Nicholas Blair, hijo del ex ministro Tony Blair, tiene en sus manos el futuro europeo de Marco Fabián

22/08/2013 - 12:30 am

 

Foto: Twitter
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Ciudad de México, 22 de agosto (SinEmbargo).– Miembro de una de las familias con más reflectores en toda la Gran Bretaña, Nicholas Blair rompió el legado hereditario que su padre quiso inculcarles a él y a su hermano mayor Euan. El más joven de los varones decidió quitarse el lastre político que tenía su apellido. En la apariencia, Nick era un joven serio de ideología izquierdista como su padre. Siempre bien vestido, de sonrisa tímida ordenado, decidió ponerle fin a la solemnidad con la que posaba en fotos familiares que ocuparían algunas portadas de revistas del corazón.

Tony Blair fue Primer Ministro del Reino Unido durante 10 años. De 1997 a 2007, un tipo de gestos peculiares que se ganó a su gente por una personalidad abierta. El mediático mandatario, hijo de un abogado que no pudo concretar su sueño de incursionar en la política, tomó los conceptos que le dejó su padre para ser el líder más joven del Partido Laborista. Con 41 años, el futuro de Blair tenía mucha luz. Con gran apoyo de la población, consiguió realizar una gran labor al lograr finalizar un conflicto de 30 años que había en Irlanda. Su cuestionado papel en la invasión a Irak, sigue siendo lo más cuestionado de su gestión.

Cuando Euan Blair tenía 16 años, fue encontrado borracho en la calle tres días después de que su padre se promulgara a favor de multar a toda persona que estuviera ebria en la vía pública. Nick parecía estar alejado de cualquier tipo de controversia en suelo donde hasta el más mínimo descuido de alguien vinculado a la política, es tratado como un asunto de estado. En 2009, esta pasividad en lo polémico se rompió cuando el hijo menor del ex Primer Ministro, decidió ser agente FIFA. Medio Oriente fue su principal mercado mientras en aquella zona se empezaba a cocinar “La primavera árabe”.

Tony Blair. Foto: EFE
Tony Blair. Foto: EFE

En todos los bares se hablaba sobre la nueva profesión del pequeño Nick. A sus 23 años, entraba a un círculo de agentes que todos los aficionados veían como sanguijuelas. Ganar mucho, haciendo poco. Intermediarios entre jugador y equipo, van por todas las ligas ofreciendo al mejor postor a uno de sus clientes como si fuese un vil producto de carnicería. Con el suceso etílico de Euan, en Gran Bretaña veían al pequeño Nicky como una figura seria encaminada a seguir los pasos políticos de Tony. El estudiante de historia moderna en Oxford, quería estar de cerca en un mundo donde se mueve muchísimo dinero.

Al terminar la Universidad, trabajó como maestro. Siendo parte del gremio, se unió de manera muy activa a una huelga en la que se protestaba por la política escolar del partido Laborista, el de su padre. La gente lo comparaba con su madre Cherie, mucho más de izquierda, contrario al conservadurismo de su marido. Nick se unió a su compañero de departamento y amigo, Gabriel Moraes para crear la agencia Magnitude Football. Muchos pensaron que con su apellido el camino le resultaría fácil. Nada más alejado de la realidad.

En los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el joven Blair se acercó a la delegación mexicana de futbol que avanzaba con muy buen juego. Tras largas conversaciones, pudo convencer a Héctor Herrera y a Marco Fabián para que se unieran a Magnitude Football. El jugador de Pachuca fue vendido al Porto, siendo el primer éxito sonoro de Nick. En estos días, el mundo de Chivas estuvo colapsado por el despido de Benjamín Galindo y la que se consideraba inminente salida del talentoso jugador del Guadalajara. Blair se movió rápido y consiguió ofertas suculentas de la Bundesliga que Jorge Vergara rechazó.

El futuro de Fabián tenía como destino Catár. Nick seguía buscando una oferta seria para por fin cumplirle el sueño a Marco, y de paso realizar la transacción más exitosa de su joven carrera. En una charla con José Manuel de la Torre, el jugador de Chivas fue advertido que sí se decidía por irse a medio oriente, se perdería el mundial de Brasil 2014. Nick Blair tenía hasta hoy, plazo que Vergara puso, para tratar de encontrarle un equipo en Europa al “10” del Rebaño que quería salir a pesar de que su nivel de juego ha bajado considerablemente. El hijo de un ex ministro británico, tiene en una promesa mexicana, la esperanza de consolidarse como agente en el mundo del fútbol. Habiendo decidido quedarse en Guadalajara, Blair tiene la misión de seguir buscando un destino suculento a quien se le pide que recuerde el talento que tiene en sus pies.

Foto: Facebook
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