Río Janeiro, 13 jul (SinEmbargo).- Alemania y Argentina igualan a cero tras concluir los 90 minutos de la final del Mundial de Brasil 2014, que se está disputando en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, y se van a tiempos extras. Afuera permanecen unas cien personas entonando canciones contra la policía brasileña luego de que por la mañana, en las calles cercanas al estadio, 26 mil policías dispersaron con gases lacrimógenos y bombas de estruendo a unas 300 personas que protestaban contra la Copa del Mundo minutos antes del inicio del partido.

Argentina disfrutó de las mejores ocasiones, principalmente una de Gonzalo Higuaín, que disparó fuera ante Manuel Neuer, y otra que sacó Jerome Boateng bajo palos tras una jugada de Leo Messi, hasta justo antes del descanso, cuando Benedikt Howedes remató un córner al palo.

Cristoph Kramer, centrocampista de la selección alemana, tuvo que ser sustituido al encontrarse conmocionado después de recibir un fuerte impacto en la cabeza de Ezequiel Garay.

Kramer, que había entrado en el once germano a última hora en lugar de Sami Khedira, que se lesionó durante el calentamiento previo, siguió durante unos minutos en el campo, pero al no encontrarse bien tuvo que ser reemplazado por Andre Schurrle.

PROTESTAN CONTRA EL TORNEO

La Policía brasileña dispersó con gases lacrimógenos una protesta contra los gastos del gobierno en el Mundial de fútbol protagonizada por cerca de 200 manifestantes en una plaza próxima al Maracaná poco antes de que iniciara el partido de la final entre Alemania y Argentina.

En dicha protesta, al menos cuatro manifestantes fueron detenidos y cuatro personas resultaron heridas, entre ellas un fotógrafo impactado por fragmentos de una bomba aturdidora lanzada por las autoridades, en los incidentes entre uniformados y los participantes en la protesta, según la Policía Militarizada de Río de Janeiro.

El enfrentamiento se produjo cuando los manifestantes, que se habían concentrado a primera hora de la tarde en la plaza Saens Peña, una plazoleta en el barrio de Tijuca a cerca de diez calles del Maracaná, bloquearon una vía aledaña e iniciaron una marcha con la que intentarían llegar al estadio escenario de la final del Mundial.

Sin embargo, los líderes de la protesta se negaron a atender la orden para no intentar forzar el paso por un bloqueo policial a unas cinco calles del Maracaná, la Policía avanzó hacia los manifestantes con un grupo de la caballería y después los dispersó con las bombas de gas lacrimógeno.

Los manifestantes habían ocupado desde temprano la plaza Saens Peña para, con letreros de protesta en inglés y portugués, criticar los gastos del Gobierno en el Mundial de fútbol y los desalojos de personas de escasos recursos para abrir espacios para los estadios y las obras de movilidad en las ciudades sede de la competición.

Los incidentes obligaron a la administración del metro a cerrar las puertas de su estación en la plaza Saens Peña por cerca de dos horas, lo que causó protestas de los usuarios del servicio.

La manifestación fue la segunda promovida hoy por las organizaciones que critican el Mundial de fútbol, luego de que un grupo aún menor protagonizara una protesta pocas horas antes en otra plaza del barrio Tijuca sin ningún incidente.

Exigen más inversiones en salud, educación y transporte, en vez de en estadios.

“Estamos contra la Copa por la forma en que ha sido realizada. Se ha tornado un instrumento para centralizar la riqueza, de desigualdad social y también de represión del Estado”, dijo Mauricio Mileo, del movimiento social Colectivo Marxista, a la agencia AFP.

“Es tan grande el aparato policial que cualquier acción es casi imposible. Nos sumamos a las organizaciones sociales para pedir que liberen a los que fueron presos y respeten el habeas corpus”, dijo.

Según la policía, los manifestantes pretendían realizar acciones violentas el sábado o este domingo.

Sobre los detenidos ayer sábado pesa un mandato de prisión preventiva de cinco días y pueden enfrentar una pena de hasta tres años de cárcel por el cargo de pertenencia a grupo armado.

Desde que comenzó el Mundial, en contraste a lo que se esperaba, el número y la intensidad de las manifestaciones fue muy reducido.

-Con información de EFE-