Ataques de pánico, ¿qué pasa en el cerebro y cómo evitarlos?

27/07/2015 - 12:05 am
Foto: Shutterstock
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Ciudad de México, 27 de julio (SinEmbargo).- Palpitaciones, sensación de vértigo, pérdida de la realidad, opresión en el pecho y sudoración son algunos síntomas del trastorno de ansiedad que aqueja a 30 millones de personas en el mundo por lo menos una vez al año, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un grupo de investigadores documentó las áreas cerebrales que participan en este proceso, lo que podría dar más pistas de cómo atender este padecimiento.

El trabajo publicado en la revista Molecular Psychiatry analizó 27 estudios que se dedicaron a medir el nivel de actividad cerebral mediante resonancia magnética funcional. Los resultados mostraron que las regiones que se activan formarían una llamada “red de miedo”, que alteran a la persona.

El estudio hecho por científicos españoles tomó en cuenta a 677 participantes adultos sanos e intentó entender el proceso que sufre el cerebro al acondicionarse al miedo.

“Es parte de un sistema de creencias. Por ejemplo, si una persona le da un ataque de pánico cuando se sube a un avión, la próxima vez temerá de que esto suceda”, explica a SinEmbargo la psicóloga Blanca Verdugo Aripes.

Los resultados del trabajo mostraron que entre las zonas que participaron en este acondicionamiento resaltaron el córtex cingulofrontal. Esta red cerebral se ha relacionado con la interocepción, la autopercepción de la condición fisiológica de nuestro cuerpo”, explicó Miguel Ángel Fullana, líder de estudio a través de un comunicado hecho por el Hospital del Mar en Barcelona.

Foto: Hospital del Mar
Foto: Hospital del Mar

Una percepción distorsionada de lo que sucede en el cuerpo podría detonar que las personas tengan un ataque de pánico, la más común de las variantes del trastorno de ansiedad.

Por lo general, refirieron los autores de este trabajo, cuando una persona aprende a identificar algo como una amenaza, se genera una respuesta fisiológica que puede ayudar a salvar la integridad física.

Sin embargo, en el trastorno estas regiones que activan los mecanismos del miedo se desregulan, y provocan reacciones de miedo, aún cuando no haya un riesgo real.

“Los ataques de pánico se caracterizan por el miedo intenso, a los diez minutos de que la persona pasa por la crisis y luego aminora, pero en ese tiempo los síntomas son demasiado fuertes”, dice Verdugo, quien agrega que es fundamental que un médico logre distinguir está condición para poder referir al paciente a iniciar un proceso terapéutico.

En México muchas personas que sufren de estos ataques no se tratan con prontitud, destacó la psicóloga. Eso hace que su día a día se haga más complicado, porque los ataques se van agravando si no se tratan.

TRATAMIENTO

De acuerdo con Verdugo el tratamiento suele ser farmacológico y conductivo conductual. El primero restablecería los niveles de serotonina en el cerebro, lo que blinda a la persona de sufrir otros ataques, mientras que el segundo, ayuda a los pacientes a enfrentar las creencias que le producen temor.

“Los médicos pueden algunas veces comenzar a dar un tratamiento farmacológico. Pero, generalmente ellos refieren al paciente con el psicólogo. Ya si no está mejorando se pasa al segundo nivel que son los psiquiatras. Las instituciones algunas veces dan terapia durante seis meses o un año”, finaliza la psicóloga.

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