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“La memoria es insumo del narrador”: Gustavo Rodríguez, ganador del Premio Alfaguara

20/01/2023 - 12:00 am

Gustavo Rodríguez, ganador del XXVI Premio Alfaguara por Cien cuyes, compartió en una plática con medios cómo esta novela  “es hija de su siglo” y ahondó que responde a la ola de conservadurismo “que está llegando a inundarnos paulatinamente desde hace un tiempo”.

Ciudad de México, 20 de enero (SinEmbargo).– “La memoria es el principal insumo de todo narrador”, planteó Gustavo Rodríguez, ganador del XXVI Premio Alfaguara por Cien cuyes, una novela en la que “se dan la mano la soledad y el encuentro, las diferencias de clase y la capacidad de empatizar por encima de ellas, la incertidumbre ante el futuro y la tercera edad, el final de la familia y la dependencia. Y por encima de todo ello planea la necesidad humana tan esencial de encontrarle un sentido a la vida”.

En una plática con medios de España y Latinoamérica, Gustavo Rodríguez reconoció que su novela trabaja mucho con la memoria, la materia prima de todo escritor, de la cual, dijo, se extraen estímulos y temas. “Si se hace un rastreo de todas mis novelas, mis personajes recuerdan siempre y reflexionan sobre lo que recuerdan y si no lo hacen ellos es el narrador el que reflexiona sobre lo que recuerdan sus personajes”.

“La memoria es el hidrógeno en la atmósfera literaria”, puntualizó.

El jurado, presidido por la escritora argentina Claudia Piñeiro y compuesto por el periodista y escritor español Javier Rodríguez Marcos, la editora y traductora argentina Carolina Orloff, el librero de Letras Corsarias, en Salamanca, Rafael Arias García, el escritor español Juan Tallón, y la directora editorial de Alfaguara, Pilar Reyes (con voz pero sin voto), destacaron ayer que Cien cuyes “es una novela tragicómica, situada en la Lima de hoy, que refleja uno de los grandes conflictos de nuestro tiempo: somos sociedades cada vez más longevas y cada vez más hostiles con la gente mayor”.

Esta paradoja, señalaron, Gustavo Rodríguez la aborda con destreza y humor, en un libro “conmovedor cuyos protagonistas cuidan, son cuidados y defienden la dignidad hasta sus últimas consecuencias”. En ese sentido, el autor reconoció que el uso del humor negro lo ayudó “a contrarrestar la cursilería” detrás de la senectud.

No obstante, reconoció que precisamente una de las cosas que le han preocupado a lo largo de los años cuando alguien ha alabado sus novelas es cuando le confiesan la diversión que les despierta el tratamiento que les da aún tratándose de temas violentas.

“Yo no sé en qué momento se dictaminó que la cultura tiene que ser aburrida, pero eso me hacía entrar en conflicto porque cuando alguien me dice ‘me he divertido mucho con tu novela’ a pesar de que el tema a tratar el violentísimo […] me queda como un sinsabor”, compartió.

Sin embargo, aclaró que ese estilo es parte de lo que él es: “los tipos tímidos como yo que no son ni muy atléticos ni muy guapos tienen que usar distintas estrategias para sobrevivir y en mi caso el humor fue una salida para ello y creo que cuando me vuelco en mi literatura pues esa faceta me sale muy naturalmente”.

Eso sí, admitió que ha trabajado en ese estilo para perfeccionarlo: “Lo que he tenido que pulir a lo largo de mi vida es es diferenciar la humorada del humor”.

En relación a si su novela es producto de este tiempo postpandemia, Gustavo Rodríguez señaló que “es hija de su siglo”. Ahondó que responde a la ola de conservadurismo “que está llegando a inundarnos paulatinamente desde hace un tiempo”.

“Lo vemos con las condiciones políticas extremas que incluso meten a la religión dentro de nuestros hogares, dentro de nuestras sábanas y qué nos dicen cómo deberíamos vivir, cómo deberíamos tener sexo, a quién amar y cómo deberíamos morir”, aclaró.

También reveló que es un texto, como otras de sus novelas, en donde está presente la música, aunque en Cien Cuyes es de una manera particular porque la escribió al ritmo del jazz.

“El ritmo de esta novela tiene que ver con el jazz que me puse a escuchar mientras la iba escribiendo porque eso sí hice esta vez a diferencia de mis otras novelas, es la primera vez que escribo una novela con audífonos y música en las orejas”, expresó.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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