Happy new tax

05/01/2014 - 12:00 am

Felices nuevos impuestos les desea el gobierno federal con todas las de la ley y un vasto incremento al sueldo de 2.60 pesos diarios para cubrir los aumentos que están por venir a alegrar corazones y enviar duendes a cantar hasta exasperar los nuevos precios, como si fueran canciones de Disney empalagosas, dispuestas a hipotecarnos los sentidos, si no cedemos a esa absurda alza de precios en la cuesta de enero.

Happy new tax para los que comienzan a sentir los estragos de un cultivo de clavos en el estómago por los pesos de más que hay pagar, sobretodo en la frontera, que aun los del centro no logran comprender ni con la estatua de una lupa.

Dieciséis será el número más odiado en lo que resta del año. Será un tabú hasta nuevo aviso. Quienes lo mencionen serán enviados a un pozo de agua hasta que pase el coraje provocado por los caprichos de títeres de intereses sin remedio.

Mientras tanto a disfrutar como se estira la mano y decrecen los bolsillos semana con semana con los respiros del cuerpo que exige coca cola inyectada en las venas y la desatinada cantidad de azúcar que nos sorberá monedas hasta que terminemos buscando como pagar el regreso a casa.

Los chicles al no ser considerados alimento y padecer el 16% adicional, se volverán bombas y explotarán en la cara de la gente al ser adquiridos en la tienda de la esquina y no respetar su acceso universal.

Los panecillos se formarán en las cajas y señalarán que no quieren aumento, que necesitan el cariño de los consumidores y no su distanciamiento al aumentar sus precios. De no hacerles caso, se expandirán en el aire las migas y el gas de algunas bebidas azucaradas buscando bocas en las cuales sepultar su sabor y atacar la ética del vendedor, quien en silencio y sin consultas ciudadanas decide aumentarle otro peso al suspiro de la mayoría mexicana.

Pero no faltará quien se una a la desobediencia civil, no pague ese extra y de repente sea un pichón con el pico embelesado en un trozo de tortilla en la banqueta. Supervivencia sin límites.

Y las mascotas no se quedarán calladas. Perros y gatos mantendrán asambleas para contraatacar los impulsos de la avaricia con la excusa de recaudar 181 mil 276 millones de pesos  o 1.0 por ciento del PIB. Ladridos y maullidos se escucharán como acto de protesta hasta hartar a los gobernantes, quienes esquizofrénicos arrancarán la calvicie de su inteligencia corriendo hacia todas partes. Jamás el habla animal será tan intenso como ahora.

La gasolina también se va a rebelar. Muchos carros al querer ser alimentados con Premium o Magna se verán varados a su paso o si la lucha se torna intensa, el combustible incendiará y llevará infinidad de victimas tras la estaca que clavan las autoridades a la economía del país.

Seguramente de la pobre patria surgirán aplicantes a pedir limosna en las calles, ya que debido a la reforma fiscal, también solicitar ayuda económica equivaldrá a obtener ingresos que tendrán que someterse al régimen de incorporación fiscal ¿Cuánto le dan al día? Preguntará Hacienda a los deambulantes por la asfixia del gravamen especial.

Felices nuevos impuestos les desean los obesos financieros que apenas y alcanzan a reconocer la realidad a la que tanto temen vivir.

@taciturnafeliz

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