ENTREVISTA | La sexualidad, la crisis de la edad y el suspenso: Rosa Montero

14/01/2017 - 12:05 am

La nueva novela de Rosa Montero, La carne, es un drama autobiográfico y también un relato de suspenso. Tiene las dos cosas: ese estar parapetado frente a la edad y a todo lo que trae el paso del tiempo y la virtud de una tragedia o no por venir. Quizás por eso ha tenido tanto éxito y constituye una mejores novelas de la autora.

Ciudad de México, 14 de enero (SinEmbargo).- En un primer momento la historia parece simple: molesta porque su amante la ha abandonado, Soledad decide contratar a un gigoló para pasearse con él en un evento al que asistirán todos. Tras esa primera escena, los asuntos se complican. No sólo porque la protagonista es una mujer de 60 años con terror a envejecer, sino porque, de pronto, se sitúa dentro de una relación que tiene más futuro del que presagian los amores de pago. Aunado a esto, la novela que inicialmente parecía estar tratando la crisis de la edad y de la sexualidad, de pronto también va acumulando elementos propios del suspenso. Así, el lector no necesita ir demasiado lejos para descubrir que La carne, conlleva más complejidades que las que había supuesto en un inicio.

–Uno de los asuntos que más sorprende es la vitalidad de lo humano. Su componente sensual y, por supuesto, sexual. Visto desde la perspectiva de una mujer de 60 años. Visto, claro está, desde la carne.

– Cuando las cosas funcionan bien, en mi caso, y cuando todo fluye, se me ocurren los títulos, lo que yo llamo títulos necesarios, que emergen de la novela, en el primer tercio. Aquí apareció y me quedé temblando de emoción porque dije “Wow, La Carne, qué titulazo: qué fuerte, qué elemental, qué poderoso, qué elocuente y qué verdadero”. No comprendía cómo no había 20,000 novelas que se llamaran La Carne. Así que me callé, me callé y no le dije a nadie para que no me lo robaran porque a mí me lleva mi tiempo escribir. La Carne es fantástico. En primer lugar es la carne que nos aprisiona porque no hemos escogido el cuerpo en el que vivimos. Luego es la carne que nos enferma. La carne que nos envejece. La carne que nos mata. Pero también es la carne que nos hace rozar la gloria a través del sexo, a través del deseo, a través de la pasión. Es la carne que nos hace sentirnos eternos porque, cuando estás enamorado, en ese primer momento del amor fusional, estás tan fuera de ti que estás fuera de tu muerte. Y es también la maravillosa carne animal que nos salva de ser sólo humanos; es esa carne que nos permite un día de lluvia o de frío salir a la calle y recibir un rayito de sol y todas las células del cuerpo comienzan a bailar un zapateado de alegría: ¡estoy viva!, ¡estoy viva! Todo eso es La carne, todo eso es la novela: un poco el terror y la maravilla de vivir.

-Para poder llevar todo a buen puerto, Rosa Montero precisaba de una protagonista muy peculiar. Soledad Alegre es una mujer fuerte pero aterrada por su edad. De poco le sirve el éxito profesional ahora que debe enfrentarse, además, a la visión de otras más jóvenes y bellas que buscan ganarse un sitio en el mundo profesional, su sitio. Construir, entonces, a este personaje situado a medio camino entre sus deseos y sus posibilidades, era un reto mayúsculo.

-Los personajes se van construyendo solos. Es como en la vida real. Tú encuentras a un personaje y te resulta interesante por algo, por una manera de mirar, por un tropezón que ha dado. Entonces, a partir de ahí, le sigues y terminas conociéndole. Y en las novelas es lo mismo. De repente hay un rasgo que te gusta en un personaje pero no le conoces. El personaje va creciendo dentro de ti y tú vas viviendo dentro de él. El personaje te va explicando cómo es y te va contando la novela. El autor maduro es aquél que tiene la humildad suficiente para dejar que sus personajes le cuenten el libro.

Una nueva novela de Rosa Montero, acaso la más libre y personal de ella. Foto: Especial
Una nueva novela de Rosa Montero, acaso la más libre y personal de ella. Foto: Especial

-El tono es otro elemento importante. Encontrar justo la estrategia narrativa desde donde se narra no resulta sencillo. Sobre todo, porque la novela va acumulando capas de significado en donde todo podría volverse demasiado denso.

-La novela trata de cosas muy graves, muy serias, esenciales y elementales para todos nosotros. De hecho, tan elementales que ni me daba cuenta de que estaba rozando algo como un nervio abierto en todo el mundo porque resulta que, por la respuesta que estoy viendo en los lectores, es una novela en la que se han sentido identificados hombres y mujeres jóvenes y mayores… porque rocé algo muy esencial que es el miedo al tiempo, al paso del tiempo, a lo que el tiempo nos hace: el miedo a la muerte, el miedo al fracaso, el miedo a la marginación social. El miedo a no ser querido de la manera en que quieres ser querido. Pero, aunque habla de cosas tremendas, habla con sentido del humor. Y eso se marca desde el nombre de los personajes. Que se llamen Soledad Alegre y Dolores Alegre marca un poco esa ironía. A mí me gusta mucho el sentido del humor. Siempre lo he usado para mi vida y para mis novelas. Yo creo que ésta es mi novela que tiene más sentido del humor.

-A ello se tiene que sumar, además, el asunto del misterio. Un misterio que va descollando poco a poco y que no es fácil de anticipar.

-No es una novela policiaca pero sí de suspense. No en el sentido tradicional pero es una novela con un suspense muy fuerte que, realmente, mantiene a la gente así, como muy atrapada. Y, además, tengo la vanidad de creer que es poco convencional, que es original y que no hay lector que sea capaz de adivinar lo que va a pasar.

Así pues, los ingredientes están sobre la mesa. La crisis por la edad, las problemáticas asociadas con el paso del tiempo, algunos guiños alrededor de ciertas obras de arte, un misterio por resolver, sexo, dinero y humor. La suma de todos estos ingredientes bien podría parecer excesiva. Sin embargo, Rosa Montero es alguien que sabe tratar con ellos. De ahí que La Carne se vuelva una novela satisfactoria en muchos sentidos y recomendable para un amplio espectro de lectores

Jorge Alberto Gudiño Hernández
Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.
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