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Obama ya separaba a las familias migrantes, pero Trump quiere legalizar la práctica: activistas

10/03/2017 - 11:32 am

Un estudio publicado este jueves por varias organizaciones estadounidenses que se dedican a apoyar a refugiados (Women´s Refugee Commission WRC y Lutheran Immigration and Refugee Service (LIRS), entre ellas), señala que el Gobierno estadounidense no tiene mecanismos “consistentes” para mantener unidas a las familias y que a menudo termina por separarlas. El reporte señala que la separación de familias “tiene consecuencias graves, no sólo emocionales sino en la posibilidad de que la familia pueda defenderse coherentemente en un tribunal. No es inusual que un padre desesperado decida retirar su solicitud de asilo por temor a perder a su hijo o hija.

Por Pilar Marrero

Ciudad de México, 10 de marzo (SinEmbargo/LaOpinión).- El revuelo por la confirmación de que el Gobierno de Donald Trump está preparado a “separar” a familias en la frontera para disuadir a futuros migrantes ignora un hecho importante: las autoridades llevan ya algún tiempo utilizando esta práctica, adrede o no.

La separación de familias migrantes –la mayoría de ellas centroamericanas- que por miles viajan hacia el norte e intentan llegar a Estados Unidos casa mes, es algo que ocurrió con frecuencia durante el Gobierno de Barack Obama en los últimos años.

Un estudio publicado este jueves por varias organizaciones estadounidenses que se dedican a apoyar a refugiados (Women´s Refugee Commission WRC y Lutheran Immigration and Refugee Service (LIRS), entre ellas), señala que el Gobierno estadounidense no tiene mecanismos “consistentes” para mantener unidas a las familias y que a menudo termina por separarlas.

“Comenzamos a investigar el proceso de separación de familia hace ya varios años”, dijo Jennifer Podkul, de KIND, una organización no gubernamental dedicada a ofrecer asistencia legal a menores migrantes. “El problema en parte es que el proceso está diseñado hace años para lidiar con hombres migrantes adultos y no con familias y hay pocas guías internas para tomar en cuenta consideraciones humanitarias”.

El reporte de las organizaciones contiene numerosos casos de separación temporal o permanente bajo el Gobierno de Barack Obama, de familias: padres, madres, tíos y tías con menores de edad o hermanos mayores y menores de edad.

El Gobierno de Donald Trump ha dejado saber que considerará separar a las familias, entregando los menores a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, como manda la ley cuando viene un niño solo y encarcelando en centros de detención a los padres o adultos.

También han dicho que aumentarán el espacio para detener a estos migrantes, muchos de los cuales son liberados si no hay espacio para detenerlos actualmente o si logran fianza.

“Si Estados Unidos considera formalizar y hacer más constante esta práctica, que hoy en día no siempre ocurre, ello será cruel y traumatizante para toda la familia y está en contra de los valores de nuestro país hacerlo como un tipo de castigo”, dijo Katharina Obser, de la Comisión de Mujeres para Refugiados.

EL TRAUMA DE LA DESAPARICIÓN FORZADA

El reporte contiene numerosos casos reales en los que se separó a familias en el curso del proceso de estos solicitantes de refugio.

“Hay que recordar que no es ilegal pedir asilo en la frontera”, dijo Obser. “Ningún padre que busque protección debe ser separado o separada de sus hijos”.

Uno de los problemas es que el obsoleto sistema no tiene forma de registrar las relaciones familiares ni requiere que se documenten los incidentes de separación familiar .

“Esta falla resulta a menudo en la separación de familias que entran juntas, sin que tengan conocimiento e información sobre qué pasó con sus familiares ni forma de reconectar con ellos”, explica el reporte.

Por ejemplo, en las estaciones fronterizas, los agentes separan a los familias para agrupar a los migrantes en celdas de acuerdo a edad y género.

Entre los casos documentados por el reporte está el de Elliot,un niño de 5 años que entró con su abuelita, quien lo había cuidado toda la vida. Cuando los detuvo la Patrulla Fronteriza los separaron. El pequeño fue a ORR y a un programa de “Foster care” de LIRS y luego localizaron a su padre. Los activistas no pudieron averiguar qué pasó con la abuela.

Otro caso fue el de Estefany, una nena de 2 años que estaba en los brazos de su mamá cuando a esta la asesinaron unos pandilleros. Tres meses después, también asesinaron a su papá. Un tío y una tía recogieron a Estefany y decidieron escapar hacia Estados Unidos con la niña y una hija propia.

A pesar de tener documentación sobre la muerte de los padres de la menor, la Patrulla los separó de la niña. El tío pasó a custodia de ICE y la niña y su hija fueron liberadas mientras Estefany fue a parar a “Foster care”. Tardaron dos semanas y media, pero la niña eventualmente fue regresada con su tía, aunque el tío seguía detenido.

También está el caso de Brandon, un joven de 17 años que viajó con su padre, y al llegar los separaron.

El reporte señala que la separación de familias “tiene consecuencias graves, no sólo emocionales sino en la posibilidad de que la familia pueda defenderse coherentemente en un tribunal. No es inusual que un padre desesperado decida retirar su solicitud de asilo por temor a perder a su hijo o hija.

Por su parte, el caso de asilo de un menor puede verse afectado por la lejanía de su progenidor, ya que a menudo los niños no están en condiciones de decir por qué están escapando.

En todo caso, está claro que la práctica común culmina en muchas divisiones familiares, agregan. KINO Border Initiative, una organización de Nogales, Sonora, hizo un sondeo entre 2014 y 2015 entre 358 participantes y hayó que el 65 por ciento de los migrantes que viajaron con familiares fueron separados de estos.

“Unos 35 fueron separados de un padre o madre, 128 de su cónyuge, 67 de sus hijos y 124 de sus hermanos”, señaló el sondeo.

Los adultos acusados penalmente o mantenidos como testigos pueden ser trasladados a la custodia del Departamento de Justicia (DOJ). Otros adultos pueden ser enviados a centros de detención de adultos o familiares de ICE, o ser liberados bajo fianza o por medio de otra alternativa a la detención. Los niños no acompañados son enviados a la custodia de ORR, y los niños ciudadanos de los Estados Unidos pueden ir a agencias estatales o locales de bienestar infantil o reunirse con otros miembros de la familia.

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