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Jorge Alberto Gudiño Hernández

18/08/2018 - 12:00 am

Volver a la escuela vacunados

El lunes volverá el tráfico excesivo y la tranquilidad a algunas casas tras el largo periodo vacacional. Ojalá todos podamos estar tranquilos de que nuestros hijos no suman un riesgo al ir a la escuela. Feliz ciclo escolar.

Existen niños que, por diversas alergias no pueden ser vacunados. Ellos se aprovechan de lo que se llama “inmunidad de rebaño”. Se basa en el hecho de que, en una población grande de niños vacunados, es muy poco probable que una enfermedad ataque, dado que no tiene forma de transmitirse. Foto: Cuartoscuro

Cada quien es libre de creer en lo que quiera siempre y cuando no afecte a los demás. Incluso en asuntos que van en contra de lo que la ciencia ha demostrado. Así, si siguen existiendo convencidos de que la Tierra es plana o de que apenas tiene seis mil años de existencia, el riesgo es sólo que contagien a más personas y se esparza un pensamiento poco científico. Si bien esto, a muy largo plazo, podría tener alguna consecuencia abstracta en el desarrollo de la humanidad, es muy poco probable, pues siempre ha habido personas reacias al conocimiento.

Lo contrario sucede cuando un argumento falso convence a miles de personas para que realicen o suspendan una práctica que beneficia a todos. El movimiento antivacunas es un buen ejemplo de ello. En 1998, Andrew Wakefield, un médico inglés, publicó un estudio en el que correlacionaba el autismo con la aplicación de la vacuna triple viral. Su causa encontró voceros famosos. Pese a que años más tarde la propia revista donde publicó su estudio lo sacó de sus archivos y de toda la evidencia existente en torno a que lo manipuló para conseguir beneficios económicos, el daño ya estaba hecho. Poco importó que decenas de científicos alrededor del mundo demostraran que era falso. La simple exposición mediática en un primer momento bastó para convencer a miles de padres de no vacunar a sus hijos. En varios países donde el sarampión estaba erradicado volvió a haber brotes, con la mortandad consecuente.

Me cuentan algunos amigos que, a diferencia de los años anteriores, ahora les pidieron en la escuela a donde van sus hijos su cartilla de vacunación o un certificado médico que haga constar cuáles vacunas tienen los niños. Lo celebro, pese a que hay padres que se sienten vulnerados en su libertad para vacunar o no a sus hijos. El argumento, más allá del asunto de la correlación con el autismo, es que, si están equivocados, los únicos afectados serían sus propios pequeños y ellos se harían responsables de eso. No sólo suena a una crueldad mayúscula someter a los hijos al yugo de una creencia que ha sido refutada sino que, además, su argumento es falso.

Existen niños que, por diversas alergias no pueden ser vacunados. Ellos se aprovechan de lo que se llama “inmunidad de rebaño”. Se basa en el hecho de que, en una población grande de niños vacunados, es muy poco probable que una enfermedad ataque, dado que no tiene forma de transmitirse. Entonces, entre menos niños estén vacunados, la probabilidad de que la enfermedad se esparza es mayor, vulnerando a quienes, por razones médicas, no pueden vacunarse y haciendo transitar el peligro en las aulas, los parques, los sitios donde se reúnen los niños.

La mayoría de las escuelas de educación básica iniciarán sus clases en un par de días. Es deseable que, cada vez más, pongan restricciones en torno a la vacunación obligatoria; otros países ya lo han hecho. No
sólo es un problema para los niños no vacunados sino para la comunidad entera y, a la larga, para la salud pública. Existen creencias que deberían ser erradicadas. Este movimiento es un buen ejemplo de ello. A la hora de pensar en los avances científicos de la humanidad, probablemente no exista ninguno que haya salvado a más vidas que las vacunas y eso va más allá de cualquier creencia.

El lunes volverá el tráfico excesivo y la tranquilidad a algunas casas tras el largo periodo vacacional. Ojalá todos podamos estar tranquilos de que nuestros hijos no suman un riesgo al ir a la escuela. Feliz ciclo escolar.

Jorge Alberto Gudiño Hernández
Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.

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