Lo verdaderamente grave del “escándalo” Nieto

16/12/2015 - 12:02 am
¿De verdad incurrió Santiago Nieto en una falta grave al no declarar que fue asesor del grupo parlamentario del PRD en el Senado?. Foto: Cuartoscuro.
¿De verdad incurrió Santiago Nieto en una falta grave al no declarar que fue asesor del grupo parlamentario del PRD en el Senado?. Foto: Cuartoscuro.

Tal y como se nos enseñó de niños, en política no hay que hacer cosas buenas que parezcan malas, ni malas que parezcan buenas. Es más, en un entorno donde la confianza es el bien más preciado y escaso, conviene ser lo más sincero posible. La mentira o el ocultamiento, aun cuando sea banales, pueden ser usados con fines de golpeo y descalificación.

Este parece ser el caso del titular de la Fepade, Santiago Nieto. Después de que la opinión pública celebró la orden de aprehensión contra Arturo Escobar por delitos electorales, el PVEM reviró señalando que el funcionario incurrió en conflicto de interés por haber trabajado antes de su nombramiento como asesor del PRD en el Senado. Como resultado la denuncia perdió fuerza y ahorita parece que dormirá el sueño de los justos.

¿De verdad incurrió Santiago Nieto en una falta grave al no declarar que fue asesor del grupo parlamentario del PRD en el Senado? Es algo dudoso. Todo profesional de temas electorales termina colaborando con más de un partido a lo largo de su carrera. De hecho en 2013 también trabajó para la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, durante la más reciente Reforma Electoral.

Además de lo anterior, en numerosas ocasiones aspiró a cargos que requerían de la ratificación de alguna de las cámaras federales. Años antes había sido magistrado presidente de la quinta circunscripción del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con sede en Toluca; cargo que corresponde al Senado ratificar. En 2013 fue apoyado por el PRI para ser consejero del Instituto Federal Electoral (IFE). Y en 2014 compitió para ser consejero electoral del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM).

Si tomamos en cuenta que para ser designado por los legisladores se requiere de una intensa labor de cabildeo con todos los partidos, es difícil imaginar que no conocieran a detalle su trayectoria como académico, funcionario del Poder Judicial de la Federación, magistrado electoral y experto en temas electorales. Es más, no pudo haber llegado siquiera a las ternas si despertaba alguna sospecha para alguna de las fracciones. Lo anterior es todavía más relevante si consideramos que en una institución con 128 tomadores de decisiones y un staff especializado en donde todos se conocen como el Senado es difícil que no se haya sabido que Nieto era asesor de los amarillos.

Con lo anterior dicho, es ingenuo suponer que a los senadores se les “ocultó” un detalle en el currículum. Más bien se debió haber tomado como un valor entendido: es un profesional que ha trabajado con todos y a final de cuentas cada cargo designado por el Congreso tiene alguna intención política, sea o no visible en el primer análisis.

Ahora bien, Santiago Nieto incurrió en una imprudencia en no haber dejado claros sus relaciones laborales con los partidos, en un entorno donde cada detalle que no se declara explícitamente puede y seguramente será usado en contra de la persona. En este caso un detalle curricular se usó para descalificarlo cuando se tocaron los intereses del PVEM y de pasada del PRI.

Y viene aquí lo más grave del asunto: si este detalle no fue relevante para los partidos y fue usado por unos como arma, ¿dónde están el PAN y el PRD para abrir el debate y proteger a Nieto? Sólo se ha visto defensas tibias al respecto, sino dejar claro qué es o qué no es un conflicto de interés para este contexto.

Este es el mensaje más grave de todo el escándalo: si un partido apoya a una persona para este tipo de cargos, no es de esperar que muevan un dedo para defenderlo si pisa los intereses de algún instituto político. Mejor ser discretos, no meterse en problemas y cobrar mientras dura el cargo, pareciera ser el mensaje que terminan comunicando los azules y los amarillos. No vaya a ser que estos funcionarios públicos desubicados también se lancen contra quienes los postularon… posoye…

Fernando Dworak
Licenciado en Ciencia política por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y maestro en Estudios legislativos en la Universidad de Hull, Reino Unido. Es coordinador y coautor de El legislador a examen. El debate sobre la reelección legislativa en México (FCE, 2003) y coautor con Xiuh Tenorio de Modernidad Vs. Retraso. Rezago de una Asamblea Legislativa en una ciudad de vanguardia (Polithink / 2 Tipos Móviles). Ha dictado cátedra en diversas instituciones académicas nacionales. Desde 2009 es coordinador académico del Diplomado en Planeación y Operación Legislativa del ITAM.
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