La Central de Abasto vive una recuperación cultural en la tradición comercial, es un espacio multicultural en el que confluyen varios idiomas originarios y en cada transacción o venta se resguarda el patrimonio de mil años, en este el mercado más grande del mundo. Así, la Declaratoria permitirá el reconocimiento mundial y la protección de su ancestral modo de comercio, así como de los usos y costumbres que albergan elementos como la venta directa del productor agrícola o el carretillero.
Ciudad de México, 17 de marzo (SinEmbargo).- Frutas, verduras, flores, colores y gente muy trabajadora forman parte del paisaje cotidiano de la Central de Abasto, que hace unos días presentó la candidatura de Declaratoria ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el fin de convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad.
“A lo largo de los últimos mil años los mercados de México han vivido una evolución que comenzó con el mercado de Tlatelolco, posteriormente con el Mercado del Volador, posteriormente con la Merced, antes estaba el Parián y ahora la Central de Abasto”, dijo Víctor Hugo Rodríguez, presidente del Consejo Nacional de Cultura Gastronómica, en entrevista a Magazine.
Rodríguez señaló que aunque los mecanismos de distribución han conservado sus raíces de caudno se realizaba el trueque, esto sunque ahora se use la moneda, pero al final se continua con la venta de semillas y hay figuras muy importantes como la del marchante. “Hay que proteger este sistema de distribución que le hace frente al corporativismo y que obviamente los modos de comprar para los 29 mercados los más de 300 tianguis y sobre todo permitirle a muchos productores continuar con una tradición familiar generada”.
La Central de Abasto, que se construyó a principios de los 80, vive una recuperación cultural en la tradición comercial, es un espacio multicultural en el que confluyen varios idiomas originarios y en cada transacción o venta se resguarda el patrimonio de mil años, en este el mercado más grande del mundo.
“Lo que queremos hacer es proteger al productor, al vendedor, al participante, al locatario pero todo en un equilibrio y en una cadena de comercio justo y de participación incluyente, es decir, la Central de Abasto es una fuente de empleo para 90 mil personas de los cuales son casi 14 mil carretilleros que son los que conocemos comúnmente como diableros, esto permite tener una fuente de ingresos pero también una fuente inagotable de cultura, aquí podemos ver al marchante, podemos ver cosas que en otros lados ya no veríamos”.
La Central de Abasto es una ciudad comercial en la que más de 13 mil 800 carretilleros prestan servicio de carga a los compradores. El valor de las operaciones comerciales anuales asciende aproximadamente a 9 mil millones de dólares, cifra que solo es superada por el mercado bursátil manejado en la Bolsa Mexicana de Valores.
“Lo primero que podemos nosotros ver es la venta del productor directamente en el sector de frutas y hortalizas, que es uno de los 9 sectores que integran a la Central de Abasto, tenemos un mercado de envases vacíos que significa que es donde se construyen y reconstruyen los guacales que son aquellas cajas de madera que en su momento en el campo mexicano sirvieron para sacar las cosechas”, contó .
Otro dato que llama al atención es que al día acuden cerca de 500 mil visitantes para realizar compras, pero hay epocas en las que se recibe hasta 600 mil ersonas como en Semana Santa, Navidad y Día de Muertos.
“Tenemos también otro sector muy importante que está en flores y hortalizas que es el de flores, aquí tenemos el mercado de flores más grande del país, aquí es de donde más de 4 estados de la república distribuyen sus flores para diferentes mercados, incluso Jamaica [el mercado] aquí se surte. En la Central de Abasto tenemos también el sector de frutas y legumbres integrado, junto con los demás sectores, con una oferta de más de 15 mil productos, estamos hablando que tenemos una capacidad de almacenaje de 120 mil toneladas de las cuales 35 mil se distribuyen diariamente”.
LA CENTRAL COMO PATRIMONIO
El primer paso ya se dio con la firma de intención de los diversos sectores que integran la Central de Abasto, como el gremial, comerciantes, todos los participantes unidos por el Consejo Nacional de cultura Gastronómica. En la firma del documento se contó tambien con la presencia del Diputado Sergio Mayer de la comisión de Cultura de la Cámara de Diputados.
“Lo que sigue es presentar la carta de intención ante la UNESCO aquí en la oficina de la Ciudad de México para posteriormente también fortalecerla directamente en la oficina de la UNESCO en Paris en donde tiene su sede la UNESCO, nosotros creemos que cumplimos con todos los requisitos que decide la UNESCO como lo son el que se tenga que preservar una tradición, ya lo tenemos, el que sea un lugar pluricultural y que tenga todas las características de una cultura en este caso preservada por cientos de años pues también la tenemos”, dijo el representante del Consejo Nacional de Cultura Gastronómica.
El ser declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO conlleva preservación y protección, para que las próximas generaciones puedan vivir la experiencia de contar con la Central de Abasto, de la tradición que encabezan familias de comerciantes, empresarios visionarios y trabajadores.
“El hecho de ser declarados como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es una responsabilidad para todas las personas que integran este mercado, lo primero es que también se tiene que mantener limpia la casa para recibir visitas, se debe de tener seguridad e infraestructura y creo que esta declaratoria va a permitir también que la autoridad voltee hacia esos lugares que hay que arreglar para que sea un lugar digno de visitar no solamente por mexicanos sino por extranjeros como un ejemplo de un mercado que ha sobrevivido a lo largo de los siglos”, explicó Víctor Hugo Rodríguez.
CENTRAL DE MUROS
“Central de muros” reunió a más de 50 artistas nacionales e internacionales en la segunda etapa del proyecto para entregar 63 murales, que representan el total de ambas fases, con una extensión promedio de 20 a 26 metros de largo por 6.60 de alto que sumarán aproximadamente 9 mil metros cuadrados cubiertos con murales de diferentes técnicas.
De acuerdo con Itze González, curadora del proyecto, México tiene la oportunidad de demostrar que posee una cultura muy rica y que sus habitantes siempre han sido muy humanos, además de crear una corriente nueva y una propuesta “en donde podamos decir que el mundo y la sociedad cambia gracias nosotros”.
Respecto a este tipo de proyectos Víctor Hugo Rodríguez expresó que “son cosas magnificas que han detonado mucho la interacción entre la comunidad de la Central de Abasto y un sector que podríamos pensar elitista como el arte y que aquí en la central de Abasto no lo es”.
