Ciudad de México, 25 de de abril (SinEmbargo).– Constancias de retenciones, de percepciones, declaraciones mensuales, recibos de honorarios, facturas de gastos, fuente de los ingresos… la declaración fiscal anual se ha convertido para los mexicanos en una problemática por los términos y procesos que se emplean, por lo que prefieren dejarla en manos de figuras especializadas, en este caso, de contadores públicos.
De acuerdo con algunos testimonios de personas –que tienen hasta el próximo 30 de abril para rendir su declaración ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT)–, este trámite resulta tan complejo que sólo se limitan a entregar documentos como facturas y recibos de ingresos al contador y “que él se encargue de lo demás”.
Sin embargo, aunque la mayoría de las personas cumple con el requerimiento tributario, el no comprender el proceso que realizan tiene como consecuencia otra serie de problemáticas. De acuerdo con analistas, la falta de preparación de mucha gente en cuanto al conocimiento que tienen de sus derechos y obligaciones en materia de impuestos sobre la renta e inclusive en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), son reducidos y vuelve ineficiente la declaración y la exactitud de la información que debe estar en la declaración.
La declaración anual del Impuesto Sobre la Renta (ISR) es una contribución obligatoria que se aplica al total de los ingresos de las personas ingresos, cualquiera que sea la ubicación de la fuente de riqueza de donde procedan, de acuerdo con lo establecido en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
Las personas pueden obtener ingresos por servicios, movimientos, actividades empresariales, arrendamiento de bienes inmuebles, enajenación de bienes, dividendos, etcétera. El problema inicial es que el contribuyente debe saber cuáles son los ingresos que obtiene y cuál es su origen y fuente, para ir determinando el pago que corresponde al acumular todos estos ingresos.
LA DECLARACIÓN Y LAS OPCIONES
El SAT para 2015, ha instaurado diferentes tácticas para poder agilizar el trámite. Ha desarrollado plataformas en internet, ha ampliado sus horarios de atención en oficina y ha colocado una línea de atención telefónica con funcionamiento las 24 horas del día.
Las personas físicas, aquellas que representan la figura de cualquier individuo con capacidad para contraer obligaciones y ejercer derechos, podrían hacerse acreedores de multas que van desde los mil 240 pesos hasta los 30 mil 850 pesos en caso de no realizarla a tiempo y ser requeridos por la autoridad. Pero, de acuerdo con el académico de la Universidad Iberoamericana, Emilio Margain Barraza, la gente puede seguir haciendo su declaración días después de la fecha límite de manera espontánea, es decir antes de que sea requerido por la autoridad, ya que cuando se presenta de esa manera, no procede a multa por tardanza, por lo establecido en el artículo 73 del Código Fiscal de la Declaración.
“Esta es otra consecuencia del desconocimiento de las leyes […] Lo importante es que se haga antes de que la autoridad lo requiera”, señaló el experto en derecho fiscal.
En este sentido, Margain expuso que aunque el principal problema en el sistema de declaraciones es que los contribuyentes son poco claros con la información que los contadores requieren y en algunos casos, no saben establecer el tipo de ingresos que tienen, la autoridad ayuda poco, “aunque en el momento de rellenar la declaración en el portal del SAT y por cada contribuyente tienen información de lo que debe contener la declaración, pero no resulta suficiente porque los contribuyentes no tienen mucho conocimiento de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, cuáles son sus deducciones, sus exentos, qué documentación requieren para soportar la información que van a plasmar en la declaración y cómo poder presentarla ante el servicio de declaración tributaria, por lo que siempre requieren de un especialista”.
Gabriela González, de la consultoría fiscal Impuestum, consideró que las plataformas virtuales del SAT han mejorado y que hacer una declaración puede tomar sólo 10 minutos porque los cálculos ya se realizan en automático, pero el problema continúa en la recolección de la información fiscal, que es tardía o contiene errores.
“Los errores vienen más de gente que no quiere pagar impuestos y se aferra a que se mueva una cantidad específica. El contador no está para que no se paguen impuestos, sino para disminuir la carga fiscal”, comentó.
Otra de las problemáticas detectadas por la consultoría es al momento en que el SAT comienza a hacer averiguaciones sobre los datos presentados, “a veces sucede que declaran algo de lo que no se tiene un comprobante y eso debe ser bajo su responsabilidad. Lo contadores deben evitar en todo momento ese tipo de situaciones”, por lo que González sosuvo que la declaración depende de la presencia de una persona con conocimientos de la ley, porque a pesar de que en cada apartado de los formatos de la declaración tiene una breve explicación de lo que refiere, estos es insuficiente y se puede caer en errores con facilidad, sin embargo, “un contador debe encargarse siempre de acercar al cliente a su proceso”.
El proceso de la declaración anual podría simplificarse si las declaraciones mensuales se llevaran se la manera adecuada, sin embargo, el desconocimiento en los trámites también se hace evidente. De acuerdo con Margain, la educación fiscal debería ser una labor constante de las autoridades a lo largo de todo el año y no limitarse a acciones previas a las fechas límites.
Las personas físicas, dijo, deben llegar al mes de abril con el conocimiento de sus derechos y obligaciones en materia de impuestos, lo que hará más sencilla la tarea del contador, figura ya imprescindible dentro del proceso.
“Hay una gran falta de educación en materia fiscal que nos lleva a no entender muchos de los conceptos incluidos en la ley del ISR y con ello se vuelve más difícil presentar y llenar una declaración. Debería ser una labor constante a lo largo de todo el año, por parte de la autoridad fiscal mostrar a los particulares la manera en cómo se debe realizar.
“En un momento determinado, si no se cumple durante un año con el debido pago de los impuestos, al llegar a la declaración anual es más complicado corregir lo que sucedió y sobre todo, quizá al particular por una falta de conocimiento de la ley y de manejo de su dinero, puede llegar a final del año sin tener con qué pagar el impuesto, porque se lo gastó. Esto puede no ser de mala fe, sino por la falta de conocimiento de las leyes, no supo cómo ir apartando su dinero para pagar el impuesto”, comentó.
