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Francisco Ortiz Pinchetti

22/03/2024 - 12:04 am

Xóchitl, la obsesión

“Me parece francamente que AMLO, la candidata de Morena y su partido y su constelación de operadores oficiales y oficiosos hacen bien en preocuparse y no confiarse”.

“También intrigan un tanto las ausencias frecuentes de Claudia en eventos importantes a los que han sido invitados los tres candidatos”. Foto: Omar Martínez Noyola, Cuartoscuro.

Ni la encuesta reciente de preferencias electorales publicada por el diario Reforma tranquiliza a los partidarios de la autollamada 4T, incluido en primer lugar al Presidente de la República. Xóchitl Gálvez sigue siendo para ellos, día tras día, una verdadera obsesión.

Hay quien asegura que la preocupación no se les quita porque saben que las mediciones de opinión pública no necesariamente reflejan la realidad. Otros, como el periodista Carlos Loret de Mola, lo atribuyen a que Andrés Manuel encargó su propia encuesta, la que no resultó nada tranquilizante, pues arrojó una diferencia de apenas 13 puntos porcentuales entre la candidata del oficialismo y la aguerrida abanderada de la oposición.

Hay además otras encuestas que difieren por completo del resultado difundido por el diario de la familia Junco de la Vega, (y que esas si son automáticamente descalificadas por el oficialismo), como las de México Elige y Massive Caller, cuyos sondeos telefónicos coinciden en una diferencia de apenas siete puntos entre las dos principales contendientes.  O la de El Financiero de hace ya tres semanas que pone a una y otra, Claudia siempre arriba, a 17 puntos de distancia.

Y me imagino que es también muy inquietante el panorama que presenta la elección en Ciudad de México, donde cada vez parece más inevitable un triunfo opositor en la lucha por la jefatura de Gobierno, sobre todo después del debate del pasado domingo entre Clara Burgara Molina (Morena-PVEM-PT), Santiago Taboada Cortina (PAN-PRI-PRD) y Salomón Chertorivski Woldenberg (Movimiento Ciudadano). Sabemos que la capital, que ha sido gobernada durante 27 años por la llamada izquierda, es electoralmente vital, con sus más de ocho millones de electores y la repercusión nacional que tiene todo lo que en la antigua Tenochtitlan ocurra.

Quizá recuerdan algunos que en el año 2000 el entonces panista Vicente Fox Quesada estaba 20 puntos atrás del priista Francisco Labastida Ochoa a estas alturas de la campaña, según encuesta del propio Reforma. Me tocó por cierto ser testigo de aquella contienda, como reportero del semanario Proceso, al cubrir permanentemente la campaña y constatar los avances del grandote guanajuatense en las encuestas semana a semana, hasta revertir su desventaja y ganar por casi siete puntos arriba al “mandilón” sinaloense, su competidor más cercano. Me consta, pues.

Hay que tener presente que en esa espectacular carrera fue clave el resultado del primer debate entre los candidatos, efectuado el 27 de abril de ese año, evidentemente ganado por Fox Quesada. Eso también lo deben recordar los estrategas de doña Claudia… y el propio Mandatario.

El primer debate entre los candidatos Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez Ruiz y el emecista Jorge Álvarez Máynez tendrá lugar el próximo 7 de abril, dentro de un poco más de dos semanas.  Va a estar bueno: habrá que seguirlo sin perder detalle. Y luego, observar sus repercusiones.

Cualquier ciudadano común pensaría que con 24 puntos de ventaja, como revela la controvertida medición de Reforma (periódico del cual nadie sospecharía alguna inclinación a favor de la autollamada 4T) la pelea está definida a favor de la ex jefa de Gobierno capitalina. Y sin embargo, Sheinbaum Pardo sigue acusando recibo puntualmente de las críticas, los chascarrillos y las cotidianas propuestas de Xóchitl Gálvez… y respondiendo a ellas como si estuvieran empatadas.

El dato del porcentaje de rechazo en esa encuesta ha sido considerado por algunos especialistas como crucial: 47 de cada 100 ciudadanos abordados por los encuestadores del diario se negaron a responder el cuestionario. Sería un error sin embargo considerar eso como un factor determinante del sorprendente resultado; pero es sin duda un dato a considerar ¿A qué se debe? ¿Qué esconde?

Me parece francamente que AMLO, la candidata de Morena y su partido y su constelación de operadores oficiales y oficiosos hacen bien en preocuparse y no confiarse de los vaticinios que indican los sondeos de opinión. Hay casos más o menos recientes de estrepitosos fracasos de las encuestas, como en el caso de Hilary Clinton que en 2016 llegó con ventaja apretada en la mayoría de las encuestas (algunas de ellas sumamente prestigiadas) y sin embargo perdió la Presidencia frente a Donald Trump.

Se ha dicho y repetido que las encuestas son solo una “fotografía” que capta un momento determinado de la contienda, Es cierto. También lo es que lo importante en todo caso no son los porcentajes en sí, sino la tendencia que indican a través de mediciones sucesivas. En el caso que comentamos aquí, Xóchitl acusa un crecimiento de cinco puntos en las preferencias con respecto a la encuesta anterior del propio Reforma.  Lo mismo ocurre en otras mediciones serias. Eso sí puede –y debe— ser otro motivo válido de preocupación para el oficialismo.

Con todo, lo que más me llama la atención es el encono con que a pesar de tan halagüeño panorama se hacen referencias a la ex gelatinera hidalguense, cuyos actos de campaña parecen ser cada vez más concurridos y exitosos y. prácticamente todos los días gana la nota. Eso también debe asustarlos. Tiro por viaje acusan sus presuntas relaciones perniciosas con  grupos conservadores y tratan de descalificarla. A pesar de la prohibición de las autoridades electorales al Presidente de mencionar a la candidata opositora en sus conferencias de prensa, las alusiones más o menos directas a “la señora” desde Palacio Nacional ocurren cotidianamente.

No la sueltan.

También intrigan un tanto las ausencias frecuentes de Claudia en eventos importantes a los que han sido invitados los tres candidatos, como la reunión de los consejeros de Banamex o el foro organizado por la Coparmex.  Entiendo por supuesto que quien va adelante en prácticamente todas las encuestas opte por no exponerse a cualquier contingencia; pero me parece que en este caso sus inasistencias han sido interpretadas –y explotadas por su oponente– como una expresión de temor, de miedo a la confrontación. Y eso, me parece, le pega.

Como quiera, estamos ya a solo 10 semanas del desenlace que tendrá lugar en las urnas el 2 de junio y que estará al cuidado de un INE ampliamente confiable a pesar de las descalificaciones y acciones para debilitarlo por parte del Presidente… y del descarado apoyo logístico, propagandístico y económico de las diferentes instancias de gobierno a la candidata de Morena, hasta ahora no sancionado por la autoridad electoral, como debiera.

El clima de violencia que ha incluido el asesinato de más de una docena de aspirantes a puestos de elección en diversas partes del país, hace temer la imposibilidad de celebración de comicios libres en amplias regiones y la injerencia de grupos criminales en la contienda, lo que por cierto debiera ser mayor motivo de preocupación para los gobernantes de diversos partidos, que optan por soslayarlo.

En medio de todo eso está la amenaza que Xóchitl representa para Andrés Manuel, Claudia y sus incondicionales, que no es poca cosa: perder el poder y tener que enfrentar las consecuencias, incluida la cárcel. Su obsesión es más que explicable. El camino es corto ya, pero en su trayecto pueden ocurrir muchas –muchas— cosas. Válgame.

 

DE LA LIBRE-TA

AMIGOS. Vaya manera de manifestar del magnate Salinas Pliego y el presidente López Obrador. A cada vez que el primero hace una crítica al gobierno y acusa la corrupción en el entorno presidencial –que debe conocer muy bien–, aumenta el monto del adeudo fiscal del dueño de TV Azteca (favorecido como nadie en el actual gobierno “de izquierda”) que supera ya los 60 mil millones de pesos. Y ambos, eso sí, se reiteran su amistad cada vez que tienen oportunidad. Qué lindo.

@fopinchetti

Francisco Ortiz Pinchetti
Fue reportero de Excélsior. Fundador del semanario Proceso, donde fue reportero, editor de asuntos especiales y codirector. Es director del periódico Libre en el Sur y del sitio www.libreenelsur.mx. Autor de De pueblo en pueblo (Océano, 2000) y coautor de El Fenómeno Fox (Planeta, 2001).

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