Nairobi, 28 oct (EFE).- Una investigación de la Unión Africana (UA) reconoce que el asesinato, las violaciones y la tortura fueron tácticas empleadas con regularidad por ambos bandos durante la guerra civil que ha devastado Sudán del Sur estos dos últimos años.
El informe, fechado el 15 de octubre de 2014, se ha publicado con más de un año de retraso a pesar de las constantes presiones de organizaciones internacionales de derechos humanos para que se revelaran los descubrimientos de los investigadores de la UA.
“La comisión identificó casos de violencia sexual contra mujeres cometidos por ambas partes y también documentó actos de extrema crueldad como la mutilación y la incineración de cadáveres”, relata el informe.
En otros casos, los combatientes “drenaron la sangre de personas que acababan de ser asesinadas y obligaron a otros (de una etnia distinta) a bebérsela y a comer carne humana”, asegura el documento en base a varias entrevistas realizadas en la capital del país, Yuba.
Asimismo, la comisión de investigación concluyó que la mayoría de las atrocidades se perpetraron contra civiles inocentes que no habían tomado parte en el conflicto, ya que muchos de los ataques se produjeron en iglesias y hospitales.
El conflicto armado en Sudán del Sur se originó en diciembre de 2013 tras las acusaciones que el presidente, Salva Kiir (de etnia dinka), lanzó contra Riek Machar (de la etnia rival nuer) por supuestamente haber orquestado un golpe de Estado contra él.
Sin embargo, la comisión sostiene que hay pocas pruebas que sustenten la versión del presidente Kiir y cree que los primeros enfrentamientos se produjeron por la confusión en torno al supuesto desarme de los soldados de la guardia presidencial de etnia nuer, lo que desencadenó más disturbios entre la población.
Tras meses de negociaciones, ambas partes firmaron un acuerdo de paz definitivo el pasado agosto en Adis Abeba que, si bien no se ha cumplido a rajatabla, ha permitido que Kiir y Machar negocien pasos importantes para la reconciliación, como la reintegración de los rebeldes en el Ejército regular.
Una unidad integrada por 5.000 hombres de ambos bandos se desplegará en Yuba para garantizar la seguridad en la capital durante 18 meses, plazo previsto para la integración de los ejércitos nacional y rebelde.
El enfrentamiento, que continua en algunas zonas del país, ha causado miles de muertos y dos millones de desplazados que amenazaban con el colapso del Estado, que se independizó de Sudán en 2011 con un referendo, después de una larga lucha armada de liberación.
