Cárteles mexicanos, que exportan grandes cantidades de heroína a EU, mejoraron su calidad: WP

25/09/2015 - 9:49 am
La ruta de la heroína. Gráfico: ODD C. Frankel y Laris Karklis/The Washington Post.
La ruta de la heroína. Gráfico: Todd C. Frankel y Laris Karklis/The Washington Post.

Ciudad de México, 25 de septiembre (SinEmbargo).– Los cárteles mexicanos han superado el tráfico de heroína de los Estados Unidos con la imposición de una disciplina casi corporativa. Ellos cultivan y procesan la droga, reemplazando su tradicional alquitrán negro por un innovador polvo de alta calidad en un atractivo mercado de masas, publica The Washington Post en un amplio reportaje que da cuenta del tráfico de esta droga proveniente de Uruapan, Michoacán, y enviada hasta de Dayton, en Ohio, “considerado como uno de los epicentros de la heroína”.

Los cárteles, dice el reconocido diario norteamericano, han ampliado la distribución más allá de las grandes ciudad de la heroína como Chicago o Nueva York para dirigirse a lugares inverosímiles como Dayton. “Los traficantes de crack en las esquinas [de Dayton] han sido suplantados por traficantes de heroína […]. Ellos organizan las ofertas por teléfono celular y entregan la heroína como pizza”, refiere el medio.

The Washington Post cuenta la historia de Gerardo Vargas, un joven de 22, quien es descrito como “la mula perfecta”. “El nació en California y se trasladó a México a los 12 años después de que su padre fue deportado, por lo que poseía un pasaporte estadounidense. También tuvo un récord impecable, un inglés perfecto y una necesidad desesperada por dinero en efectivo: Su padre ya había perdido un ojo a la diabetes”.

Operativo  de seguridad en Uruapan, Michoacán. Foto: Cuartoscuro.
Operativo de seguridad en Uruapan, Michoacán. Foto: Cuartoscuro.

“Él practicó con zanahorias, tragándolas enteras, facilitando que bajaran por su garganta con yogur. Más tarde llegaron las bolas de heroína, cada una cargada con 14 gramos del polvo, envuelto a maquina en papel de cera y látex grueso. Atrás quedaron los días de la deglución de condones llenos de droga anudados a mano. Las organizaciones mexicanas del tráfico de drogas han perfeccionando siempre su oficio. En este viaje, Gerardo Vargas se tragaría 71 bolitas – un kilo completo, poco más de dos libras, suficiente para un máximo de 30 mil dosis. Y así, antes de que él se embarcara en su viaje de 3 mil 900 millas desde Uruapan, México, Vargas había recibido reglas: Nada de refresco, ya que podría erosionar la envoltura de los gránulos. Nada de zumo de naranja, tampoco. Beber sólo agua. Se le dijo que evitará los aeropuertos”, refiere el reportaje firmado por el periodista Michael E. Miller.

Vargas, refiere el medio, viajó con el vientre lleno de Uruapan a Tijuana, allí cruzó a pie el Puente de San Ysidro para llegar a California de donde partió hacia Las Vegas y de ahí a Indianápolis donde abordó un taxi que lo llevó a un motel de Dayton. En esta ciudad, donde la heroína se vende en cápsulas de gel genéricas compradas a granel en tiendas de alimentos naturales. De acuerdo con The Washington Post, cerca de 102 toneladas de heroína entraron a Estados Unidos el año pasado, la mayor parte a través de la frontera mexicana.

“Para cárteles como La Familia Michoacana, enviar polvo de heroína directo a mercados pequeños como Dayton significa dejar de compartir las ganancias con los proveedores de los centros tradicionales de distribución de la droga, como Chicago o Nueva York”, según el reporte que refiere que hoy día existen entre 435 mil y 1.5 millones consumidores de esta droga en Estados Unidos lo que ha llevado a considerar su consumo como la amenaza narcótica número uno en ese país.

 

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