Ciudad de México, 23 de mayo (SinEmbargo).– El titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Tabasco, Fernando Valenzuela Pernas dijo que ningún agente ministerial agredió a Marlees Cupil López, secretaria de José Sáiz Pineda, ex tesorero de Tabasco, como ella lo afirmó este día en el noticiero Primero Noticias.
El procurador dijo que recabaran los datos necesarios para esclarecer el tema, además negó que los poco más de 88 millones asegurados por la PGJE hayan sido “sembrados” por las autoridades, como lo aseguró en la víspera Saíz Pineda.
Merlees Cupil López declaró que en días pasados un grupo de policías la detuvieron, la levantaron y la golpearon, por lo que sus abogados ya interpusieron una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por tortura, amenazas y privación ilegal de la libertad.
Valenzuela Pernas dijo que había algunas contradicciones en las declaraciones de Marlees Cupil, sin embargo no pudo abundar en más detalles pues la investigación se está llevando a cabo en estos momentos.
Xavier Olea Peláez, abogado de Cupil dijo que también se denunciará ante la Procuraduría General de la República (PGR) al Gobernador de la entidad, Arturo Núñez y al procurador estatal, Fernando Valenzuela por los mismos motivos.
En entrevista para Primero Noticias, Merlees Cupil dijo que un grupo de hombres encapuchados, agentes de la Procuraduría estatal, llegaron por ella a la refaccionaría, lugar donde hallaron los poco más de 88 millones de pesos en efectivo.
“Ellos me dijeron te vamos a decir lo que vas a decir y lo que vas a firmar. En todo el camino me iban diciendo, me iban golpeando. ‘Eso vas a decir sino te quieres morir’. Me comentaron que si yo declaraba esto que estoy diciendo ahorita, me iban a cortar al cabeza y que iba a parecer como una persona más muerta”, dijo.
Aseguró que al llegar a la refaccionaría se vio rodeada por unos vehículos. “Iban unos hombres encapuchados de negro, me raptaron, me dijeron palabras obscenas y me dijeron que me iba a llevar la chingada”.
“Me dijeron que eran federales y que ya me había llevado la chingada y me comenzaron a golpear, los pies, me iban dando cachetadas y me dijeron que me iba a morir”.
“Me trasladaron de ese lugar a otro, que desconozco, porque iba toda vendada, tardamos aproximadamente media hora en el otro lugar donde me tuvieron”.
Dijo que teme por su vida y permanecerá escondida en la Ciudad de México.
