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Hilda García

01/02/2013 - 12:00 am

Reforma migratoria… ¿lo creemos?

“Tengo la esperanza de que se va a lograr y no creo que tarde muchos meses”, dijo el Presidente Barack Obama durante una entrevista concedida a las televisoras hispanas en Estados Unidos, al referirse a la tan prometida reforma migratoria. Así se expresó el mandatario estadounidense un día después de relanzar en Las Vegas la […]

“Tengo la esperanza de que se va a lograr y no creo que tarde muchos meses”, dijo el Presidente Barack Obama durante una entrevista concedida a las televisoras hispanas en Estados Unidos, al referirse a la tan prometida reforma migratoria.

Así se expresó el mandatario estadounidense un día después de relanzar en Las Vegas la propuesta que permitiría a los inmigrantes indocumentados la opción de naturalizarse. Esto, claro, siempre y cuando cumplan con los siguientes requisitos:

– Se sometan a revisiones de seguridad nacional y antecedentes policiales.

– Paguen impuestos.

– Paguen una multa.

– Esperen que se hayan atendido todas las solicitudes presentadas previamente por los inmigrantes con documentos.

– Aprendan inglés.

Obama le debe prácticamente su triunfo de las elecciones del 6 de noviembre con un 70% del voto hispano. Esto, pese a que incumplió su promesa de lograr una reforma migratoria durante su primer mandato y deportó a un promedio anual sin precedentes de 400 mil personas. Así que no hay de otra, tendrá que haber una reforma migratoria que pague el apoyo que le dieron los latinos pensando en que ahora sí debería cumplir. Si la economía está mejorando y ya cumplió con otros puntos de su agenda de campaña desde el 2008, ahora sí tendrá que dedicarle el tiempo suficiente al tema migratorio. Esta reforma, se dice, podría beneficiar a unos 11 millones de indocumentados, con lo que prácticamente aumentaría a más de 60 millones la población de latinos en este país.

Es más… la fuerza numérica es tan importante ya en el país, que las proyecciones más actuales del Departamento Estatal de Finanzas indican que la población hispana estará a la par en número con la población blanca del estado de California para mediados de 2013. Un estado que hoy en día cuenta con 38 millones de habitantes.

Y se espera que para principios de 2014, la población hispana superará a los blancos y se convertirá en la mayoría de California, por primera vez, desde que se convirtió en estado en 1850.

El planteamiento del Presidente coincide con el presentado el lunes de esta semana por ocho senadores tanto del partido republicano, como del demócrata. Sin embargo, aún existe una diferencia importante, pues los senadores desean que se condicionen estas opciones de naturalización a mejorar la seguridad en la frontera y la supervisión de portadores de visa a fin de que no se queden días de más en territorio estadounidense.

El tema de la seguridad en la frontera viene prácticamente de parte de los republicanos, quienes no han dejado de insistir que la Guardia Nacional mantenga su presencia pues dicen, no sólo se han cruzado los mexicanos, centro y sudamericanos, sino que coexisten el crecimiento del narcotráfico, ejecuciones y secuestros en la zona sur de Estados Unidos. Hay quienes incluso hablan de terrorismo.

Siendo así el tema, parece que las negociaciones sobre la reforma migratoria se podrían trancar. Lo cierto es que está dado el primer paso y ahora falta también que la política exterior mexicana se concentre en esta negociación que, si bien parece meramente doméstica, implica nuestra relación bilateral en materia de comercio, lucha contra el narcotráfico y la violencia, así como la supervivencia de nuestros paisanos, quienes se han visto desprotegidos y en un limbo por ambos gobiernos y nunca han dejado de ser mexicanos por trabajar en suelo extranjero.

De hecho, debemos reconocer la fuerza económica que estos hispanos son, no sólo para Estados Unidos. Es clave valorar que son los generadores de la tercera fuente de divisas en el país después del petróleo y el turismo, con lo que ingresaron a la economía mexicana 24 mil millones de dólares en el 2012.

Siendo así, el tema de la reforma migratoria no es un tema doméstico. No es tan sólo una promesa de Obama a la población latina, es una medida que beneficia a México en lo económico para sostener su propia economía nacional a través de los paisanos que habitan el país del norte… pero también es algo que puede encender ánimos y afectar la relación bilateral si no ponemos el ojo en la manera como se pide como banderazo el tema de la seguridad en la frontera, a la vez que el racismo a las medidas que se quieran aplicar como antecedentes no penales y revisiones de seguridad nacional que pueden ser los mejores filtros para no permitir la documentación.

Es momento de reactivar nuestras posiciones respecto a la reforma migratoria e incluso pensar en acuerdos que puedan facilitar el tránsito a los mexicanos en el extranjero que tanto aportan a sus familias en los municipios más pobres de México como al país en general… ¿o es que acaso no ha afectado la llegada de remesas al país que no alcanza los 26 mil millones de dólares del 2007 antes de la crisis hipotecaria y bancaria que sufrió Estados Unidos?

Esperamos que, como dice Obama, no se tarde la reforma más que unos meses… pero México no debería aceptar cualquier reforma por encima de los intereses de sus connacionales y del país mismo… Hay muchos temas que rodean la reforma en los que México debería decir: presente.

Hilda García
Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.

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