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Antonio Calera

04/03/2017 - 12:03 am

50 corchos: cocinar como se hinche la gana

Comer bien no es cosa de tiempos ni cubiertos: es de afectos.

Comer bien no es cosa de tiempos ni cubiertos: es de afectos. Foto: Cuartoscuro

1. Hay que hacer lo que se debe hacer. No hay nada que guste más que beber, comer y coger. Por supuesto superiores al escribir o al leer.

2. No comas con cualquiera: los que no saben comer quitan toda la energía. Obligan a conversar, acomodar, perfilar todo a su conveniencia. ¿Hay que explicar un pulpo o defender una morcilla, ocultar una buena lengua?

3. Comer como los dioses mandan es más que un derecho: es cosa de buen gusto.

4. Ni con subir los codos a la mesa o masticar con la boca llena: comer mal tiene que ver con lo que uno guarde en su alacena.

5. La gente que se llena con un chícharo, ¿cuándo llegará al plato fuerte de su vida?

6. Manteles limpios ni los sacerdotes. Desconfiemos de aquellos tan impolutos.

7. Las mujeres nunca han sido el sexo débil: ¡Vean cómo comen!

8. ¡Qué va! Si tu hombre no te cocina no es que sea menos hombre: lo es si no te lleva a donde el comer y beber bien, sobre.

9. Solamente le cocino a quien amo, y le cocino lo que guste. Sólo ahí concedo.

10. No es que al hombre se le llegue por el estómago: es que en ocasiones es todo el hombre que hay.

11. Comer bien no es cosa de tiempos ni cubiertos: es de afectos.

12. Las cocinas caras no son mejores ni las baratas peores: cocinar tiene que ver con el sentimiento y con el talento: no con el dinero.

13. Poder comer con vino es un acto divino.

14. Reprobemos la concepción del cocinar como un arte para la seducción. Se cocina no para seducir, cosa espontánea y gratuita, sino para pervertir.

15. Hay tantas gradaciones en el sabor como las hay en el amor. Hay que mezclar los sabores como se nos da la vida misma:

16. En el sexo se debe terminar. ¿Por qué, pues, dejar algo en el plato?

17. En la cocina como en la vida: no escondas todo bajo una buena salsa: nada de maquillajes: dar la cara.

18. Gustan los mercados porque huelen a pueblo de uno. Hasta ser fétido, podrido, nauseabundo. Los supermercados huelen a hoja de papel blanco, sin mundo.

19. La cantidad de azúcar y de sal que se vierte habla más de las mujeres que su

20. Limpiarse en uno: la más alta delectación, el más alto hedonismo.

21. Salta a la vista, no lo dudes: si en tu vida no has lengüeteado tu plato, no has chupado los dedos de tu mano, vaya que se nota.

22. Un buen menú hace babas.

23. Cocinero sin huevos no es cocinero.

24. ¿Quién lleva la volanta? No metas tu cuchara, nunca: no en el puchero de un verdadero cocinero.

25. Nunca llegues a comer en casa ajena, sin dejar viandas y vinos sobre la mesa.

26. Un brindis es sabio. Dos, acaso. Tres huele rancio.

27. Se come con pares, no con impostores o farsantes. Por eso no existe tal aberración de “comida de negocios”: adefesios indigestos y por ello abominables.

28. Tanto el comensal tiene derecho a comer lo que quiera como el cocinero a cocinar lo que se le hinche la gana: en la zona intermedia se crean las grandes amistades o los grandes desencuentros.

29. Una sincera invitación a comer, y no conozco otras, en casa con la familia o en la de un amigo, sobre todo, resulta en una obligación moral: tanto como la cita a uno para batirse en duelo.

30. Ritual. Si no has cazado tú el animal que comes, cosa por demás probable, dignifica el acto de comerlo al no ponerlo en el bote en tiempos de tanta hambre.

31. Confía en el hombre que bien come, y el doble en quien coma postres.

32. Enchilarse es atreverse, es arrojarse: seguramente el que se atreve a enchilarse.

33. Comer y parar. No hay nada malo en ello. Comer y parar. Es más: es algo bello. Otium cum dignitate.

34. El que come y comparte: ese es el que se lleva la mejor parte.

35. Les obsequio con un brindis para los agarrados, cicateros, interesados, avaros, mezquino, miserables, agarrados, apretado, avariciosos, escasos, estrechos, estreñidos, cortos, sordos, usureros, míseros, mezquinos, manirrotos, rumbosos, peseteros y ruines en las dadivas del comer: “Brindemos porque nunca se restauren, / ni de cuerpo ni de alma en esta vida, / apocados hombres de sequías: /solitarios serán sus funerales.

36. Hablan los vulgares del oficio más viejo, o del políticamente correcto, el de carpintero: ¡Mal agradecidos somos con nuestros cocineros!

37. Mandamiento: Que siempre nos agarren con las manos en la masa.

38. El hambre es la enemiga del pueblo.

39. Sí, es verdad, uno suele cagarse en los políticos. Por eso aquello de “políticos de mierda”

40. Políticos de mierda, no nos podrán engañar: deberán proveernos de buen circo y, además, buen pan.

41. Uno cocina como es.

42. Un cocinero nunca está solo.

43. Con desdén ni el entremés. No hay fracciones de cocinero. Cocinero es igual a un entero.

44. Invitar a comer alguien es la mejor manera de conocerlo. No invitarlo: la mejor de desconocerlo.

45. Los vapores de una buena comida encienden siempre el recuerdo de la comida original. Para los poetas de la cocina esa y no otra es la felicidad.

46. La cocina es un arte aquí y en China. No importa que sea nueva o antigua, rica o pobre, muy elaborada o muy sencilla, siempre y cuando sea haga con arte y disciplina, de manera digna.

47. Dime lo que (no) comes y te diré quién (no) eres.

48. Aunque no lo parezca enfundado en delantales o filipinas, un buen cocinero será siempre un explorador del alma humana. Haciendo hervir la ciencia con a la poesía, tiene lo mismo de genio loco que artista.

49. Cocinero: ¿vago o hechicero?

50. Por sus apetitos los conoceréis.

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