México abrirá el sector eléctrico con vicios del viejo régimen: especialista; el modelo es contradictorio, dice

02/06/2014 - 12:04 am
Pemex licitará obras de exploración al sector privado. Foto: Cuartoscuro
La Reforma Energética no es sólo representa un cambio en el sector petrolero, también afectará de forma significativa a la industria eléctrica de México, advierten especialistas. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 2 de junio (SinEmbargo).– La discusión de la legislación secundaria de la Reforma Energética se ha centrado casi de forma exclusiva en el tema petrolero y la apertura del sector a los grandes capitales privados para explorar y extraer crudo en aguas profundas, así como el destino de los recursos que se captarán por a la venta del hidrocarburo. El tema de la industria eléctrica ha quedado opacado por el interés en el llamado oro negro, a pesar de ser un punto fundamental,  advirtió Miriam Grunstein Dickter, investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Refirió que en la legislación secundaria se observan dos modelos para la industria eléctrica nacional en aparente contradicción.

Observó que las nuevas leyes tratan de despegar a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE),  de un modelo estatal sin lograrlo. Detalló que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) junto con la Secretaría de Energía (Sener) mantienen mucho control sobre las nuevas empresas productivas del Estado que nacieron y siempre han funcionado como paraestatales. Por otra parte, se intenta ponerlas a competir con empresas privadas que llevan mucho tiempo funcionando en el sector.

La CFE, que durante los últimos 50 años proporcionó energía eléctrica a la mayor parte del país, en años recientes se volvió insostenible. Los proyectos de producción independiente han generado costos muy poco competitivos para apoyar a la planta productiva nacional. Además, la tarifa eléctrica es un factor decisivo para la competitividad en economías avanzadas y los costos de generación eléctrica en México son muy altos en comparación con otras naciones.

El control y la planeación del sistema eléctrico nacional será asumido por el Estado mediante el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), que ya no va a ser un organismo descentralizado de la CFE, sino un organismo descentralizado de la administración pública.

“En vista de que la CFE no ha generado condiciones suficientes de eficiencia en la generación, se va a crear un mercado de mayoristas, ¿qué quiero decir con esto? Que mientras las ventas al mayoreo las va seguir llevando exclusivamente CFE, mediante una tarifa regulada que no se va fijar por el regulador en tanto no se elimine el subsidio, el mercado de generación a la red eléctrica nacional ya no va a estar bajo el control de CFE, sino del Estado”, afirmó Miriam Grunstein.

–¿La iniciativa del Presidente Enrique Peña Nieto  impulsará el desarrollo nacional?

Sí, pero depende de que tengamos un sistema muy claro y muy congruente y muy bien regulado. El problema aquí es que [en la iniciativa] conviven dos mundos muy distintos, un mundo de mercado en la generación y un mundo de control de precios y de monopolio en el suministro a menudeo, eso es muy complicado.

La convivencia de una política de liberalización en la generación y de asistencialismo en el suministro puede causar un choque en los modelos económicos.

–¿Este modelo es el mismo que lleva algunos años funcionando en México?

No, para nada. El modelo existente es uno mediante el cual los proyectos de producción independiente generan para CFE. Ya no va a ser el caso, van a generar para el Estado. El Estado va a tener el control y la planeación del sistema eléctrico nacional, actualmente CFE tiene el control y la planeación, estos van a salir de las manos de CFE.

–¿Cuál es el riesgo de tener un modelo híbrido?

Tener sistemas híbridos excepcionales, raros, donde hay un equilibrio forzado entre Estado y mercado, y esa es la mayor falla que yo le veo en este momento a las secundarias.

Las leyes secundarias adolecen de estar confeccionadas bajo un clima de muchísimos intereses. Entonces son leyes que le quieren dar gusto a una multiplicidad de intereses. En algún [momento como Estado] tienes que definir tu política pública y no vas a poder abrir al país y tener a las empresas mexicanas completamente contentas porque van a tener la presión de competencia inusitada de las empresas extranjeras.

Y no vas a poder tener un régimen de proteccionismo a las empresas mexicanas y tener felices a las empresas internacionales. Entonces en algún momento vas a tener que decidir para donde jalar, y qué es lo mejor de lo país, y esta ley no lo decide. Todavía tiene mucho de los viejos vicios proteccionistas que siempre hemos tenido. Y no hemos aprendido de los vicios proteccionistas de Brasil.

–¿Cuál es la expectativa de las grandes empresas para participar en el mercado mexicano?

Yo veo la inversión extranjera, de cara las leyes secundarias, está interesada, pero sin duda están viendo un modelo que está en desarrollo, no ven leyes acabadas que sean completamente satisfactorias en el mercado.

Foto: Cuartoscuro
El suministro eléctrico al menudeo no puede ser liberalizado porque representaría un shock energético muy fuerte para los usuarios, advierten especialista. Foto: Cuartoscuro

–¿La Reforma Energética busca desmantelar a CFE y venderla como una ganga a los inversionistas privados, como acusa la izquierda?

Puede suceder, pero yo no lo veo como una especie de complot. Simplemente ahorita el suministro al menudeo no puede ser liberalizado porque representaría un shock energético muy fuerte para los usuarios, o sea, de repente tener una tarifa eléctrica volátil, podría ser muy traumático para los usuarios.

Incluso para los de clase media, porque la clase media mexicana no tiene el ingreso que tiene la clase media norteamericana. CFE va a tener una carga que la pone en desventaja, las generadoras privadas no. Entonces va a llegar un momento en que puede suceder lo que sucedió con Luz y Fuerza del Centro, que todas las cargas que soporta CFE la hagan inviable para subsistir como empresa.

Así que, sin incurrir en teorías de la conspiración, aún si el gobierno quiere mantener vivo a CFE, va a tener que ser con presupuesto no utilidades, porque se va a seguir manejando con utilidad de una empresa social, entonces eso podría tronarla.

De ser así, llegará el momento en que por motivos de salud en las finanzas públicas, el gobierno decida vender, y eso sería una consecuencia lógica de una empresa que no es empresa.

A todos los usuarios residenciales que no estamos acostumbrados a pagar tarifas de mercado. La gente pobre, la gente que menos tiene, va a necesitar subsidio, en tanto no mejore su nivel de ingreso, va requerir un subsidio. Pero de la clase media para arriba, que no gana tan bien una tarifa de mercado podría resultar muy cara, porque no estamos acostumbrados a destinar una parte sustantiva de nuestro presupuesto al recibo eléctrico.

La reforma no promueve una cultura de la eficiencia, es decir, de vamos a tener más, vamos a vender más barato, vamos a poner gastar más nuestros energéticos y lo que pasa es que en este momento México no ha vivido una crisis energética, pero podría ser muy dolorosa y podría tener consecuencias de lo más graves.

–¿Qué otros riesgos observa en la propuesta a discusión?

Que no tenemos nada de experiencia regulando mercados eléctricos ni diseñándolos. Si están mal diseñados podría causar una desinversión tremenda y podríamos quedarnos como el perro de las dos tortas, sin CFE y sin los particulares. Entonces tendremos una situación de escasez de energía eléctrica, la tarifa podría aumentar considerablemente, o si le damos entrada a las empresas eléctricas y algunas ven la oportunidad de manipular el mercado podría tener un enorme riesgo para el usuario.

Esos son los riesgos implícitos en el modelo. Aunque esto no quiere decir que tenga que suceder ineluctablemente.

El modelo monopolista que tenemos es inviable y es caro, está cargado de ineficiencia, pero si no sabemos regular mercados y entramos vulnerables, como estamos ahora porque México está en una situación de muy bajo desarrollo, podría incluso causar una situación de crisis económica aún más grave.

–¿Cuánto podríamos tardar en aprender?

No sé, varía mucho, a Brasil le tomó cinco años y después echó todo a perder. Depende muchísimo del capital humano con el que contemos.

Tenemos funcionarios públicos excelentes, honestos, dedicados, pero es un grupo de elite, es muy pequeño y esto tiene que generar mucha masa crítica muy dedicada para que esto jale.

–¿Hay obligación para que los nuevos inversionistas generen su propia infraestructura o aprovecharán la construida por CFE?

No, aunque estamos muy necesitados de infraestructura. Y no se trata de una cuestión de generar obligaciones para construir infraestructura, sino de generar incentivos. O sea, si las empresas no quieren venir, no quieren gastar y no quieren construir, están en todo su derecho.

El único que ha tenido la obligación de construir, y ni siquiera ha hecho plenamente es Pemex. Pero no se puede obligar a las empresas a construir.

Vamos a ver si tienen esos incentivos, vamos a ver si construyen ese esquema de ductos, de los cuales ya están sacando a Pemex, vamos a ver si se generan las condiciones necesarias para la inversión.

–¿Qué posibilidad habría de que los nuevos inversionistas bajaran el “switch”, ante una decisión que no les guste del Estado?

Las pérdidas que podría sufrir una industria por apagones son incalculables.

–¿Hay ejemplos internacionales de que esto haya sucedido?

Sí, claro, California y Argentina. Lo que se presentó en California (Estados Unidos), donde hubo una simulación de congestión en la línea de transmisión y acabaron muy afectados los usuarios de todos los tipos. Es un ejemplo muy trillado en la industria pero no está de más recordarlo en este momento.

Ahí hubo un descontrol total de la industria, se simuló un congestionamiento en las redes de transmisión y se simuló que había una escasez de energía eléctrica, porque apagaron sus generadores para generar situaciones de escasez.

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Investigadora del CIDE considera que la declaración del Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, sobre la disminución de los costos en electricidad, es “sólo una promesa política”. Foto: Cuartoscuro

–¿Bajarán los costos de los energéticos en 18 meses como prometió Pedro Joaquín Coldwell, Secretario de Energía?

No, yo no sé por qué este gobierno hizo cuentas tan alegres tan pronto, cualquier analista serio diría que esto es una promesa política que ni siquiera le conviene al gobierno, porque no la va a poder cumplir. Si la quieren cumplir, va a tener que ser una simulación de disminución de precios mediante el subsidio.

La única manera que van a poder cumplir eso es subsidiando la gasolina, el gas y la electricidad y se supone que el modelo es contrario a ese tipo de políticas.

–¿Bajará el costo de la electricidad con la explotación masiva de gas shale?

Para eso primero tenemos que desarrollar los proyectos de gas de lutitas y la infraestructura y esto no va a suceder de la noche a la mañana. Hay que delimitar bien los bloques, hay que licitar los contratos, hay que traer la infraestructura, hay que traer a las empresas idóneas para participar en los concursos, hay que construir los gasoductos, hay que tener las condiciones jurídicas y técnicas y esto no sucede de la noche a la mañana.

Además, habría que ver si México cuenta con las condiciones para el desarrollo del gas de lutitas como en Estados Unidos, donde no se hizo por decreto, sino por una iniciativa muy dinámica de las empresas que se dedican a este tipo de proyectos.

Además no está garantizado el costo del precio de gas a los precios que se está proyectando.

No, podría subir en determinado momento, especialmente si Estados Unidos empieza a tener la demanda de otros países que no sean México, por ejemplo si Estados Unidos empieza a construir terminales de licuefacción y empieza exportar gas a Europa, donde lo puede vender muchísimo más caro, pues no va a ser su comprador ideal.

Vamos a tener escenarios difíciles de ajuste a un modelo nuevo y vamos a tener momentos de ensayo y de error, pero eso es natural.

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