Ciudad de México, 6 de mayo (SinEmbargo).– Antes de subir al estrado para dar su discurso en el 25 aniversario del Partido de la Revolución Democrática (PRD), a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano le llovieron las porras.
“¡Cuauhtémoc presidente! ¡Cuauhtémoc! ¡Cuauhtémoc! ¡Cuauhtémoc!”, gritó un grupo de hombres y mujeres sentados en la cuarta fila de la primera sección del Teatro de la Ciudad de México.
Los hombres elevaron cuatro cartulinas con leyendas alusivas al hombre considerado el líder moral del PRD.
“¡Por credibilidad, Cuauhtémoc presidente! ¡Por su honestidad, Cuauhtémoc Cárdenas presidente!, se leía en los carteles que los hombres mostraban a las cámaras de los medios de comunicación.
Mientras las porras se desvivían para Cárdenas, Carlos Sotelo García y Carlos Navarrete Ruiz, dos de los tres contendientes que buscan sustituir a Jesús Zambrano Grijalva en la dirigencia del PRD, apenas si robaban algún flashazo de las cámaras: los reflectores estaban centrados en el hijo del mítico general revolucionario.
En medio de los danzones, huapangos y popurrís mexicanos, Cárdenas se convirtió ayer en el centro de atención de la celebración del 25 aniversario del Sol Azteca, pues los discursos lo ensalzaron, las porras los aclamaron como nuevo presidente nacional de la fuerza política y fue él quien se encargó de darles a los demás una crítica sobre el estado en el que se encuentra el partido, al cumplir un cuarto de siglo de vida.
Cárdenas acudió a la ceremonia después de que durante los últimos años ignoró el cumpleaños del partido que fundó en 1989.
Los principales organizadores del cumpleaños perredista fueron las corrientes de René Bejarano Martínez, Izquierda Democrática Nacional (IDN) y de Jesús Ortega Martínez, Nueva Izquierda (NI) o “Los Chuchos”.
El resto de la “tribus” fueron las grandes ausentes, pues en el centro de la primera fila sólo estaban: Bejarano y su esposa, la Senadora María de los Dolores Padierna, Zambrano, Cárdenas, el Jefe de Gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera Espinosa y el Gobernador de Tabasco, Arturo Núñez Jiménez.
En un lugar con menos reflectores participaron Miguel Barbosa Huerta, coordinador de la bancada perredista en el Senado de la República y Silvano Aureoles Conejo, coordinador en la Cámara de Diputados.
El ex Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón tampoco asistió –como no lo hizo en los últimos aniversarios–. Uno de los tres aspirantes a la presidencia del PRD y que en teoría, deberá dar su anuencia, como el resto, para que Cárdenas acepte una candidatura de unidad para presidir al partido.
RECUENTO DE LOS DAÑOS
Como ha ocurrido en otras ocasiones, Cárdenas Solórzano dejó claro su malestar sobre el estado actual del partido.
Ayer, después de que las porras se callaron, el hijo del ex Presidente Lázaro Cárdenas del Río, habló y lo hizo para hacer declaraciones que el propio Zambrano Grijalva negó una y otra vez en el pasado: que el PRD es un partido desdibujado, que nada tiene que ver con aquel que se fundó en 1989. Incluso el ingeniero criticó a quienes pactan y hacen alianzas basándose en el discurso de una izquierda “moderna” y “alejada del radicalismo”.
“A 25 años de distancia es oportuno preguntarnos, qué tan cerca o que tan lejos estamos de nuestro propósito original. Yo respondería que nos encontramos más lejos que cerca de lo que nos propusimos y nos comprometimos hace 25 años, son responsables los poderes fácticos y todos los que formamos parte de nuestra organización”, dijo.
Cárdenas prosiguió: “El ciudadano común nos ve hoy, como una buena parte de nosotros mismos, igual que los demás partidos políticos, iguales que todos los políticos. Los partidos, los representares populares, lo que la gente llama la clase política está inmersa en una crisis de credibilidad y enfrenta un enorme desprestigio; el PRD ha caído en la distorsionante práctica de tomar sus grandes decisiones en base a cuotas, el debate de ideas no es una práctica cotidiana y los principios se hacen a un lado para hacer alianzas con los que piensan y actúan en contra de los principios del PRD”.
Cuauhtémoc aseguró que para que el Sol Azteca recupere su credibilidad perdida, deberá recuperar la ética en su vida interna.
“Solamente al régimen entreguista y neoliberal le sirve ese discurso que dicen que hay que ser una izquierda moderna y alejada del radicalismo. Los principios no son una moda, es mejor pasar por anticuados, que ceder ante los vende patrias”, dijo Cárdenas.
Algunos de los asistentes aplaudieron y celebraron el discurso de Cárdenas, mientras que otros gritaron: “¿Oyeron ‘Chuchos’?”.
El líder perredista llamó a sus correligionarios a hacer que el Sol Azteca sea “el principal impulsor de las reivindicaciones nacionales”.
“Impulsaremos el aumento del salario mínimo, superar el estancamiento de la economía, reivindicación de equidad de género […] Vamos a defender la reforma de telecomunicaciones, no permitiremos que se atente contra los derechos de los mexicanos”, afirmó.
TIEMPO PARA LAS CAMPAÑAS
Cárdenas se dio un tiempo para hablar de las elecciones internas del PRD en agosto y septiembre y pidió a los perredistas unidad.
“Es evidente que soplan vientos de fractura, hay tres compañeros con legítimo derecho que han planteado su aspiración de llegar a la presidencia. Yo les plantearía con todo respeto un no a la fractura”, dijo.
Cárdenas llamó a una candidatura de unidad, en torno a un sólo personaje, sin hablar de su propia participación.
La semana pasada Alejandro Sánchez Camacho, secretario general del partido, dijo que la figura de Cárdenas es “indispensable y trascendental” para la fuera política.
Hace un año el tres veces candidato a la Presidencia de la República permanecía bajo las sombras y apenas estrenaba la oficina ubicada en República de Chile en el Centro Histórico y su puesto como Coordinador de Asuntos Internacionales del Gobierno del Distrito Federal (GDF).
Mientras, el PRD se enfrentaba en una disputa interna por la participación de su presidente nacional, Jesús Zambrano Grijalva, dentro del Pacto por México y varios liderazgos lo dejaban sólo en la ceremonia de los 24 años.
Hoy, la figura de Cárdenas Solórzano emergió de las sombras e incluso opacó a Zambrano Grijalva, quien después de permanecer durante todo el año pasado en la mira de sus críticos, cedió el lugar al líder moral del PRD.
