A 20 años del condón femenino, un método de protección que se niega a desaparecer a pesar de los obstáculos

18/12/2013 - 1:00 am

Ciudad de México, 18 de diciembre (SinEmbargo).- Hasta ahora el condón femenino se conoce mejor como el gran olvidado de los métodos anticonceptivos, siendo opacado en mayor medida por su variante masculina. Sin embargo, a pesar de su relativamente corta popularidad, este método de protección con más de dos décadas de existencia, se mantiene firme como una alternativas eficaz para prevenir embarazos y enfermedades de transmisión sexual.

No obstante su llegada al mundo no ha sido la más afortunada de todas. Entonces, quienes estuvieron involucrados en el proyecto subestimaron cómo el público vería y sentiría ese dispositivo poco familiar. Y en efecto, el profiláctico –cuyo nombre formal fue CF1– no tardó en ser objeto de bromas y apodos, siendo comparado incluso con bolsa de plástico o un globo aerostático desinflado.

Sin embargo, había algo de cierto en los comentarios hechos alrededor del CF1 y el gran culpable era su diseño. Hecho de poliuretano, los primeros condones vaginales realizados por la empresa Chartex eran ruidosos durante el sexo, lo que representaba un inconveniente para muchas personas y proporcionó una gran cantidad de historias al respecto.

Sin embargo, la empresa que tomó el relevo, Female Health Company, optó en sus primeros años por desarrollar un programa de educación. Fue así como en 1995, el profiláctico captó la atención de diversos grupos de mujeres africanas que pedían el producto, publicó BBC Mundo.

De acuerdo con Mary Ann Leeper, una de las creadoras de este dispositivo, ese año recibió una llamada telefónica de una mujer llamada Daisy, responsable del programa de VIH y sida de Zimbabue que decía tener una petición firmada por 30 mil mujeres que exigían el condón femenino. Ese fue el inicio de una serie de sociedades que llevó el preservativo vaginal a mujeres de muchas parte del mundo en desarrollo.

En la actualidad, el sucesor de aquel primer condón, el CF2 -hecho de un látex sintético- es mucho más exitoso de lo que muchas personas imaginarían. De esta manera, se encuentra disponible en 138 países, y desde 2007 las ventas se han duplicado, dándole así a Female Helth Company ganancias por ocho años.

Por otra parte, una encuesta realizada en 2011 determinó que el 86 por ciento de las mujeres estaban interesadas en volver a utilizar el método, mientras que el 95 por ciento se lo recomendaría a una amiga.

Foto: Wikimedia Commons
Foto: Wikimedia Commons

No obstante, tras dos décadas de existencia, el condón femenino no tiene el éxito que la opción masculina. Todavía representa sólo el 0.19 por ciento del consumo mundial de preservativos, y los costos son 10 veces más altos, lo que continúa siendo un gran obstáculo para su popularidad de manera comercial y suelen verse en mayor medida en países subdesarrollados, mientras que en aquellas naciones con economías emergentes expertos estiman que aún que superar un problema de imagen de 20 años.

“Creo que el problema está en que cuando abres el paquete ya está estirado, no es como los condones de hombres que vienen en estos paquetes pequeños listos para desenrollar”, dice Mags Beksinska, de la Universidad de Witwatersrand de Sudáfrica. “De hecho, tienen el mismo largo que los preservativos de hombres. Si los comparas, no son tan diferentes”, agrega .

El condón femenino en la actualidad consta de una funda de nitrilo, lubricada pero sin espermicida, de alrededor de 17 centímetros de profundidad, una boca flexible de siete centímetros aproximadamente y dos aros que facilitan su introducción en la vagina, así como su extracción segura, y evitan su desplazamiento. Este cubre incluso los labios mayores de la mujer, lo cual ayuda a prevenir las enfermedades de transmisión sexual como el virus del papiloma humano (VPH) o el herpes simple. Aunque sus principales detractores utilizan como argumento el tamaño de este, por lo que suele ser común la queja entre los usuarios de que resulta algo más antiestético que el profiláctico masculino.

Sin embargo, presenta ciertas ventajas sobre los preservativos masculinos. Una de estas es que puede introducir horas antes del sexo, lo que significa que no hay distracciones en el momento crucial y no necesita ser retirado inmediatamente después.

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