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Gabriel Sosa Plata

28/03/2017 - 12:00 am

Tecnoradio y Lara Sumano: ¿fake news?

El director de Información de Televisa y columnista de El Universal, Javier Tejado, fue el primero en revelarlo: el director general del IMER, Carlos Lara, y el ex director de Radio, Alfonso Amilpas, están detrás de Tecnoradio, empresa que ganó 37 frecuencias (34 de FM y 3 de AM) en la pasada licitación a la […]

El director general del IMER, Carlos Lara, del lado izquierdo. Foto: Cuartoscuro.

El director de Información de Televisa y columnista de El Universal, Javier Tejado, fue el primero en revelarlo: el director general del IMER, Carlos Lara, y el ex director de Radio, Alfonso Amilpas, están detrás de Tecnoradio, empresa que ganó 37 frecuencias (34 de FM y 3 de AM) en la pasada licitación a la que convocó el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y por las que deberá pagar 277 millones de pesos en mayo.

Tecnoradio fue la firma que más frecuencias obtuvo en este concurso y más apostó por ellas, lo que elevó el monto de las contraprestaciones durante la subasta y dejó fuera a interesados con menores recursos económicos. Desde que apareció como la gran ganadora, hubo una enorme especulación sobre sus accionistas. Incluso se habló del empresario Carlos Slim, pero sería hasta el lunes 20 de marzo cuando se dieron a conocer los nombres.

A partir de ese momento, varios de los analistas del sector descalificamos en diversas entrevistas el posible conflicto de interés de Lara Sumano como funcionario público y, paralelamente, como socio de una firma que con cuantiosos recursos participó en una licitación relacionada con el sector del cual forma parte: la radio.

El jueves 23 de marzo, Hoy en Telecomunicaciones informó que de acuerdo con el Registro Público de la Propiedad y del Comercio del Distrito Federal, el director del IMER es -según ese documento- propietario de 294 (49 por ciento) y Amilpas de 306 (51 por ciento) de las 600 acciones de Tecnoradio S.A. de C.V. Precisó que la empresa con Folio 461149 se inscribió el 26 de octubre de 2011 y en septiembre de 2016 Lara Sumano renunció a ser tesorero.

Transcurrieron cuatro días de señalamientos a Lara Sumano hasta que el viernes 24 ofreció una entrevista al periodista Joaquín López Dóriga, en Radio Fórmula, en la que dijo que ya no es accionista de Tecnoradio, al igual que Amilpas, y que desconoce quiénes son los compradores. También afirmó que no sabría si Tecnoradio es una fachada de Radiorama, el grupo que más emisoras de radio tiene concesionadas en el país.

La “noticia” de que Lara Sumano y Amilpas eran los socios de Tecnoradio resultó, aparentemente, una información falsa y pese a ello varios nos subimos al tren de la descalificación hacia ambos exfuncionarios. Pero había razones para hacerlo por la contundencia de los documentos revelados. Quizás por ello, como para reparar el daño, el directivo de Televisa, que destapó el conflicto de interés, escribió un tuit memorable: “Quién metió al Dir Gral del IMER en el embrollo de Tecnoradio?? Manchando trayectoria d hombre honorable. A ver qué hará ahora @IFT_MX ?!”.

El domingo 26 de marzo, ante estos señalamientos y exculpándose de la poca transparencia sobre Tecnoradio, el IFT emitió un comunicado en el que ratificó lo dicho por el director general del IMER: “desde la etapa de Manifestación de Interés, que venció el 29 de julio de 2016, dicha empresa (Tecnoradio) proporcionó la información relativa a su actual estructura accionaria y de sus socios, entre los cuales no figuran el Sr. Carlos Lara Sumano ni el Sr. Cenobio Alfonso Amilpas Godínez”.

El caso es que hasta ahora sigue siendo un misterio la creación, venta y nuevos propietarios de Tecnoradio. La información disponible fue mencionada por el mismo Lara durante la entrevista. Según él, las personas a las que se les cedieron las acciones de la empresa son Eduardo Bañuelos Santana, René Padilla y Francisco Javier Márquez Lozano, a quienes dice no conocer. Tampoco son conocidos en la industria, pero sus nombres ya aparecían en diversas columnas periodísticas desde febrero de este año.

DUDAS RAZONABLES

En la entrevista con López Dóriga, Lara Sumano se muestra sorprendido de lo ocurrido con Tecnoradio y deja entrever que él sólo dio su aval al traspaso de las acciones, sin enterarse de lo que se hacía con la empresa. ¿Fue engañado?

Sin embargo, hay cabos sueltos. Como precisó ayer Irene Levy, en su brillante columna en El Universal, “los folios mercantiles no reflejan los cambios de accionistas, por eso no aparecen los nuevos adquirentes”, pero “lo que sí incluye el folio de esta empresa es que el 28 de julio de 2016 fue protocolizada la renuncia de Amilpas y Lara a los cargos de Presidente y Tesorero de la sociedad, respectivamente”, y no en septiembre como informó Hoy en Telecomunicaciones.

De lo anterior se infiere -explica Levy- que la inscripción de Tecnoradio como interesado en la licitación, fue el penúltimo o último día, ya que esta etapa cerró el 29 de julio, “lo que no tiene nada de ilegal, pero deja qué pensar”. Si no fuera suficiente, a esto se agrega que “a Tecnoradio le dieron la calidad de nuevo entrante aún en Chilpancingo, plaza que ganó, donde Amilpas es radiodifusor” y “que el Ifetel sí sabía que Lara y Amilpas habían vendido las acciones tres días antes de la inscripción de Tecnoradio”. ¿No cabe la suspicacia en esta operación?

En la entrevista citada, López Dóriga también se preguntó: ¿para qué hacer todos estos movimientos y no crear una empresa nueva que participara en la licitación? Ni él ni Lara Sumano tuvieron respuesta ni tampoco la tienen algunos radiodifusores y analistas de la industria. Los que sí tienen la respuesta siguen en el anonimato, sin dar cuenta de sus proyectos en la radio a través de Tecnoradio. Qué lástima, porque hubo una muy positiva expectativa sobre esta histórica licitación, y con actos así se alimenta el desánimo y la desinformación.

El periodista Raymundo Riva Palacio escribió ayer en Eje Central que, empero, no debemos sorprendernos. “La opacidad es el nombre del juego en el peñismo”, afirma. Lo que ocurre con Tecnoradio es una muestra e involucra indirectamente a funcionarios de primer nivel como Eduardo Sánchez, vocero del presidente y responsable de medios en Los Pinos desde 2013, y a Andrés Chao, subsecretario de Normatividad de Medios, con quienes Lara Sumano ha tenido una relación de trabajo y de amistad durante muchos años.

Para Riva Palacio “el gobierno ha dejado solo al director del IMER”, pero tampoco muestra interés por aclarar la situación en la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de la Función Pública. De igual manera las autoridades judiciales competentes no han intervenido, “ni siquiera informalmente, para que Lara Sumano les aporte las pruebas de que, en efecto, no es accionista en la empresa” y se deslinden responsabilidades, incluso penales, del mal uso de su nombre, para lo cual el funcionario debe actuar legalmente, cuanto antes.

Televisa, Grupo Fórmula y otros medios, que forman parte de la CIRT, han estado, a su vez, muy activos con coberturas periodísticas sobre el asunto. En la entrevista de López Dóriga, como en otras columnas, se ha alentado la idea de que los accionistas de Tecnoradio son testaferros de Radiorama, quienes a su vez tienen una alianza con Televisa Radio para la explotación de algunos de sus formatos radiofónicos. ¿Fuego amigo? Debe recordarse, además, que el presidente de la CIRT es uno de los dueños de Radiorama.

De igual manera, se ha llegado a decir que todo esto no fue más que una maniobra para que fracasara la licitación. Si Tecnoradio no paga las contraprestaciones prometidas y/o es descalificada por el IFT por alguna irregularidad, entonces sí cabría esa hipótesis, mientras los personajes aludidos seguirán sin dar la cara. Pronto lo sabremos.

@telecomymedios

 

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