DOS FILÁNTROPOS Y UN… ¿TACAÑO?

14/02/2014 - 12:00 am

Sus defensores aseguran que es el donador anónimo, cierto o no, hasta ahora el mexicano Carlos Slim Helú, uno de los tres hombres más ricos del mundo, no ha seguido el ejemplo de los otros dos multimillonarios que comparten con él esa trifecta: Bill Gates y Warren Buffett, quienes donaron la mayor parte de sus fortunas a obras de beneficio social y desarrollo científico. “Es uno de los filántropos más importantes del mundo de cuya actividad altruista la mayoría de la gente nunca ha oído hablar”, dice su propio sitio en la Internet [www.carlosslim.com]. Sin embargo, el mismo Slim Helú ha criticado la filantropía de los multimillonarios estadounidenses al exponer que “no deben hacerlo, es más importante continuar la administración de la compañía”.

Ciudad de México, 14 de febrero (SinEmbargo).– En la selecta lista de los multimillonarios del mundo destaca el “Club de los Filántropos”, que no es otra cosa que aquellos hombres de empresa que han destinado la mayor parte de su fortuna a obras de responsabilidad social.

A nivel mundial, los llamados campeones de este club son los estadounidenses Bill Gates y Warren Buffett, quienes desde hace ocho años destinaron 95 y 80 por ciento de sus fortunas, respectivamente, a estas acciones. Cuando se hace referencia a estas labores, el mexicano Carlos Slim Helú, quien en los últimos años ha estado entre el primero y el segundo lugar de la lista de los hombres más ricos del mundo, aparece como “filántropo”, pero no al nivel de haber dedicado gran parte de su fortuna a ayudar a otros.

Slim es un hombre enigmático pues, a pesar de estar constantemente expuesto a los medios, siembra dudas en este tema: ¿Hace mucho y no es realmente visible? o, también, ¿lo que hace no es suficiente para ser considerado el mayor empresario filántropo de nuestros tiempos?

“Él es un empresario y su papel no es ayudar”, dice en entrevista para SinEmbargo Alberto Bello, Director Editorial de Negocios de Grupo Editorial Expansión. “Su rol significativo es ser eficiente operando sus empresas”, opina y asegura que “le cuesta mucho soltar el dinero”.

En la lista que dio a conocer el lunes pasado la revista The Chronicle of Philanthropy, de los empresarios que destinaron la mayor cantidad de dinero a fines benéficos o de investigación durante el año pasado, el mexicano tampoco aparece en los primeros 10 lugares.

Si bien es cierto que en México en sus empresas existen fundaciones dedicadas a distintos sectores y que incluso hay una que lleva su nombre, hasta ahora no figura en los primeros lugares del rubro. Pese a ello, en su página de Internet, presume: “Carlos Slim es uno de los filántropos más importantes del mundo de cuya actividad altruista la mayoría de la gente nunca ha oído hablar”.

“Slim no cree que la filantropía sea una forma de ayudar al país, es una condición personal”, opina Bello.

En contraposición, al frente del ranking publicado por la revista especializada se encuentra el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg que, junto a su esposa, destinó el año pasado mil millones de dólares a organizaciones sin ánimo de lucro que fueron gestionados a través de Silicon Valley Community Foundation.

En la lista destaca la presencia de otros conocidos empresarios como Phil Knight, fundador de Nike, el fundador de eBay, Pierre Omidyar, y Sergey Brin, uno de los líderes de Google.

En el cuarto lugar aparece Michael Bloomberg, ex Alcalde de Nueva York, quien ocupa el cuarto lugar en la lista. En 2013 repartió 452 millones de dólares entre diversas entidades culturales, artísticas y científicas.

Mientras que Eli y Edythe Broad, dueños de la constructora KB Home y de SunAmerica, una empresa de servicios financieros, aparecen en el lugar con un total de 157 millones de dólares repartidos entre varias fundaciones para ayudar a programas cívicos, museos de arte contemporáneo, educación primaria y secundaria e investigación médica y científica, entre otros.

“Será algo que es muy importante para los ricos, poder decir: ‘dono tanto dinero como el que gasto en todas estas otras cosas apasionantes'”, dijo Stacy Palmer, editora de Chronicle of Philanthropy a la agencia Reuters.

GATES Y BUFFETT

Bill Gates durante un viaje a India, en enero de 2013, como parte de su campaña contra la polio. Foto: @BillGates
Bill Gates durante un viaje a India, en enero de 2013, como parte de su campaña contra la polio. Foto: @BillGates

La historia del empresario estadounidense Bill Gates es peculiar, ya que del éxito de su empresa, Microsoft, convertida en referencia en tecnologías de la información, pasó a poner más de 95 por ciento de su fortuna [valuada en 2013 en 78 mil 500 millones de dólares, según Bloomberg] en filantropía.

La gran pregunta que se hicieron él y su mujer, Melinda, fue si querían gastar ese dinero en ellos mismos o legárselo a sus hijos. Al no estar satisfechos con ninguna de esas opciones, optaron por devolvérselo a la sociedad.

La fundación de Gates centra sus acciones en cuatro rubros: la salud pública mundial, el desarrollo global, programas en Estados Unidos y defensorías de políticas mundiales [en el que incluye una colaboración a nivel internacional con distintas organizaciones internacionales en distintas ramas como la innovación].

Bill Gates ya ha demostrado con creces que sabe cómo invertir socialmente su dinero, de hecho, desde que creó la Fundación Bill&Melinda Gates, en 2006, ha destinado más de 28 mil millones de dólares a este fin. Gates se ha dedicado desde hace varios años sólo se dedica a su trabajo filantrópico.

“Me ha sorprendido una y otra vez la importancia que tienen las mediciones para ayudar a que las personas vivan mejor”, dijo Gates en su carta anual de 2013.

El empresario ha puesto su mirada en América Latina, de donde dice que su desarrollo pasa por “tener un mejor sistema educativo (público)”, algo en lo que está dispuesto a trabajar con distintos socios desde su fundación. “Nos encantaría trabajar con otros filántropos en la región”, manifestó en una entrevista con la agencia española Efe durante su última visita a México, en febrero de 2013, para inaugurar en Texcoco, Estado de México, las nuevas instalaciones del Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT), dedicado a la investigación en productividad agrícola desde 1966.

Volcado en labores filantrópicas desde 2000, Gates se ha mostrado en distintas ocasiones satisfecho con la colaboración que mantiene con la Fundación Carlos Slim, encabezada por el empresario mexicano.

Ambos trabajan desde 2010 en una Iniciativa Mesoamericana en Salud, pero el magnate estadounidense, al frente de la mayor fundación privada del mundo, está dispuesto a asociarse con otros filántropos privados de la región.

Por su parte Warren Buffett, CEO Berkshire Hathaway, conocido por muchos como el mejor inversionista de todos los tiempos [el año pasado su fortuna se calculó en 53n mil 500 millones de dólares para colocarse como el cuarto hombre más rico del mundo], donó en 2006 a la fundación Bill & Melinda y otras cuatro obras benéficas, el 80% de su fortuna, es decir, unos 37 mil millones de dólares siendo esta la donación individual más grande hecha en la historia de Estados Unidos.

Todo como parte de el plan para donar a la sociedad, paulatinamente, el 99% de su fortuna fortuna antes de morir.

Cuestionado sobre esta decisión, Buffett, quien el año pasado ganó 1.5 millones de dólares por hora, ha señalado en distintas ocasiones que no cree en las “dinastías de millonarios”, ni en que “los padres tengan que dejar una posición económica o social a sus hijos”, sino que “los hijos tienen que tener educación y trabajar para buscar su posición en la vida”. “No creo en las fortunas familiares, sino en la igualdad de oportunidades”.

Buffett ha destinado 1.22 millones de acciones, con un valor estimado en aproximadamente 149 millones de dólares a su propia fundación y otras organizaciones caritativas creadas por sus hijos.

El billonario también donó 1.75 millones en acciones, con un valor estimado en 201 millones de dólares, a la Fundación Susan Thompson Buffett, en honor a su difunta primera esposa.

Es conocido como “El Oráculo de Omaha”, por su lugar de procedencia y por desobedecer todas las reglas que grandes mentores le enseñaron sobre inversiones, pero que finalmente siempre resultaban con éxito: mantiene y expande su compañía de cotización pública Berkshire Hathaway que ofrece seguros y acciones de empresas como Nike, Costco, Coca Cola y el diario The Washington Post.

Junto con Gates fue uno de los creadores de, Giving Pledge, fundación que anima a las personas más ricas del mundo a comprometerse a donar la mayor parte de su riqueza a la filantropía durante su vida o antes de morir. Bill Gates y Buffett son dos de 23 billonarios que ya han donado mil millones de dólares o más en su vida.

“Decidí donar el dinero que afortunadamente poseo. (Buffet) y yo nos encargamos de que ese dinero sirva para cambiar algo”, dijo Gates en una ocasión, y asegura que la clave del éxito de estos programas es aplicarlos con prudencia.

“Algunas cosas materiales hacen mi vida más agradable. Me gusta tener un avión privado, pero tener una docena de hogares sería una carga. Muchas veces, una colección vasta de posesiones terminan por poseerlo a uno”, explicó por su parte Buffett en un escrito.

El magnate estadunidense refirió alguna vez que no tiene un problema con la culpabilidad del dinero, “como yo lo veo, es como tener estos pequeños trozos de papel que puedo convertir en consumo. Si quisiera, podría contratar a 10 mil personas que no hicieran más que pintar un retrato suyo por el resto de su vida, pero prefiere ni siquiera usar los trozos de papel, no hay nada material que quiera demasiado”.

Gates ha sostenido que “si naciste pobre, no es tu error; pero si mueres pobre, será tu error”.

¿TACAÑO O DONADOR ANÓNIMO?

Muhammad Yunus, fundador de Grameen Bank, que otorga créditos a personas de pocos recursos y Carlos Slim. Foto: carlosslim.com
Muhammad Yunus, fundador de Grameen Bank, que otorga créditos a personas de pocos recursos y Carlos Slim. Foto: carlosslim.com

El mexicano Carlos Slim [con una fortuna de 73 mil 800 millones de dólares] tiene acciones en más de 200 empresas que emplean a más de 200 mil personas alrededor de América Latina y más allá.

“Él ha utilizado sus recursos para ayudar al desarrollo de comunidades en los países donde operan sus negocios. En su natal México, él personalmente ha apoyado a 165 mil jóvenes para que asistan a la universidad, ha pagado numerosas operaciones, apoya el equipamiento de escuelas rurales, y cubrió las fianzas para que 50 mil personas salieran de prisión, ya que no podían cubrir sus fianzas por sí mismos. Recientemente creó el Instituto Carso para la Salud, el cual se diseñó para dar un nuevo enfoque al cuidado de la salud en México. Tiene listas inversiones por 4 billones de dólares para promover la educación y la salud, y mayores desafíos, y recientemente anunció una inversión adicional de seis billones en varios programas, incluyendo su Fundación Telmex.”, dice su página web [www.carlosslim.com].

Ahí también se destaca que “es uno de los filántropos más importantes del mundo de cuya actividad altruista la mayoría de la gente nunca ha oído hablar”.

La fundación que lleva su nombre fue creada en 1986 con el nombre de Asociación Carso A.C., en febrero de 2006 cambió su denominación social a Fundación Carso, AC y el 24 mayo de 2008 a Fundación Carlos Slim, con la misión de establecer una serie de proyectos sin fines de lucro, relacionados con la educación, la salud, la justicia y el desarrollo personal y colectivo. El patrimonio de Fundación Carlos Slim es de 3 mil 500 millones de dólares.

En una entrevista que dio a la televisora CNBC, el principal accionista de América Móvil y Teléfonos de México criticó la decisión de Gates y Buffett y aseguró que sería un “gran error” que Microsoft fuera vendida por sus fundadores para financiar obras de caridad. “no deben hacerlo, es más importante continuar la administración de la compañía”.

En una entrevista que Slim Helú ofreció y quedó plasmada en el libro Los secretos del hombre más rico del mundo, escrito por José Martínez, el autor le preguntó cómo es que pasaría a la historia a lo que respondió: “No me interesa que me construyan un monumento, que coloquen una placa o que me den un premio por lo que hago.”

En diversas ocasiones el multimillonario de origen libanés ha expresado su forma de pensar en cuanto a la filantropía sin tapujos: “La pobreza se combate con empleo y no con caridad”.

Según Alberto Bello, aparte de la Fundación Slim, su trabajo filantrópico consiste también en el museo Soumaya. Que para él representó una donación importante e interesante al público mexicano. A pesar de los críticos, incluso curadores que han discutido la calidad de la colección. “Su museo dentro de 60 años va a ser una gran aportación al país”, vaticinó.

Slim no es un empresario que invierte a ciegas: “Realmente le cuesta mucho soltar dinero”, aseguró; “antes de darlo revisa todo el proyecto del tipo que sea y se preocupa en revisar que se cumplan las metas”.

El inversor mexicano donó recientemente 100 millones de dólares a la fundación de Bill y Melinda Gates para la erradicación de la poliomielitis en el mundo.

Alberto Bello asegura que a Slim no le gusta derrochar y que se preocupó siempre por educar a sus hijos de forma en que no presuman constantemente sus lujos. No tienen carros que sean demasiado pretenciosos y su fortuna prefiere mantenerla en sus empresas con su familia, además de la fundación.

Entre otros valores destacables, Slim siempre le dio importancia a su familia. En la biografía escrita por Martínez, asegura que su principal legado son sus hijos: “Yo creo que cuando les dejas una empresa, les dejas trabajo, responsabilidad y compromiso” y afirmó para el autor que si les dejara dinero sería para que “estén de ociosos”.

PERCEPCIÓN MEXICANA: EL MALO DE LA HISTORIA

Hace un año Bill Gates y Carlos Slim inauguraron el nuevo complejo del Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT), en Texcoco, Estado de México, cuyo costo fue de 25 mdd. Foto: Cuartoscuro
Hace un año Bill Gates y Carlos Slim inauguraron el nuevo complejo del Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT), en Texcoco, Estado de México, cuyo costo fue de 25 mdd. Foto: Cuartoscuro

Pero no todo es culpa de Slim; Erika de la Barrera, gerente de Responsabilidad Social de Adecco, aseguró que en general en México falta mucho involucramiento por parte de la alta dirección en el tema.

“Esto se ha detectado que tiene que ver con el hecho de que no se ha concebido como una estrategia de negocios sino que en México prevalece la idea de que es para el bienestar social y esto es una parte en la que impacta, esto ha resultado muy poco vendible para altas direcciones”, expresó.

Los servicios y las empresas que Slim posee están en la vista de todos: en la telefonía, el futbol, la televisión por cable, un café, un disco de MixUp, el museo, la ropa… están al alcance de cualquier mexicano desde sus diferentes empresas y filiales … pero también para él mismo.

Su traje seguro es de algún Sears y las comidas que ofrece en sus eventos son elegidas del irrepetible menú de cualquier Sanborns, según cuenta Bello.

El convertirse en dueño de Teléfonos de México en 1990 tras la iniciativa del entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari, le costó al magnate su imagen, la cual no ha podido –o querido –resarcir entre los mexicanos. No hay una encuesta que revele exactamente qué cantidad de población opina que Slim obtuvo de formas sospechosas Telmex, ni de aquella que piense si se lo ganó con trabajo y esfuerzo.

El también ingeniero por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) mantiene cierta fama por quejas que reciben en su mayoría las empresas telefónicas como Telmex, Telcel y América Móvil en América Latina. Además de las acusaciones en distintos países, incluido México sobre sus prácticas monopólicas de las cuales ha refutado argumentando que existe, por lo menos en el país, competencia en ese rubro.

Sin embargo entre los jóvenes mexicanos, Carlos Slim representa el líder más admirado. Un estudio llamado “Las empresas de los sueños de los jóvenes 2013” reveló que el empresario es admirado entre una lista global que incluye a Steve Jobs, Barack Obama, Bill Gates, Mark Zuckerberg, Warren Buffett y la Ministra alemana, Angela Merkel.

En 2010, el director general de Telmex, explicó que cada año a través de un programa llamado “Fianzas Sociales”, paga alrededor de 8 mil fianzas de “pequeños delincuentes”, denominados así a aquellas personas sin antecedentes judiciales que están en la cárcel “por pobres” o por un delito menor.

Informó que desde 1996 hasta 2010, Telmex era la empresa responsable de pagar la fianza de 83 mil 948 personas.

Pero Alberto Bello advierte que Slim nunca haría una campaña con sus fundaciones para mejorar su imagen. Aunque podría.

“Slim no cree que la filantropía sea una forma de ayudar al país, es una condición personal”, opina.

“Si le dices que las calles del centro histórico necesitan remodelación, hace toda una estrategia de mejoramiento o si vas con él y le explicas que tu hijo no ve bien, hace un programa para dar lentes gratis”, plantea el experto.

Mantiene un programa llamado “Ayúdame a llegar” que entrega 292 mil 964 bicicletas a niños que caminan por horas para llegar de su casa a las escuelas. Hasta el momento la Fundación Telmex también ha entregado 244 mil 620 becas, más 52 mil 120 digitales. Su programa de salud es mucho más amplio.

El problema de las fundaciones del empresario, según la perspectiva de Bello es que no hay una visibilidad de su fundación, “la deja en manos de su familia, en vez de profesionales” y que por lo mismo es “disperso”.

“¡FALTA UNA NARRATIVA Y ESTRATEGIA

Alberto Bello cree que dentro de las fundaciones con programas sociales en México.

Slim, por ejemplo, no donaría la mitad de su sueldo ni la mayoría de sus acciones a comparación de Mark Zuckerberg que gana un dólar al año. El pensamiento del mexicano va más enfocado a que dedicó su vida a montar una corporativa empresarial y que él no renunciaría a su legado, opinó Bello.

En Europa, por ejemplo, la filantropía tampoco es una moda que sigan los empresarios o millonarios del continente, como Amancio Ortega, el tercer hombre más rico del mundo, y cuya caridad no es realmente lo que lo define.

Por lo mismo, Bello sostiene que las acciones de Gates y Buffet, además de Zuckerberg, están más vinculadas hacia la cultura estadounidense, aunque Slim haya contribuido con sus granitos de fortuna a la causa de la Fundación de los Gates.

A Slim le preocupa poco cómo va a se recordado por la sociedad pues desde ahora tiene claro que “mis hijos y mis amigos se van a acordar muy bien de mí”.

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