México, 29 Dic. (Notimex).- La Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope) local aseguró que el desmantelamiento del llamado “Nuevo Tepito”, en la delegación Iztapalapa, es una de las acciones más importantes del gobierno capitalino en contra del comercio informal, la piratería y el ambulantaje en este 2013.
Expuso en un comunicado que dicha operación, en la calle Luis G. Cervantes de la colonia Santa Martha Acatitla, demuestra que es posible actuar en contra de uno de los “cánceres” más fuertes de la economía, como lo es el comercio informal, que busca extender sus redes de manera permanente en calles y puntos de alta concentración.
“Si bien el desmantelamiento de Nuevo Tepito era una acción necesaria para mandar un mensaje claro y contundente en contra de la ilegalidad, también es cierto que no puede ser una acción aislada, debe ser parte de una política pública que fortalezca la economía formal e impulse el comercio establecido y responsable”, señala.
El organismo pide establecer operativos en los mercados ambulantes como el de San Felipe de Jesús, en la delegación Gustavo A. Madero, o los ubicados también en la delegación de Iztapalapa, tales como los de avenida Texcoco, Eje 6 Sur o Ermita Zaragoza.
La Canacope refiere que al inicio de la actual administración del Distrito Federal se estimó en un millón 200 mil personas que laboran en la informalidad.
Sin embargo, estima, al cierre de 2013, en el que las condiciones económicas fueron adversas por la desaceleración económica nacional y la contracción en la creación de empleos, se calcula que actualmente el número de comerciantes ambulantes e informales superaría el millón y medio de personas en la capital del país.
Refiere que en cada temporada, el comercio informal impacta en 30 por ciento a la actividad económica formal, al ocupar cualquier zona con gran flujo de personas con productos de dudosa calidad y procedencia.
Insiste en que la proliferación del comercio informal y ambulantaje erosiona al comercio formal que no puede competir con quienes realizan esta actividad “con total holgura e impunidad, comercializando productos y alimentos sin regulación sanitaria o sin cumplir normatividades requeridas.
“Además de que no cumplen con los lineamientos de protección civil, pago de impuestos, ni obligaciones administrativas; aunado a que, por su movilidad y amplia presencia, captan gran parte de los consumidores, alejándolos de los negocios establecidos”, acusa.
Señala que en contraste, el comercio formal y la empresa legalmente establecida estuvo este año sujeta a las estrictas inspecciones de las autoridades, como fueron las campañas de vigilancia que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó a mediados de año.
Para el organismo privado, la autoridad debe cambiar el paradigma y reorientar el apoyo que muchas veces se da para el establecimiento de grandes centros comerciales que impactan negativamente en las comunidades.
Sostuvo que se debe actuar en la implementación de políticas públicas y programas que impulsen nodos de comercialización popular formalmente establecidos que den solución a las necesidades de la sociedad.
La Canocope reconoce que el comercio informal es una “válvula de escape” para la economía de personas que no encuentran una oportunidad de trabajo, o no les fue posible iniciar un negocio en forma y realizarlo en la informalidad les proporciona la solución de una problemática.
“Sin embargo, es necesario que se realicen los esfuerzos necesarios para que se establezcan los negocios de manera formal, donde el empresario comerciante se beneficie, al igual que sus trabajadores”, subraya.
