El efecto permisivo: ¿por qué elegir comida sana te engorda?

05/12/2015 - 12:06 am

Por  naturaleza los seres humanos toman sus decisiones basadas en compensar otras, lo mismo pasa con la comida y el proceso para convertirse en personas saludables y esbeltas, ¿qué tanto influye la psicología en la alimentación?

La presencia de comida saludable en un menú de comida rápida puede hacernos elegir lo menos saludable. Foto: Shutterstock
La presencia de comida saludable en un menú de comida rápida puede hacernos elegir lo menos saludable. Foto: Shutterstock

Ciudad de México, 5 de diciembre (SinEmbargo).- ¿Por qué las personas en su camino a vivir una vida más sana pueden sufrir fracasos como subir de peso en medio de un régimen alimenticio, o aumentar su talla pese a asistir al gimnasio? La respuesta podría estar en su psicología y en el llamado “efecto permisivo”.

El hallazgo más reciente lo obtuvieron investigadores de marketing de la Universidad de Pensilvania, cuando observaron el recorrido de más de mil compradores en un centro comercial, quienes revelaron un patrón en el que entre más productos sanos echaban al carrito, más lo compensaban con comida chatarra o de alto contenido calórico, como a modo de compensación.

De acuerdo con información del New York Times este efecto “sugiere que esta tendencia del ojo por ojo y diente por diente está profundamente enraizada en nosotros, y opera incluso sin que nos demos cuenta. En un mundo donde constantemente nos venden miles de productos que mejoran la salud, cuya eficacia está en duda, esta actitud puede ser un problema”.

La primera vez que unos científicos describieron el efecto permisivo fue en 2006 que Uzma Khan y Ravi Dhar, profesores de marketing de la Universidad Carnegie Mellon y de Yale respectivamente, cuando definieron que las elecciones que las personas hacen dependen de otras y sin darnos cuenta actuamos para equilibrarlas.

Es decir, reina el pensamiento de “si llevo verduras para hacer una ensalada, llevaré también una cerveza”, o “si voy a ir al gimnasio más tarde, podré desayunar una torta de tamal”. Por ello también es constante la situación en la que entre más peso se haya perdido una semana, más se gana (o menos se reduce) la siguiente.

Otros estudios mencionados por el diario estadounidense dicen que la simple presencia de una opción saludable en medio de un mar de comida chatarra en un menú aumentan las posibilidades de que justo se ordene la comida menos sana, lo cual ha sido aprovechado por los restaurantes de comida rápida.

La Universidad de Northwestern University incluyó en su informe La paradoja de la dieta un estudio en el que se le pidió a un grupo de personas calcular las calorías que tenía determinado platillo. Así vieron que cuando se trataba de adivinar el contenido de una hamburguesa el cálculo promedio era de 734 calorías, mientras que cuando esta misma hamburguesa se ponía junto a un par de apios, el promedio estimado bajó a 619 calorías.

“Estos cálculos no son racionales, y revelan los atajos que toma el cerebro en su contabilidad de vicio y virtud”, escribe Alex Hutchinson en el NYT.

Asimismo, la investigación científica ha arrojado que las personas con mayor autocontrol son más vulnerables a caer en estas influencias, pues confían tanto en su capacidad de resistirse a una tentación que el saber que hay una opción saludable a su disposición, les da la licencia de premiarse e, idealmente,  compensarla la próxima vez.

La recomendación general de los psicólogos es concentrarse en el proceso de ser saludables, y no verlo como una meta, aquí no aplica lo de “el fin justifica los medios”.

 

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