
¿Qué está pasando en México? Es lo que me pregunto cuando veo en X un post de una mujer de Hermosillo, una simple ciudadana, como usted y yo, que fue condenada por supuesta “violencia política en razón de género” contra una Diputada, por el Tribunal Electoral y que ha sido obligada a postear sus “disculpas” todos los días. Una humillación medieval que no tiene referente en México, un camino para censores contra gente de a pie y periodistas.
La ciudadana en cuestión puso en su cuenta de X una crítica política, amparada en la libertad de expresión de la que gozamos todos, sobre la candidatura a una Diputación federal de la esposa del presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Su gran “violencia de género” consistió en sugerir que su designación obedecía a una cuestión de nepotismo.
Por ello, la multaron y la obligaron a ofrecer disculpas, diariamente, durante 30 días. La obligaron a humillarse públicamente. Vamos, la obligó el poder político para defender a la clase política. Más escandaloso y denigrante, no puede ser. Nada democrático hay en esto y sí un tufo, innegable, dictatorial y autoritario. Es irrelevante si la ciudadana tenía razón o no, porque todos gozamos de libertad de expresión para exponer nuestras ideas y opiniones, así sean equivocadas o no… o gozábamos, porque ¿de cuándo acá criticar a un político se convirtió en violencia política de género sólo porque es mujer? El abuso es escandaloso y debería ser inadmisible porque es una forma de censura impuesta, sin pudor alguno, a los ciudadanos.
Pero no sólo los ciudadanos estamos viendo amenazadas nuestras libertades, también los periodistas que se atreven a criticar a mujeres políticas o candidatas. Por la lectura incorrecta de la violencia política de género, ahora resulta que las políticas no pueden ser cuestionadas ni se pueden ventilar sus asociaciones o su carrera política, hágame el favor. Mujeres con poder que están usando las leyes para censurar a ciudadanos y periodistas que no tienen poder alguno. Es el caso del periodista Héctor de Mauleón y del periódico El Universal que también están siendo perseguidos por la misma razón.
Y es que es infame, totalmente infame, que el poder esté usando la causa de las mujeres contra sus enemigos políticos. Es una burla que se sancione a una ama de casa por postear en una red social, mientras los feminicidios cunden, desaparecen mujeres en todo el país. Naturalmente, un post de una mujer criticando a una política no comporta ninguna amenaza de violencia ni significa violencia alguna. Pero las interesadas en usar las instituciones a su favor, miembros todos del mismo partido o con simpatías sobradas, tienen la desvergüenza de decirse “víctimas”.
Es una burla donde en la jungla de las redes pasan cosas realmente graves como los insultos misóginos, esos sí, de un empresario contra columnistas, de manera impune. Los jueces, convertidos en policías sociales, ahora se dedican a cazar ciudadanas y periodistas opositores al régimen o simplemente críticos para obligarlos a repetir disculpas redactadas por ellos, so pena de imponer más sanciones. Pero allí no acaba la ridiculez y el despropósito, querido lector, porque puede ser incluso, que las denunciantes tengan la enorme cobardía de ni siquiera dar su nombre. Tenemos así que la ciudadana de Hermosillo ha sido obligada a disculparse con “DATO PROTEGIDO”. Sí, así como lo lee… y es que Dato Protegido es el nuevo nombre de la Diputada que usó a las instituciones y a las leyes para censurar y violentar a una ciudadana. Dato Protegido no quiso dar su nombre para que apareciera en la disculpa-humillación pública. La misma mujer que sí, es esposa de un Diputado de Morena y que goza de un enorme poder político, a diferencia de una simple ama de casa. Dato Protegido ha causado una avalancha de burlas en las redes, obviamente, ante el escandaloso caso de censura. Una chunga bien merecida ante el agraviante abuso de poder sobre una simple ama de casa que cometió el pecado de tener opiniones políticas.
Más allá de la vergonzosa situación, es importante señalar que esta nueva forma de censura política, ejercida por el poder, es un claro y ominoso aviso de que la libertad de expresión está siendo vulnerada en México, como hace mucho no lo estaba. Jueces que actúan contra los derechos básicos de los ciudadanos, mujeres políticas que utilizan las leyes para callar a ciudadanas sin poder y periodistas, es el nuevo panorama. Que lo estén consiguiendo es una terrible noticia para todos y especialmente para las mujeres, porque el feminismo terminará por pagar los platos rotos de los abusos del poder. Porque si la justicia se tuerce, trabaja justo para quien no tiene que trabajar, las leyes comienzan a carecer de sentido y la gente les pierde respeto ¿y quién puede respetar la idea de que políticas poderosas son víctimas, habiendo víctimas reales que precisamente lo son porque no tienen ningún tipo de poder? Que, además, en su justificación invoquen el feminicidio políticas parte de la élite de poder en México es una burla imperdonable para las mujeres, todas. Una vergüenza que Dato Protegido cargará sobre sus hombros mucho, mucho tiempo. Porque aquí, la única víctima es quien ha sido violentada en su derecho a la libre expresión, obligada a humillarse públicamente, pagar una multa, y ser estigmatizada, por haberse atrevido a criticar a una política poderosa. Su nombre es Karla María Estrella Murrieta y es a ella a quien el Estado le debe una disculpa.





