No es Wolverine, pero está cerca; científicos crean roedores capaces de regenerar extremidades perdidas

11/11/2013 - 12:00 am
Foto: Marvel Comics
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Ciudad de México, 11 de noviembre (SinEmbargo).-La regeneración de miembros sigue siendo la materia de la ciencia ficción para los seres humanos, pero un descubrimiento accidental proporciona un acercamiento a lo que se necesitaría para que las personas pudieran crecer sus miembros perdidos como si de salamandras se trataran.

Cuando se tiene algún accidente, aunque sea una leve caída al caminar, el deseo de muchos, además de ser inmunes a la vergüenza, es que la parte afectada se recupere lo más rápido posible. No obstante hay daños que en un inicio son imperceptibles hasta que las consecuencias llegan, como aquellos asociados al consumo de ciertas sustancias que dañan el cuerpo de manera gradual como el humo del cigarro o la ingesta de alcohol.

La resistencia humana es limitada y para mejorarla hace falta algo más que una excelente condición física. El deterioro asociado con la edad es algo de lo que ningún ser humano está exento y las consecuencias inevitables de esto es el decaimiento del organismo.

Es en este punto en donde algunos, los más doctos en cultura popular, quisieran ser una especie de superhéroe, como Wolverine y su capacidad de recuperarse de cualquier daño físico. Suena a ficción, sin duda, pero para esto ya hay científicos trabajando en ello.

Georger Daley, del Hospital Infantil de Boston y de la Escuela de Medicina de Harvard descubrió el gen Lin28a en sus ratas de laboratorio, el cual se encarga de que crezcan dentro del útero, pero continua funcionando después del nacimiento del roedor, permitiendo la regeneración de orejas y dedos cortados.

“Los esfuerzos para mejorar la cicatrización de heridas y reparación de tejidos en su mayoría han fracasado, pero alterar el metabolismo proporciona una nueva estrategia que esperamos de frutos”, dijo el doctor.

Foto: Cell
Foto: Cell

“La mayoría de la gente podría pensar, naturalmente, que los factores de crecimiento son los principales actores en la cicatrización de heridas, pero encontramos que el núcleo del metabolismo de las células está limitado en cuanto a la reparación de tejidos”, añadió Shyh-Chang, co autor del artículo publicado en Scientific American.

El Lin28a, descubierto por primera vez en gusanos, funciona en todos los organismos complejos. Además, abunda en las células madre embrionarias, se expresa fuertemente durante la formación del embrión temprano y se ha utilizado para reprogramar células de la piel en células madre.

“Sabíamos que [el Lin28a] podría reprogramar células de vuelta a un estado parecido al de las células madre, pero hicimos este otro descubrimiento en gran parte por accidente”, dice Daley, cuyos hallazgos fueron publicados en la reciente edición de Cell.

De esta manera, el equipo encontró que podían replicar las capacidades curativas de los ratones modificados dándoles a aquellos no genéticamente alterados medicamentos que les ayudaran a activar ciertos procesos metabólicos. La misma vía en la que Lin28a estimula la dinamización de las células como si fueran mucho más joven.

Sin embargo, el descubrimiento está acompañado de un inconveniente: su efecto es limitado. Así, después de cinco semanas de nacidas las ratas demostraron que no podían regenerarse. De esta manera, aunque se estimulara el Lin28a este no ayudaba a mas.

Por otra parte, para hacer las cosas más realistas, las ratas con el gen aún activo no podían sanar daños al corazón, sugiriendo que este gen no es efectivo en cualquier parte del cuerpo. No obstante, el Lin28a parece prometedor y es un aviso de lo cerca que está la ciencia de poder hacer más resistente el cuerpo humano.

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