La silla de Navarrete pierde otra pata y la pregunta ronda: ¿pero quién se queda?

18/11/2014 - 12:05 am
Carlos Navarrete leyó ayer una declaración del consejo del PRD. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Carlos Navarrete, líder nacional del PRD. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 18 de noviembre (SinEmbargo).– El presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Carlos Navarrete Ruiz, reconoció ayer “prácticas inaceptables” en el partido, tras una serie de reclamos y denuncias de otros militantes perredistas. El último en el turno es el líder moral, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Pidió su renuncia.

La petición de Cárdenas, realizada la noche del domingo, fue un duro golpe para el dirigente perredista. Fue, dicen algunos, como perder una pata en la silla que se sienta. Otra pata, si se considera que la oposición de Alejandro Encinas, Miguel Barbosa, René Bejarano, Marcelo Ebrard y otros lo ha dejado de por sí mal sentado.

Ayer mismo, sin embargo, el ex secretario general Alejandro Sánchez Camacho, que no simpatiza con Navarrete, hizo analizar otro punto: a quién dejar al frente si el dirigente es obligado a renunciar. “El tema esencial es la decisión política. ¿A quién ponemos? ¿Quién quisiera estar al frente del partido y quién tiene la autoridad moral y política suficiente para dar un mensaje no sólo a la militancia, no sólo a la izquierda militar sino a la ciudadanía en general que va un PRD distinto, que va una propuesta verdadera”.

Esto tras la explicación de Navarrete a las criticas por parte de mismos perredistas, quienes exigen una disolución del partido para recuperar su credibilidad y volver a ser una verdadera fuerza opositora, después de la firma del Pacto por México, acusaciones de corrupción y el caso Iguala.

También aludió a la crisis que vive ese partido desde hace tiempo y sobre todo en los últimos años, cuando más se ha acercado al gobierno de Enrique Peña Nieto.

El PRD está, desde hace años, en manos de la corriente autodenominada Nueva Izquierda, mejor conocida como “Los Chuchos”, encabezada por Jesús Zambrano y Jesús Ortega. Es una corriente que tiene una relación conveniente con el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, un hombre sin partido que ha cedido control a Héctor Serrano, su Secretario de Gobierno, a quien suele considerarse “el de la voz de mando“.

Las acusaciones contra los líderes del PRD no son menores. No es sólo un tema de corrupción moral, sino de manejo de recursos “indebidos”.

El domingo pasado, Cárdenas dijo que el PRD está en riesgo de disolverse y de convertirse en una franquicia que responde al poder. En entrevista con SinEmbargo, el Senador Alejandro Encinas Rodríguez afirmó que los militantes deben llamar a la disolución de todos los órganos de dirección para recuperar el rumbo, de lo contrario, se le dará el “tiró de gracia” a una fuerza que ya perdió su perfil opositor.

El viernes, Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente nacional del movimiento El Barzón y uno de los fundadores de la fuerza, política presentó su renuncia. Argumentó que el PRD “perdió la capacidad de indignarse, de ser contrapeso al abuso de poder y, peor aún, sometió sus órganos de dirección al poder de grandes flujos de dinero sospechoso que jamás fiscalizó y que permitieron la entrada de ‘aventureros’ con cada vez mayor poder”.

Esta acusación ha persistido desde que tomó el poder el Presidente Enrique Peña Nieto. Perredistas, ex perredistas, analistas políticos, entre otros, lo han señalado, principalmente por la firma del Pacto por México.

Esa alianza con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y con el Partido Acción Nacional (PAN) significó “la manzana de la discordia” entre los perredistas de distintas “tribus” del partido y generó una severa discusión sobre la pertinencia de continuar en un pacto que legitimó las reformas estructurales de la administración priista.

El ex presidente del Sol Azteca afirmó poco después de se disolviera el acuerdo que con el Pacto, el PRD dibujó una manera distinta de ser y hacer oposición de la izquierda y aseguró que la fuerza política llevó reformas útiles para los mexicanos.

LA LEGITIMIDAD DE NAVARRETE

“Los dirigentes actuales, nacionales y locales, fueron elegidos por más de 2 millones y nadie reclamó”, dijo Navarrete. Foto: Cuartoscuro
“Los dirigentes actuales, nacionales y locales, fueron elegidos por más de 2 millones y nadie reclamó”, dijo Navarrete. Foto: Cuartoscuro

Carlos Navarrete respondió ayer Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. El líder perredista defendió la legitimidad de su mandato: “Los dirigentes actuales, nacionales y locales, fueron elegidos por más de 2 millones y nadie reclamó”, dijo Navarrete. “Es necesario reunirnos con usted [ingeniero Cárdenas] para evaluar juntos su propuesta [de renuncia] el próximo 29 de noviembre”.

Navarrete también reconoció los errores llevados a cabo: “Como partido, vivimos un momento difícil. Decisiones equivocadas, omisiones evidentes, tolerancia con prácticas inaceptables nos han llevado a debilitar nuestra presencia y autoridad ante la sociedad. Todos somos responsables de que esto haya ocurrido y esta situación se da en un marco de crisis nacional”.

“El país atraviesa por una grave situación. El Estado mexicano muestra debilidades evidentes y el gobierno de la República está en el centro de señalamientos severos por el desbordamiento de la violencia que no ha podido frenar y la impunidad que no ha querido perseguir”, expresó, “esta violencia, en el caso de Guerrero, ha llegado a extremos demenciales sin que las explicaciones del gobierno satisfagan a amplios sectores de la sociedad”.

El Gobernador de Morelos, el perredista Graco Ramírez, afirmó que la legitimidad de Carlos Navarrete está probada. Contradijo así las palabras de Cuauhtémoc Cárdenas, líder moral del partido, que pidió su renuncia.

“Esa postura no sirve para resolver el problema”, manifestó Graco Ramírez. “Confundir la situación de lo que ocurre en Iguala y en algunas ciudades donde el crimen organizado ha penetrado, con la legitimidad del partido, me parece un exceso, con todo respeto”, manifestó.

Ramírez aseguró que la infiltración del crimen organizado en la política no es exclusiva de los gobiernos del PRD, sino de todos los partidos, lamentablemente. También expresó que se debe enfrentar la crisis y no buscar responsabilidad en Carlos Navarrete, “porque es el camino más fácil”.

Miguel Barbosa, presidente de la Mesa Directiva del Senado, opinó sobre las declaraciones de Cárdenas. En entrevista con Adela Micha para Grupo Imagen, aseguró que todo tiene que ver con el caso Iguala ya que ”los hechos se dieron en territorio perredista”.

“Debemos sentarnos todos los perredistas y aceptar que hay una crisis”, puntualizó el Senador. ”Lo que ha dicho Cárdenas debe ser un punto de inflexión para enfrentar la problemática del PRD”.

Por su parte, Alejandro Sánchez Camacho, Diputado Federal del Sol Azteca, también admitió que hay una “crisis avasalladora” en su fuerza política y llamó a la dirección nacional que reflexione de manera integral su permanencia o no como líderes del PRD.

El ex Secretario General dijo en conferencia de prensa que uno de los costos que está pagando el partido en el que milita es la pérdida de confianza de la población. El siguiente lo verán hasta el próximo año, en las elecciones el primer domingo de junio.

Respecto a la petición que hizo el ingeniero Cárdenas sobre la renuncia de Carlos Navarrete, Sánchez opinó que es lo mejor y si se va, “daría un mensaje que los simpatizantes, nuestros militantes y la ciudadanía esperan”.

Sánchez Camacho también dijo que la renuncia de Navarrete no es la solución a la crisis de ingobernabilidad que tiene el país. “Esto será una señal como partido, pero no es la solución de una crisis de fondo de ingobernabilidad que hay en el país”.

“Hay responsabilidades federales, desde Enrique Peña Nieto hasta el Secretario de Gobernación y Jesús Murillo Karam. Esa frase desafortunada ’ya me cansé’ era la oportunidad para que Enrique  Peña Nieto le hubiera pedido la renuncia porque si ya se cansó pues que se vaya a descansar y que deje de estar al frente de la Procuraduría General de la República”.

Sánchez Camacho también dijo que la vinculación del ex Alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, con la corriente de Nueva Izquierda, provocó un impacto negativo, por lo que el PRD debe blindar a sus candidatos para el próximo proceso electoral 2015.

“Se necesita un esquema de vigilancia y evaluación de nuestros representares populares, ya sean de gobierno o de cargos de diputaciones o de representaciones populares, incluidas las senadurías”.

DIVISIÓN EN EL PRD POR IGUALA

La división del PRD se hizo más fuerte con el caso del ex Alcalde de Iguala, Guerrero, José Luis Abarca Velázquez, quien fue acusado de ser el autor intelectual del asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Abarca fue propuesto por la corriente Nueva Izquierda o “Los Chuchos”, a la cual pertenecía el ex presidente nacional Jesús Zambrano Grijalva y el ahora dirigente, Carlos Navarrete Ruiz.

Durante el Congreso Nacional del partido que se realizó en octubre y donde Carlos Navarrete fue electo, René Bejarano Martínez, líder de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN) reveló que desde 2013 denunció al partido los nexos de Abarca con el crimen organizado y que una corriente al interior del PRD lo protegió.

Bejarano acusó que algunos diputados del PRD se negaron a darle curso al juicio de procedencia en contra del Alcalde y acusó a una de las corrientes de protegerlo. Aunque no dijo el nombre de la “tribu”, José Luis Abarca era “Chucho”.

Más tarde, el 7 de octubre, el perredista dijo a SinEmbargo que la corriente que lidera Jesús Ortega Martínez, Nueva Izquierda(NI) , fue omisa sobre los nexos del Alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, quien pertenecía a la “tribu” en ese momento.

“Hubo omisión, no se nos creyó, no se hizo caso, se dudó. A lo mejor se pensó que se trataba de un ataque político o algo así. No se midieron las consecuencias, y tuvo un costo en vidas que no puede dejar de lamentarse”, contestó.

Bejarano aseguró que él personalmente se reunió con el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y le pidió que la Procuraduría General de la República (PGR) tomara el caso del asesinato de Hernández Cardona e investigara al Presidente Municipal.

Después de las acusaciones, los perredistas comenzaron una época de dimes y diretes en la que todos se echaban la bolita por su responsabilidad en lo ocurrido en Iguala.

Navarrete incluso le dio espaldarazo al ex Gobernador Ángel Aguirre Rivero, quien finalmente pidió licencia a su cargo.

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