de que el Dictador sea enterrado en su país natal.
“Me parece injusto que los restos de Porfirio Díaz no puedan regresar al país. Los mexicanos solo vemos las cosas malas de la gente pero Porfirio Díaz es un héroe pese a sus errores”, dijo el autor del libro México insólito en Europa.
En Oaxaca, al llevarse a cabo una sesión solemne del Cabildo local, el regidor de Desarrollo Económico y Vivienda, Francisco Reyes Cervantes, hizo la proclama de Repatriación de los restos del General Porfirio Díaz.
El pasado 2 de julio, el PRI en la Cámara de Diputados propuso a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión un punto de acuerdo para que el gobierno de Enrique Peña Nieto gestione ante Francia la repatriación al estado de Oaxaca de los restos de Porfirio Díaz.
El diputado priísta Samuel Gurrión Matías y aspirante a Gobernador de Oaxaca por el tricolor, cree que Porfirio Díaz fue un personaje “difamado e incomprendido”, por lo que la repatriación de sus restos constituiría un resarcimiento de su figura.
