Camino al Oscar | “La habitación” y la búsqueda de la libertad

23/01/2016 - 12:06 am

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Una película perturbadora que pone a prueba el tan mentado instinto maternal y nos deja una reflexión abierta en varias direcciones, donde la soledad, la tristeza, el amor más allá de la violencia y los abusos sexuales, constituyen una materia subyugante y ejemplificadora.

Imagen: Especial/IMDB
Imagen: Especial/IMDB

Ciudad de México, 23 de enero (SinEmbargo).- Si filmar en espacios cerrados responde a una voluntad de claustrofobia, en La habitación la falta de ventanas y la claraboya que se cierne como una amenaza de una libertad sospechosa, sirven para nominar lo innombrable, dibujar la ignominia, presagiar el caos.

La quinta película del irlandés Lenny Abrahamson se ha colado entre las ocho candidatas al Oscar y buscará la estatuilla dorada en la próxima ceremonia a celebrarse en Los Ángeles el 28 de febrero.

Triunfadora en la pasada edición del Festival de Toronto, la obra perturbadora y subyugante del cineasta nacido en 1966 en Dublín, trata varios temas al mismo tiempo, con un estilo desgarrador y rotundo, como si un estilete rasgara la pantalla y nos interpelara en pleno rostro, sin compasión.

Los secuestrados que han tenido la fortuna de haber obtenido la libertad narran –cuando pueden- la experiencia refiriéndose a ella como horrorosa y definitiva.

En el caso de Room, la libertad es un fantasma que ni siquiera saben si quieren las víctimas de un depredador que mantiene encerrada a una muchacha y al niño que ha tenido por la fuerza con ella durante siete años.

El secuestro es la clave. La libertad, una condena para dos seres que han aprendido a ser lo único el uno para el otro. El abuso sexual, el instinto de maternidad en lucha permanente, explotan con ferocidad inusitada cuando el mundo exterior impone su reinado.

EL MONSTRUO DE AMSTETTEN

Por supuesto que la película recuerda al monstruo de Amstetten, Josef Fritzl, el hombre que secuestró y violó a su hija durante 24 años, con la que llegó a tener siete hijos.

En él se inspiró la escritora canadiense Emma Donoghue, para escribir el libro que dio pie al filme de Abrahamson, un drama que se distingue entre las grandes producciones a que Hollywood acostumbra y que tiene en la joven actriz estadounidense Brie Larson y en el niño Jacob Tremblay, dos portentos extraordinarios de actuación.

¿En situaciones extremas, queremos la libertad, somos capaces de amar, es posible ser fiel al instinto maternal cuando el fruto de nuestro vientre es producto de la violencia y el abuso?

Las preguntas se multiplican luego de ver una película que, desafortunadamente, tendrá muchas resonancias en México, un país en donde el secuestro es cosa de todos los días.

Larson, de 26 años, ha obtenido además una candidatura al Oscar en la categoría de mejor actriz y ya ha ganado el Globo de Oro por su trabajo en Room.

“Un intrigante y desgarrador drama que encuentra la metáfora más extrema posible para cómo el tiempo, el arrepentimiento y el fin de la infancia puede convertirnos a todos en prisioneros”, ha escrito el crítico Justin Chang, de Variety.

La habitación no es una película sobre los horrores del secuestro (aunque también). No es una película que quiera poner el foco en el sensacionalismo periodístico de algunos casos de secuestro similares (aunque ese aspecto es usado con un propósito específico). La habitación de Lenny Abrahamson es simplemente una película sobre una madre y un hijo tratando de adaptarse al mundo exterior después de años de forzada cautividad”, ha dicho Gregory Ellwood, en HitFix.

Room

2015
Lenny Abrahamson
Irlanda
Drama

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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