La Navidad se celebra en Cuba con discreta expresión

18/12/2014 - 2:45 pm

La Habana, 18 Dic (Notimex).- Pese al restablecimiento del feriado de Navidad hace 17 años, esta festividad de origen católico sigue teniendo en Cuba una discreta expresión y es superada por las tradicionales comilonas de Nochebuena y Fin de Año.

La celebración individual de la Navidad, más o menos en forma abierta, se reanudó a raíz de la visita del Papa Juan Pablo II a la isla en enero de 1998, cuando el gobierno declaró Día Feriado el 25 de diciembre.

Como todos los años, los festejos decembrinos en Cuba están concebidos para esperar el Año Nuevo que coincide con el triunfo de la revolución el 1 de enero de 1959 y los medios locales omiten menciones a las fiestas navideñas.

En 1969, en vísperas de la fallida zafra de los 10 millones de toneladas de azúcar, el gobierno suprimió el feriado navideño bajo argumentos de que eran meses de duro trabajo agrícola y tildó a la festividad de ajena a la realidad de esta isla del Caribe.

Sin embargo, los creyentes mantuvieron esa tradición decembrina en forma marginal y discreta. “Nosotros hemos celebrado siempre la Navidad”, ha dicho el cardenal Jaime Ortega, Arzobispo de La Habana.

La prensa cubana prioriza en sus notas los festejos de fin de año, que incluyen bailables y actividades culturales, y los cuales liga con el triunfo de la Revolución cubana el 1 de enero de 1959 que marcó el ascenso de Fidel Castro al poder.

El gobierno accedió a declarar feriado en Navidad atendiendo a una petición de la Iglesia Católica como una muestra de buena voluntad hacia el Papa Juan Pablo II, quien visitó la isla en enero de 1998 y pidió que el mundo se abriera a Cuba y Cuba se abriera al mundo.

Los fieles acuden a los templos sin la misma inhibición que en el pasado, y en especial a la Catedral de La Habana, donde se instala un nacimiento con un pesebre y una figura del niño Jesús, para escuchar la “Misa de Gallo”, la medianoche del 24 al 25 de diciembre.

Desde el restablecimiento del feriado, árboles de Navidad comenzaron a ser colocados en hoteles, casas, locales comerciales y oficinas de firmas extranjeras y públicas.

El 24 la mayoría de los ciudadanos celebra la Nochebuena, cuya cena típica debe incluir arroz, frijoles negros, yuca con salsa agridulce que llaman mojo, ensalada de lechuga y jitomates, el infaltable cerdo asado, dulces, además de cerveza, vinos o sidra.

La reunión familiar en torno a la mesa motiva la nostalgia por los ausentes, que en este caso no son solo los fallecidos o los que están en otras provincias sino los que abandonaron la isla y hoy residen como exiliados en Estados Unidos y otras naciones.

Pese a que no faltan actividades festivas y culturales, entre ellas el tradicional Festival de Cine de La Habana, las noches decembrinas mantienen un ambiente austero, alejado de la algarabía.

No obstante, se conserva la costumbre de intercambiar regalos entre parientes y amigos, así como espontáneas reuniones familiares y sociales.

Las calles de La Habana y las principales ciudades del país carecen de la iluminación multicolor con alegorías de esta festividad católica que caracteriza a otros países de América Latina y del mundo occidental cristiano.

Las compras navideñas encuentran mayores clientes entre quienes reciben remesas en dólares de familiares en el exterior, propinas por trabajar en el turismo, regalos de firmas foráneas donde laboran, o mayores ingresos por trabajar en el sector privado.

Pero los trabajadores estatales, con salarios promedio de 466 pesos cubanos (equivalentes a unos 20 dólares) son prudentes al acudir de compras a las aquí denominadas “shoppings”, debido a los altos precios, desde las bolas de Navidad hasta los turrones importados.

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