Un 60 por ciento de los usuarios del aeropuerto de Tijuana se dirigen después a Estados Unidos. El año pasado lo hicieron unas 2.6 millones de personas. Sin embargo, ahora 18 dólares (alrededor de 313 pesos) harán la diferencia entre gastar horas en el cruce fronterizo o hacerlo en unos cinco minutos.
Ciudad de México, 9 de diciembre (SinEmbargo).– Si una persona necesita trasladarse del aeropuerto de Tijuana (México) a San Diego (Estados Unidos) invierte mucho tiempo por el cruce congestionado. Sin embargo, hoy comenzó a operar el proyecto que agilizará el proceso: un puente peatonal, con inversión de 120 millones de dólares, que conecta la terminal aérea de la ciudad estadounidense, la Cross Border Xpress, con el Aeropuerto General Abelardo L. Rodríguez de Tijuana para facilitar el ingreso de pasajeros. Pero no es gratis.
Un grupo de inversionistas, entre ellos el multimillonario Sam Zell, construyó una elegante terminal en San Diego con un puente morado que cruza la valla fronteriza de alambre de espinos hasta el viejo aeródromo de Tijuana. De acuerdo con la agencia AP, los pasajeros pagarán 18 dólares para cruzar.
Además deben exhibir su pase para abordar su vuelo, a fin de que las autoridades puedan verificar que el arribo o la partida del aeropuerto tenga lugar en un lapso no mayor a 24 horas; con independencia de los requisitos para ingresar a México o a Estados Unidos.
El Instituto Nacional de Migración llevará a cabo la vigilancia y revisión de pasajeros que transiten por la Conexión Peatonal Aeroportuaria Tijuana-San Diego.
El puente peatonal tiene una longitud de 45 metros y un peso de 150 toneladas.
La agencia documenta que alrededor del 60 por ciento de los usuarios del aeropuerto de Tijuana se dirigen después a Estados Unidos. Por ejemplo, el año pasado lo hicieron unas 2.6 millones de personas.
El único otro aeropuerto transfronterizo en el mundo se encuentra en la Unión Europea entre Basel, Suiza, y el sur de Francia.
Los usuarios del puente podrán acceder a los vuelos del aeropuerto de Tijuana hacia México, muchos de los cuales tienen una mayor frecuencia o costos más bajos que los ofrecidos por los aeropuertos del sur de California.
En el lado de EU, la Cross Border Xpress contará con más de seis mil 500 metros cuadrados de patio interior y exterior, áreas de espera para pasajeros y visitantes, además de tiendas de convivencia, alimentos y bebidas, estacionamiento a corto y largo plazo, diversos tipos de transporte terrestre e información y servicio al pasajero totalmente bilingüe.
“Ahora conducen unos 15 minutos a través de un congestionado paso terrestre, donde tienen que esperar hasta varias horas para entrar en San Diego en automóvil o a pie. El puente requiere apenas una caminata de cinco minutos hasta un inspector fronterizo estadounidense”, destacó el reporte de la agencia.
Cross Border Xpress, una de las terminales aéreas privadas más grandes en Estados Unidos, no habría existido si Tijuana no hubiese construido su aeropuerto muy cerca de la línea internacional en la década de 1950, o si no estuviese rodeado de terrenos sin cultivar en un sector industrial y yermo de San Diego.
“Es un accidente geográfico notable”, comentó el arquitecto de la terminal a AP.
La terminal es una de las últimas obras que dejó el ya fallecido Ricardo Legorreta, cuyos colores intensos llevaron el modernismo mexicano al resto del mundo.
Los pasajeros pasan por un patio con un estanque hasta un espacioso edificio con mostradores de venta de pasajes y quioscos. El cielo raso elevado blanco luce círculos anaranjados de luz mitigada. El ambiente presenta toques decorativos discretos.
De acuerdo con la agencia internacional, la idea no es novedosa ya que los dirigentes de San Diego propusieron un aeropuerto con una pista en cada lado de la frontera a principios de la década de los 90, pero el proyecto no avanzó hasta que una pareja mexicana invirtió en 2005 en una compañía que opera aeropuertos en Tijuana y otras once ciudades mexicanas.
El consorcio privado, Otay-Tijuana Venture LLC, espera ganar dinero con tiendas de productos libres de impuestos, compañías de alquiler de vehículos, restaurantes y tras concesiones.
El Cross Border Xpress está diseñado para cumplir con los estándares de seguridad tanto de los Estados Unidos como Internacionales y será operado por Customs and Border Protection (CBP) al norte de las instalaciones e Inmigración y Aduanas de México en el lado sur.
“Esta asociación es una forma innovadora para optimizar los recursos y ayudar a mitigar las horas punta de espera,” dijo en febrero el director de la Oficina de Campo del CBP en San Diego, Pete Flores.
Recordó que este proyecto es operado y desarrollado por Otay Tijuana Venture, LLC, grupo privado de inversión con accionistas estadounidenses y mexicanos, contando también con el financiamiento de Bancomext e Invex, entre otros.
