Entrevista

El descuido y negligencia de los humanos causa 98% de incendios forestales en México: Conafor

13/05/2020 - 9:30 pm

El Gerente de Manejo de Fuego de la Conafor, Eduardo Cruz, charla con SinEmbargo sobre el efecto de la actividad humana (con su respectiva negligencia) y el calentamiento global en el comportamiento histórico de los incendios forestales en México.

Ciudad de México, 13 de mayo (SinEmbargo).– Al momento en que el Ingeniero Eduardo Cruz, Gerente del Manejo de Fuego en la Comisión Nacional Forestal (Conafor), exponía que el 98 por ciento de los incendios históricamente ha sido por causas humanas a pesar de la presencia del calentamiento global, tres incendios en Quintana Roo llevaban ardiendo durante dos semanas sin poder ser apagados porque las llamas se colaban en las raíces subterráneas y otro en Nuevo León llevaba activo tres semanas en una zona montañosa.

En charla telefónica con SinEmbargo, Cruz destacó que no podrá recuperarse en la época de lluvias un 7 por ciento de la vegetación de las más de 86 mil hectáreas dañadas por los 2 mil 777 incendios registrados en el cuatrimestre del año, de los cuales el 33 por ciento ha sido por actividades ilícitas, documenta Conafor. Esa vegetación que abonaría a absorber las emisiones contaminantes.

El resto de las causantes es la falta de control en las actividades agrícolas, pecuarias, de caza, así como la irresponsabilidad en fogatas, fumadores, quema de basura y rituales. Solo el 1 por ciento fue por causa natural en ese periodo.

“En la Conafor no tenemos la facultad de hacer acciones punitivas, pero sí en otras instancias a nivel local en los gobiernos estatales y también en la federación con la Profepa”, dijo. “Ya no es permisible el que se estén quemando nuestros bosques y selvas por descuidos o por negligencia”.

En el 2019, alertó Cruz respecto a la crisis climática, todas las semanas se registraron incendios (7 mil 410 en total) cuando hace 15 años se tenía muy bien definido el periodo de lluvias en que no había, pero desde 2016 hay menos lluvias y temperaturas más altas.

Antes de colgar, el Gerente de Manejo del Fuego lanzó un mensaje a la población: “tenemos un teléfono gratuito a nivel nacional que es el 01-800-INCENDIO en el cual tenemos personal operando 24 horas para el reporte de los incendios y, si no se está capacitado para apagarlo, solo repórtenlo. Eviten a toda costa querer participar, porque más del 90 por ciento de los decesos históricamente registrados tiene que ver con voluntarios”.

El 33 por ciento de los incendios hasta abril han sido por causas ilícitas. Gráfica: Conafor.

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–Del 1 de enero al 30 de abril, la Conafor registró 2 mil 777 incendios en territorio nacional que afectaron 86 mil 972 hectáreas. ¿Cómo dimensionar el impacto ambiental y a las reservas naturales?

–México es uno de los países megadiversos en ecosistemas. Tenemos una diferente afectación en el tipo de vegetación, y la que principalmente se ve afectada en estos incendios es la superficial que tiene que ver con los pastos, los arbustos y las hierbas que tienen una vida anual por el periodo natural, los cuales se secan y se renuevan en el periodo de lluvias. Pero dentro de los males el menor, porque este tipo de vegetación vuelve a recuperarse.

 Ahora, independientemente de que sean pastos o arbustos que se recuperen, lo que marca una severidad importante es cuando tenemos incendios recurrentes en el mismo lugar. Es complicado que que el ecosistema logre la recuperación en un año después de 10 años que permanentemente se afecta.

No es una condición que se repita en todos los lugares, pero en algunos sí, sobre todo donde tenemos poblaciones con ciudades y áreas urbanas alrededor. De manera representativa, en la Ciudad de México en los bosques que están hacia el Ajusco, por ejemplo, son incendios recurrentes y se va degradando la condición del ecosistema. En otras ciudades como Guadalajara, que tiene el Bosque La Primavera o en Nuevo León, tienen áreas muy cercanas a poblaciones y son visitadas por gente que descuida las fogatas o son objeto de otro tipo de intereses que usan el fuego para degradar y hacer cambio de uso de suelo.

En resumen, es un porcentaje menor donde tenemos incendios severos, donde llegan a propagarse a través de las copas de los árboles, y que mueren al paso del fuego. De acuerdo a lo que llevamos registrado a nivel nacional al momento, en este extracto de árboles tenemos el 7 por ciento del total de la superficie, y el resto es una vegetación que se recuperará en el próximo periodo de lluvias.

INCENDIOS-FORESTALES
Más de 86 mil hectáreas han sido afectadas por los incendios en lo que va 2020. Foto: Conafor.

–En el caso de las reservas naturales donde se han registrado incendios, ¿se puede hablar de un impacto mínimo?

–En la mayoría sí. Tenemos un tipo de ecosistema que es de selva alta, selva media así como manglar sobre todo hacia las costas y la Península de Yucatán, donde son sensibles al fuego. Cuando se afecta de manera severa hay una sucesión vegetal, es decir, crece otro tipo de vegetación, entonces el natural ya no se recupera hasta después de muchísimos años. Es ahí donde actualmente estamos considerando una atención más afectiva a la parte preventiva más que a la de combate a los incendios. Qué tenemos que hacer para que en esos lugares las comunidades que tienen usos y costumbres donde usan el fuego para diferentes actividades los desmotivemos y demos opciones para que usen otras tecnologías en lugar del fuego para los fines que ellos persiguen.

Para las Áreas Naturales Desprotegidas, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, nuestros hermanos, son los que atienden y administran únicamente las Áreas Naturales Protegidas de carácter federal, con quienes nos coordinamos muy directamente. Tienen programas muy específicos para poder desmotivar el uso del fuego con las comunidades que habitan esas áreas, que es donde tenemos nuestros principales reservas de flora y fauna, y que debemos de cuidarlas.

–En el reporte de la Conafor se registran 58 incendios hasta el 30 de abril que duraron más de siete días. ¿En qué consiste que un incendio se propague por una semana?

–A veces es más tiempo; hay varios factores. En la Península de Yucatán, por ejemplo, el tipo de vegetación y de suelo dificulta mucho el control de un incendio. El suelo es poroso, tiene muchas cavidades y cuando se presenta un incendio en la época de sequía hay muchas raíces secas, entonces se propaga de manera subterránea al tener oxígeno. Ahí es bien complicado porque surge debajo de la tierra, hay una red increíble de raíces y puede irse para cualquier lado. Cuando uno piensa que ya está siendo controlado el incendio de pronto surge en otro punto, y pudiéramos pensar que otra gente lo está originando de manera intencional, pero es este fenómeno que se da en esa zona.

Ya de por sí abrir una brecha cortafuego en una selva es bien complicado porque hay mucha vegetación y es muy lento el trabajo manual. En el caso extremo, cuando el incendio está muy propagado en extensión, tenemos que utilizar maquinaria pesada, pero tratamos de usarla lo menos porque aunque abre una brecha muy amplia y muy segura para que no se siga propagando el fuego, el problema es que se hace una devastación importante; quedan avenidas muy grandes.

Tenemos ahorita incendios activos en tres áreas en Quintana Roo. Tienen dos semanas activos y todavía no podemos cerrarlos por esta problemática de la vegetación y la propagación del fuego subterráneo. Y hay otras condiciones en la mayor parte del país en que tenemos montaña y ya es imposible para el personal caminar a través de riscos donde está el incendio activo, entonces se espera a que salga de esa condición topográfica para cercarlo y liquidarlo. Por ejemplo ahorita tenemos un incendio activo que ha de tener casi tres semanas en Nuevo León, en una cañada que ya no sale de ahí y sigue teniendo combustión porque por muchos años no se había quemado y hay una gran cantidad de materia orgánica entre las piedras, por lo que es imposible atenderlo de manera manual e incluso con equipo aéreo.  Se está vigilando que no salga de ahí y se pueda consumir lo que tenga de material para ya darlo por liquidado. Estas características que tenemos provocan que se mantengan activos, aunque no necesariamente se sigan extendiendo.

–Sobre las causas de incendios forestales ustedes desglosan por porcentaje. Me llama mucho la atención que 33 por ciento es por actividades ilícitas y solo 1 por ciento por naturales. ¿Con quién se coordinan para combatir este cambio de uso de suelo o vandalismo?

–En la Conafor no tenemos la facultad de hacer acciones punitivas, pero sí en otras instancias a nivel local en los gobiernos estatales y también en la federación con la Profepa. Lo que nosotros hacemos es integrar la información en el caso que el personal manifestó sobre la presencia de un grupo armado que no permitía el acceso y lo remitimos a esas instancias que tienen la facultad de supervisar. También compartimos la información donde no tenemos la certeza, pero como está cercano a áreas urbanas que están creciendo, pasamos los datos a la Profepa para que indague y, de acuerdo a lo que establece la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, se pueda poner ese espacio quemado a resguardo hasta su recuperación para evitar que se promueva un cambio de uso de suelo en ese sitio.

Ese es nuestro siguiente eslabón con esas dependencias y con nuestra representación en los estados también promovemos en un Comité Estatal la coordinación de actividades de prevención y de combate con los gobiernos estatales y municipales, sobre todo las denuncias para que no se permita el cambio de uso de suelo e investigar quiénes están ocasionando esos incendios para que haya una sanción ejemplar para quienes de manera deliberada están ocasionando los incendios. Ese es el curso que le damos de acuerdo a lo que las diferentes brigadas de las diferentes instancias nos hacen llegar como posibles situaciones que están ocasionando los incendios.

–Otras de los responsables que ustedes desglosan son las actividades agrícolas y las pecurarias, ¿cómo son reguladas?

–Hay la Norma Mexicana 015 (NOM-015) que regula el uso del fuego en las áreas agropecuarias y forestales. No se prohibe, pero se establecen los criterios bajo los cuales debe regularse el uso del fuego y la responsabilidad recae principalmente en el primer orden de gobierno que es el municipio; es el que tiene más injerencia en el territorio con los ejidos y comunidades. Desde el año pasado hemos estado trabajando con la Secretaría de Agricultura, pero en este 2020 desafortunadamente tuvimos que interrumpir el proceso por la pandemia, pero estábamos teniendo reuniones de trabajo sobre todo con los estados más críticos, con sus gobernadores, secretarios generales de gobierno y con la contra parte estatal que lleva el tema agropecuario, y con los municipios registrados como los críticos, donde se practica la ‘rosa, tumba y quema’ como en el sureste, o que preparen sus terrenos agrícolas previos al temporal de lluvias. Todo esto para que esta NOM-015 se cumpla, se atienda y sea una realidad que se regule el uso de suelo.

El problema no es que se limpien los terrenos agrícolas previo a la siembra, sino que no se toman las medidas para evitar que el fuego no se propague hacia el bosque. Hemos estado trabajando muy fuerte con la Secretaría de Desarrollo Rural para que en contraparte con los gobiernos de los estados que llevan el tema agropecuario empecemos a tener las medidas preventivas y también las sanciones a quienes usen el fuego. Esperamos que pueda haber eco. En la Península de Yucatán los tres estados ya tienen su Ley específica para las quemas, y hay otros ejemplos en otros estados y municipios que ya están poniendo en su reglamento el mediar que bajo ciertas condiciones atmosféricas de sequía se suspendan las quemas. Y en algunos está teniendo un efecto; es algo progresivo por lo que tenemos que caminar en ese sentido porque en la actualidad ya no es permisible el que se estén quemando nuestros bosques y selvas por descuidos o por negligencia.

La Norma Mexicana 015 regula el uso del fuego en las áreas agropecuarias y forestales. Foto: Conafor.

–En la Conafor, ¿cómo abordan el impacto del calentamiento global en el comportamiento de los incendios?

–El cambio climático nos pega de manera transversal a muchas actividades, es así también en el tema forestal. Tiene que ver de manera importante porque no solamente son los incendios, también las plagas y las enfermedades que dan a los bosques. Muchos de los bosques enfermos pasan a ser combustible cuando es el periodo de incendios. Es algo que debemos de atender de manera más integral. Lo cierto es que en nuestro país el 97-98 por ciento de los incendios históricamente registrados es por una causa humana, entonces tenemos que trabajar muy fuerte en la parte preventiva para que esto ya no sea una situación normal que ha sido durante estos años, es decir, que tengamos incendios por una actividad que no tiene el cuidado del uso del fuego o por el descuido de la población.

En 2019 todas las semanas del año tuvimos registros de incendio cuando hace 15 años se tenía muy definida el periodo de sequía entre noviembre-diciembre hasta junio-julio, y los otros meses era periodo de lluvias sin incendios. Pero el año pasado mientras en otros años en la Península de Yucatán se tenían inundaciones por la frecuencia de huracanes o de tormentas tropicales, en 2019 había registro de incendios en esas fechas.

Por su puesto que están cambiando las cosas y tenemos que adaptarnos a esa condición, pero lo principal es que tenemos que reducir el uso del fuego sin control. Tenemos que ya poner cartas en el asunto en evitarlo y en controlarlo. El cambio climático es un proceso que ha tenido décadas y no será fácil hacerle frente ni cambiar de la noche a la mañana esa condición, pero sí tenemos que contribuir día a día a que al menos por los incendios forestales no se siga contribuyendo a esta degradación.

–Ingeniero, tengo dos últimas preguntas. Sobre el comportamiento histórico de los incendios ustedes muestran un pico en 2011 con 12 mil 113 y ya nos dijo sobre el 2019, pero ¿qué esperan para este 2020?

–Más que el número de incendios esperamos cuáles son las condiciones climáticas que mucho regulan también que los incendios afecten en cierta cantidad y superficie. Nosotros trabajamos muy de la mano con la Conagua que tiene el Servicio Meteorológico Nacional que cuenta con información satelital para revisar los fenómenos meteorológicos que se pueden presentar y en función de ello nosotros tomamos medidas más asertivas sobre las decisiones de dónde canalizar los recursos o qué acciones tenemos que fortalecer y en dónde.

Nosotros siempre tenemos que ver un escenario crítico porque el benévolo nos da margen a no actuar. Nos preparamos con el personal, el equipamiento, las herramientas, las capacitaciones al interior de la Conafor y con los gobiernos de los estados. En este momento no sabemos lo que viene, pero en 2016 hacia adelante ha habido una baja en el promedio de la lluvia que se tenía en años anteriores, está habiendo un alza en las temperaturas en estos últimos años y en varias partes del país se han registrado temperaturas no registradas en 40 años.

Entonces tenemos que aprender a cómo acomodarnos y tomar las decisiones para enfrentar estas condiciones climáticas severas que se están dando y que seguramente no es algo que vaya a mejorar en los próximos cinco años que dure esta Administración, sino que tenemos que abonar con una visión más de largo plazo porque no habrá condiciones favorables; va a ser todavía más drástico. Tenemos que trabajar y prepararnos para esos escenarios.

Un incendio en Nuevo León en abril. Foto: Cuartoscuro.

–La última: ¿qué tanto les ha impactado el recorte presupuestal a la Conafor en la prevención y recuperación? Para este 2020 cuentan con 2 mil 986 millones de pesos, un 5.6 por ciento menos que el año pasado (3 mil 165 mdp), y 31 por ciento menos en comparación con 2018 (4 mil 391 mdp).

–El presupuesto que fue asignado a partir de esta Administración, si lo comparamos con otros años sí ha sido menor, lo que nos obliga a enfocar mejor los recursos y a coordinarnos mejor con los otros responsables en el tema. La Ley es muy específica en las atribuciones y responsabilidades, y si bien a la Conafor le toca coordinar el programa nacional también hay responsabilidades a nivel local. Creemos que por supuesto que con más presupuesto hacemos mucho más cosas, pero lo marcan en la Cámara de Diputados, nosotros hacemos cada año nuestra carta para decir cuáles serían los recursos idóneos para atender nuestro programa de manera más adecuada, pero ellos ponen los números.

Los recursos que nos han asignado de 2019 a 2020 han tenido una disminución baja, se han mantenido casi en el mismo, y esperemos que vaya al alza. No ha sido un impacto importante porque nos ha permitido desarrollar más la capacidad de coordinación con los socios en los estados y municipios, y afortunadamente a pesar del pronóstico que se tenía para este año, hemos tenido una reducción en la cantidad de incendios y en la superficie afectada en comparación con los últimos cuatro años críticos por el avance drástico de la climatología.

Creemos que no nos ha impactado gravemente y los recursos que hemos tenido nos han permitido tener un recurso para subsidio, les llamamos ‘Brigadas rurales’ que operarán seis meses considerando que trabajen en prevención, que se ha descuidado en muchos años, y obviamente el periodo crítico que puedan apoyar con más personas en el combate de los incendios. El recurso nos está permitiendo hacer hasta ahora esto y enfocarlo mejor, y sumando otros recursos que ponen los estados y municipios.

Dulce Olvera
Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.
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