Por Sergio Rincón y Mayela Sánchez
Ciudad de México, 27 de febrero (SinEmbargo).– Desde la noche del pasado 26 de septiembre, cuando 43 estudiantes normalistas fueron desaparecidos por policías municipales y presuntos criminales en Iguala, Guerrero, muchas cosas han cambiado en el país, pero no el reclamo de sus padres al gobierno mexicano para que los busque y los encuentre con vida. Ayer se cumplieron cinco meses de la desaparición de los jóvenes y aunque la Procuraduría General de la República (PGR) sostiene que fueron asesinados, para sus padres esa versión no es creíble y, por tanto, mantienen firme su exigencia. Ayer, al término de una marcha en la Ciudad de México, la refrendaron: “No nos vamos a rendir hasta encontrarlos”.
A diferencia de las multitudinarias movilizaciones que en las primeras semanas tras la desaparición de los 43 normalistas convocaron en las calles a decenas de miles de ciudadanos, la de ayer recordó lo que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) les advirtió a los padres el pasado 15 de noviembre.
“Puede ser que se queden solos” al paso de los meses, les dijo el subcomandante insurgente Moisés a los padres que entonces recorrían el país en tres caravanas simultáneas. Les pidió estar preparados y seguir adelante por sus desaparecidos.
“¡No están solos, no están solos!”, les gritaron ayer las miles de personas que les acompañaron en una caminata del Ángel de la Independencia a la esquina de Paseo de la Reforma y la avenida Chivatito, lo más cerca que pudieron llegar del que se anunciaba como el destino final de la marcha, la residencia oficial de Los Pinos. Ciertamente no estaban solos, pero quienes los acompañaron no fueron tantos como los que solían ser al principio. Aún así, las madres y padres agradecieron la solidaridad de aquéllos que continúan acompañándolos en su lucha.
Se trataba de estudiantes de distintas facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), así como de la Universidad Autónoma de México (UAM) y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), organizaciones como el Frente Popular Francisco Villa Independiente y la Organización Nacional del Poder Popular (ONPP) y ciudadanos sin ninguna filiación.
Ya no hubo, sin embargo, las vallas humanas que flanqueaban el recorrido de las madres, padres y compañeros de los normalistas y a su paso les refrendaban su apoyo. Las consignas tampoco sonaban con el ímpetu de las primeras movilizaciones, aunque quienes las coreaban se esmeraban por hacerse oír.
Los familiares y compañeros de los normalistas fueron rebasados de la vanguardia por el contingente de la ONPP, que parecía que marchaba por su cuenta. Incluso llevaban su propio sonido, más potente que aquél por el que hablaron padres de familia y normalistas durante todo el recorrido.
“Pedimos justicia…Pedimos que nos escuchen…que nos entiendan…que sientan”, decía una joven, micrófono en mano, pero sus exigencias eran opacadas por las arengas de la organización popular, que llamaban a la unión de todos los sectores contra el “régimen podrido”. Los normalistas parecían no ser lo esencial de la movilización para ellos.
Pero ni eso ni el quemante sol arredraba a los padres de los normalistas, que se erguían con la misma dignidad que han demostrado desde hace cinco meses, a pesar del agravio, a pesar de la tristeza, del dolor y de la desesperación con la que viven todos los días, como dijo al principio de la marcha Melitón Ortega, padre de uno de los estudiantes desaparecidos.
“Hoy cumplimos cinco meses. Estamos sufriendo, no hemos dormido bien, no hemos comido bien”, compartiría más tarde, durante el mitin, la madre de Benjamín Ascencio Bautista.
Al igual que ella, varias madres más también hablaron. En sus mensajes era común la exigencia de que el Presidente Enrique Peña Nieto dejara el cargo ante su incapacidad para entregarles a sus hijos.
“Él dijo que confiáramos en él. Y ¿[de] qué sirve la confianza que le brindamos? Ya cinco meses y no resuelve nada. ¡Que se largue, que ya no esté ahí!”, reclamó una de ellas.
Otra, de nombre María de Jesús, le dirigió un mensaje al Presidente como si lo estuviera increpando de frente:
“Es injusto lo que nos estás haciendo a nosotros como padres de familia, en verdad no tiene palabra lo que nos haces a nosotros, para no insultarte, porque te mereces muchísimas palabras muchas groserías, que en verdad lo único que te sigo exigiendo es la aparición con vida de nuestros hijos”.
Los asistentes coreaban “¡Fuera Peña, fuera Peña!”, al final de sus intervenciones.
Las madres y padres agradecían el apoyo y pedían que no los dejaran solos.
“Les pido que nos sigan apoyando, no nos dejen solos […] Nuestros hijos son hijos del mundo. Que se vaya este gobierno a la fregada”, expresó una más.
“ESTO NO ACABA AQUÍ”
Cerca de las 17:00 horas, un grupo de autodenominados anarquistas se unió a los contingentes que marcharon hacia la residencia de Los Pinos.
A la par, decenas de policías de tránsito caminaban por la lateral y granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal circulaban por vías alternas. Pese a los roces, en ningún momento hubo confrontación.
Ya en el mitin, varios manifestantes se retiraron poco a poco (muchos de ellos iban en familia y con niños). Cerca de las 19 horas, cuando hablaban los últimos oradores, la mayoría de contigentes se había disuelto y sólo permanecía un frente.
El vocero de los padres de familia, Felipe de la Cruz, anunció que a partir de este viernes en la Ciudad de México habrá asambleas en la Sección 9 del magisterio para definir el plan de acción que se realizará para continuar la exigencia de la aparición con vida de los estudiantes normalistas.
“Esto no acaba aquí”, dijo y agregó –sin definir trayectoria– que hoy habrá una movilización más en punto de las 16 horas. Melitón Ortega anunció que el próximo 14 de marzo se llevará a cabo la Asamblea Nacional Popular en Ayotzinapa, y que del 10 al 12 de abril se realizará la Convención Nacional Popular.
POLICÍAS Y JÓVENES SE ENFRENTAN
Luego que concluyera la acción de protesta, en las inmediaciones del Metro Sevilla, un grupo de manifestantes fue encapsulado por granaderos de la SSPDF. En el acto, que testigos acusaron de arbitrario, fueron detenidas al menos seis personas.
Una de ellas se identificó como Michelle Herrera. Testigos aseguraron que se había fracturado la clavícula. Otros de los detenidos se identificaron como Oscar Daniel Hernández, Saúl Leonardo Albirde de la Concha, estudiante de la Preparatoria 8, Francisco Olmos, estudiante del ITAM y Pedro Antonio Sudillo Rangel, quien dijo tener 15 años y fue arrestado en la calle de Toledo.
“Nos encapsularon y luego vinieron los golpes”, dijo un testigo que también fue golpeado.
“Yo iba pasando, ya íbamos a nuestra casa y llegaron a levantarnos. Sólo empezamos a gritar los nombres porque la policía se le puede ocurrir desaparecernos”, dijo otro de los jóvenes.
También se reporta la detención de un fotógrafo del diario El Universal por haberse subido a una camioneta, cuya dueña lo acusó de haberla dañado. De manera extraoficial dijeron que un fotoperiodista fue golpeado y granaderos le quitaron su equipo.
