Pareciera que ahora sí va en serio. Aún cuando para el país no parece muy importante, para los mexicanos que han tomado la decisión de cruzar el Río Bravo en busca de mejores oportunidades de vida podría resultar en un cambio de estatus de indocumentado a una persona legalizada. Este miércoles, el Comité Judicial del Senado sostendrá una audiencia sobre la reforma migratoria, con lo que iniciará el eventual debate y votación de la medida en la Cámara Alta.

Así es: el llamado “Grupo de los ocho” del Senado (cuatro republicanos y cuatro demócratas) prevé divulgar hoy los detalles del proyecto de ley de reforma migratoria y comenzar el debate mañana mismo. Incluso el Presidente Barack Obama ha manifestado que quiere tener una propuesta concreta en el primer semestre del 2013. Aún falta, pero comienzan a escucharse voces importantes en la industria de la tecnología, y hasta en los medios estadounidenses que podrían facilitar el debate a favor de los migrantes.

La agencia de noticias Associated Press (AP), por ejemplo, anunció de manera oficial que dejaría de utilizar la palabra ilegal en las notas que se referían a los migrantes indocumentados. La agencia informativa señaló que no usará más el término “inmigrante ilegal” para describir a una persona y agregó que sólo emplearán la palabra “ilegal” para describir la acción de migrar a un país ilegalmente. De acuerdo con su anuncio, esta medida tiene como propósito eliminar la práctica de etiquetar a las personas.

Vale aclarar que durante muchos años, diversas organizaciones defensoras de los inmigrantes han considerado ofensivo el término ilegal, por lo que la medida de la AP se ha tornado interesante. Y pensemos si no: si esta agencia llega a todos los países y sus noticias se reproducen en programas de radio, de televisión y de los periódicos, lo que aprenden las audiencias es a etiquetar a todos como ilegales… Ser indocumentados, cambia y ayuda en el sentido en el cual se comenzará a dar el debate.

Ahora bien, ¿por qué sigue siendo importante hablar de la reforma migratoria? Es importante porque tenemos familias divididas por cuestiones económicas, sociales, políticas y legales. Es importante porque muchos de los países de América Latina se sostienen con las remesas que los migrantes envían a sus países de origen. Tan sólo en el caso de México, las remesas, aunque han bajado considerablemente después de la crisis del 2008, son la segunda fuente de divisas en el país.

Tenemos tristes historias de los migrantes en los dos lados del Río Bravo. Los estudiantes o “dreamers”, quienes tendrían que truncar sus vidas y sus estudios en este país por tener que regresar a los países de origen, tenemos a los padres que no pueden moverse de Estados Unidos por miedo a regresar a sus naciones para visitar a sus familias porque no pueden volver al vecino del norte. Tenemos a trabajadores que ganan menos de lo establecido a nivel legal porque no pueden hacer ninguna denuncia a explotaciones o a injusticias.

Desde que el Presidente Barack Obama se lanzó a la primera campaña presidencial prometió la llamada reforma migratoria. Esta medida beneficiaría, sobre todo, a los latinos indocumentados que buscan un trabajo en este país. Podríamos justificar que por la crisis económica y otros temas su agenda fue distraída y de la reforma migratoria no hubo nada.

En su segunda campaña presidencial, los votantes, latinos sobre todo, le condicionaron el voto electoral al impulso de una reforma migratoria. Obama se reeligió y ahora está comprometido a cumplir. Hizo de todo en la campaña y los datos oficiales dicen que el grupo que realmente le dio el gane al actual mandatario fue la población latina a la que le dirigió hasta en español varios de sus mensajes.

El 10 de abril, la población hispana se hizo escuchar en Washington, D.C. exigiendo el cumplimiento de la reforma que conceda a 11 millones de inmigrantes sin residencia legal en Estados Unidos la opción de buscar la naturalización y se espera una nueva concentración para el 1 de mayo cuando estén en pleno debate los puntos de la potencial reforma.

Entre los 30 mil hispanos que fueron a la manifestación, hubo varios artistas y celebridades afuera del Capitolio como Olga Tañón, quien a pesar de ser puertorriqueña se integró por sentir empatía por las mujeres y los estudiantes que se han visto afectados por no haber condiciones justas para realizar el proceso de papeleo para lograr vivir legalmente en Estados Unidos.

Los sentires son encontrados. En el debate surgen ideas desde “este no es su país y no necesitan venir a hablar en otro idioma o traernos sus problemas”, hasta “esta nación está forjada en la migración y es bueno que llegue gente de diversas naciones para reforzar a Estados Unidos”. No de a gratis, la viuda de Steve Jobs (cofundador de Apple), Laurene Powell Jobs, ha pedido a Washington una reforma migratoria que regularice a millones de jóvenes estudiantes indocumentados en Estados Unidos, conocidos como “dreamers”, a través de la campaña “The Dream is Now”, que incluye un documental emitido en NBC.

Igualmente, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, aboga por la reforma del sistema migratorio de Estados Unidos. En un artículo firmado en el diario The Washington Post, Zuckerberg anunció la creación de una fundación para impulsar las leyes de inmigración que sean necesarias para responder a los intereses del sector tecnológico. “Tenemos un sistema de inmigración muy extraño para ser una nación de inmigrantes”, escribió Zuckerberg. “Y es una política inadecuada para el mundo actual”.

El empresario se sumó así a las voces de líderes de todos los sectores de la sociedad estadounidense, cada vez más a favor de una reforma que contemple desde la regularización de 11 millones de indocumentados hasta la creación de un sistema que logre atraer a los mayores talentos del mundo.

Seguro no lo hace por completa humanidad y buenas razones económicas y de calidad en la educación de migrantes indios o paquistaníes para sus proyectos se verían favorecidos. Pero la aguja se mueve a favor de una reforma, la cual no es exclusivamente para latinos, sino para todos los que han llegado a este país y con las nuevas leyes y disposiciones se han visto afectados.

De hecho, una encuesta publicada el 10 de abril por el Wall Street Journal y la cadena de Televisión NBC, dos de cada tres estadounidenses, el 64% de la población, apoyan la creación de un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados y respaldan un proceso más rápido que el que prevé el Congreso, de más de diez años. Alrededor del 54% de los entrevistados está de acuerdo con la afirmación de que la migración frotalece al país, mientras que un 36% considera que Estados Unidos se puede debilitar.

Seguramente hoy se presentará el proyecto de ley que ha sido negociado con gran hermetismo durante semanas y se dará inicio al debate público sobre las medidas para asegurar las fronteras estadounidenses. Permitir que decenas de miles de trabajadores extranjeros de alta y baja calificación ingresen al país con visas y ofrecer la ciudadanía a unos 11 millones de personas sin residencia legal no será fácil. De hecho, el Senado alcanzó ya un acuerdo migratorio en 2007 pero se cayó después de varias disputas y una reacción negativa de la ciudadanía.

Sin embargo, pareciera que hoy todo se comienza a mover. La promesa pareciera comenzar a encontrar un cauce para ser cumplida. Aún falta saber qué implica la reforma. Si se cuidarán más las fronteras, si se reforzarán leyes locales como la SB 1070 de Arizona o cuánto tiempo llevará cada proceso para documentar a los migrantes. Pero parece que ahora sí la reforma va.

Hilda García

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Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.

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