La vida se va

26/09/2016 - 12:05 am
Los sátrapas son inmortales. Foto: Cuartoscuro
Los sátrapas son inmortales. Foto: Cuartoscuro

“El día en que regresen, les contaremos de todos ustedes. Les diremos que siempre estuvieron aquí, con nosotros. El día en que regrese José Ángel Navarrete González, mi hijo, le contaré que estuvieron aquí, con nosotros”.
Padre de uno de los muchachos desaparecidos. 26 de septiembre de 2015. Hace justo un año

Millones de mexicanos vivieron, por generaciones, en la oscuridad. La prensa, casi toda, fue el pilar de una democracia simulada, “democracia” bien entrecomillada porque era, básicamente, un engaño. Carlos Hank (entre muchos) se volvió guía e inspiración de un clan transexenal, y marcó la ruta para que los más jóvenes siguieran su ejemplo: hay que mamar de la gran ubre, dijo; hay que vivir de todos los demás.

En 2000, finalmente, llegó el castigo para el PRI, aunque no para el sistema. Vicente Fox y Felipe Calderón resultaron más de lo mismo (el pacto entre las élites se mantuvo); aún así, a pesar de ellos, la sociedad evolucionó en los siguientes años aunque evidentemente no fue una evolución sostenida y el PRI volvió al poder en 2012, con las consecuencias que ya todos conocemos. Porque no hay “PRI bueno” y “PRI malo”: es un mismo clan con distintos rostros; porque ese clan no tiene el menor interés de mejorar las condiciones del ciudadano y busca, vulgar como es, hacerse más rico.

Ahora vienen dos elecciones clave para México. En 2017, Coahuila y el Estado de México podrán decidir entre mantener al puñado de vividores en el poder, o deshacerse de ellos. Ambas entidades no han vivido una transición democrática. Ambas entidades son la capital de la corrupción priista.

Creo que hoy, más que nunca, los mexicanos tenemos la obligación de ayudar a los ciudadanos de ambas entidades a entender que pueden deshacerse de sus verdugos. Así como desde México se urge a los que viven en Estados Unidos para que voten contra Donald Trump, embrión de dictador, así debemos decirle a los que están en Coahuila y el Estado de México que voten NO al engaño, a la mentira, al desfalco.

No se necesita ser adivino para decir que en 2017, o poco antes, habrá acciones “espectaculares” como meter a otro Elba Esther a prisión (creo que podrían ser los Duarte). Es simulación. Son agujeritos para que la olla de presión no explote. No quieren que les explote Edomex y Coahuila. Pero Coahuila y Edomex tienen que explotar, en el mejor sentido, hacia una normalidad democrática.

***

Diría que, en momentos históricos como los que vivimos, los mexicanos, jóvenes o viejos, estamos obligados a involucrarnos en política. No digo que “hagamos política”; para eso se requiere un cierto hígado, una jeta larga y un descaro inaudito. Digo “involucrarnos en política” y con eso me refiero a participar cada vez que sea necesario, en tareas civiles, lejos de los partidos y muy cerca de ellos para cuidarles las uñas.

Los partidos políticos son la esencia de nuestra de nuestra especie-de-democracia. Las reformas de los últimos años fueron hechas para darles fortaleza y para promover la competencia “justa”, pero esas reformas evitaron acotarlos y transparentarlos.

Hoy, descaradamente, los partidos se reparten los jugos dulces del país y nosotros nos resbalamos en la baba. Perdemos por defoult porque los dejamos irse solos: no castigamos a los traidores, a los ladrones y a los embusteros y entonces, de uno o de otros partidos, se salen con la suya.

Y entonces ellos se sirven como se han servido siempre: con la cuchara grande, la del “profe” Hank.

Parece una contradicción que diga que vayamos a votar y que los partidos son una mierda. Lo son, porque no les hemos exigido y no los hemos castigado, y la manera de hacerlo, la única que veo que no cause dolor, es con el voto.

Como ciudadanos, tenemos que poner empeño en las elecciones de 2017 en Coahuila y Edomex. Es obligación que nosotros, los civiles, compartamos información, imprimamos artículos de su interés y los repartamos entre aquellos que no tienen acceso a Internet. Manden correos, hagan cadenas en Telegram y en WhatsApp. Hagan todo lo que puedan y únanse en una idea: es posible decirle NO a tanto perro sin cadena (con perdón para los perros); es momento de decirle NO al puñado que se adueñó de todo, a los que ya se gastaron nuestros recursos y ahora no tienen más opción, para mantener su estilo de vida, que sangrarnos. Eso es Hacienda: nos quita a todos y le perdona impuestos al puñado que sostiene el estado de las cosas.

Mañana que gane Trump, ellos, los pocos, estarán en Miami o en Irlanda y nosotros nos quedaremos aquí, a enfrentar el odio; mañana, que no tengamos petróleo y dependamos de la misericordia de los extranjeros, ellos irán volando en sus aviones particulares con las mascotas asomándose por la ventanilla.

Pongan, pongamos interés en la elección 2017 porque será fundamental para dar un cambio definitivo en 2018. Hagan, hagamos justamente lo contrario a lo que les diga la televisión. Vayan, vayamos a las urnas con responsabilidad y frente al acarreo masivo del PRI, que busca conservarse en el poder con apenas un puñado de incondicionales, hagan su propia invitación a quienes los rodean. Nos urge un cambio. El país está en serios problemas. Peligran nuestros empleos, nuestros hijos (los que tengan hijos) y el futuro mismo de nuestra sociedad. Hay amenazas externas muy fuertes, como Trump, y también amenazas internas. Nos urge un cambio y no será posible realizarlo sin que todos participen. Urgen líderes nuevos al frente de la Nación. Urge un líder fuerte que enfrente, con suficientes recursos morales, al dictador que, dicen las encuestas, tomará el poder en la Casa Blanca.

La Patria, y las siguientes generaciones, peligran. No se dan cuenta muchos del riesgo en el que nos encontramos: avísenle a ésos. Hagan lo suyo. Involúcrense. Estamos en peligro.

Digamos, entre todos, NO MÁS. No más rateros y corruptos, inútiles y vividores. No más. Cambiemos el destino de los ladrones, como los ladrones nos cambian el destino, con mentiras, en cada elección. Digamos NO MÁS.

Estamos al borde del abismo. Nunca antes, en toda mi vida, vi tanto peligro, a tantos acechando desde la oscuridad. Atrapado en las ruinas, en el escombro de un sistema no termina de desplomarse, los ciudadanos de Edomex y Coahuila hacen poco por zafarse. Como quien queda dentro de un edificio que se viene abajo en un temblor. Si todos los demás les enseñamos el camino (porque hemos hecho camino) para desembarazarse del partido de las ruinas, entonces acelerarán su salida.

No es que en el resto del país estemos en un jardín de rosas. Fox y Calderón fracasaron en la encomienda que se les dio y se abrazaron de los corruptos, como Elba Esther Gordillo o Carlos Romero Deschamps. E hicieron un daño mayor: trajeron desilusión. En esa desilusión se coló Enrique Peña Nieto.

Sin embargo, tomémoslo por el lado amable, la sociedad aprendió –a pesar de ellos– a decir NO una vez, y puede compartir esa experiencia. Retomemos la lucha que iniciaron Cuauhtémoc Cárdenas y otros, como Manuel Clouthier y Rosario Ibarra de Piedra. Retomemos desde allí, si quieren.

Tenemos que decir no: NO más corruptos, NO más ladrones, NO más vividores, NO más descarados y vende Patria. No más.

La vida se va. Apenas ayer soñábamos que los alacranes se habían disipado y hoy, otra vez, los traemos en los calzones.

La vida se va, jóvenes, volando. Y los sátrapas son (o al menos parecen) inmortales. Apúrenle, involúcrense e involucren a otros antes de que los agarre el cansancio. Antes de que se enteren que, con años encima, es cada vez más difícil soñar.

Alejandro Páez Varela
Periodista, escritor. Es autor de las novelas Corazón de Kaláshnikov (Alfaguara 2014, Planeta 2008), Música para Perros (Alfaguara 2013), El Reino de las Moscas (Alfaguara 2012) y Oriundo Laredo (Alfaguara 2017). También de los libros de relatos No Incluye Baterías (Cal y Arena 2009) y Paracaídas que no abre (2007). Escribió Presidente en Espera (Planeta 2011) y es coautor de otros libros de periodismo como La Guerra por Juárez (Planeta, 2008), Los Suspirantes 2006 (Planeta 2005) Los Suspirantes 2012 (Planeta 2011), Los Amos de México (2007), Los Intocables (2008) y Los Suspirantes 2018 (Planeta 2017). Fue subdirector editorial de El Universal, subdirector de la revista Día Siete y editor en Reforma y El Economista. Actualmente es director general de SinEmbargo.mx
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